Fantas¨ªa ¨¢rabe
- Deja que te cuente, lime?a. Noticia de d¨ªa: Gil, firmemente decidido a aumentar el nivel de vida de los ceut¨ªes, empieza a hacerlo con una concejala socialista. Noticias del coraz¨®n: a) Nieves Herrero aparece fotografiada en ba?ador, justo la semana en la que, con todo eso del eclipse, no hay quien pille unas gafas de sol con factor de protecci¨®n chorrocientos; b) Isabel Pantoja se saca novio; el cargo de Viuda de Esssspa?a pasa autom¨¢ticamente a su anterior titular, una tiranosauria rex expuesta en el Museo de Ciencias Naturales, sala Historia de la Copla; c) primeras fotos de un Borb¨®n en pelota picada; se trata del hijo de los Marichalar.- Escenas de lucha de clases en Marbella. Bueno. Me voy de copas por Marbella, pero por el camino me encuentro a Marbella, que ha adoptado la forma de fiesta de inauguraci¨®n de una joyer¨ªa a la que acude parte del who is who marbell¨ª. Grandes hitos del party: Gunila -esa se?ora es la fantas¨ªa de un dentista: cuando r¨ªe, es decir, siempre, abre la boca y ense?a hasta los molares-, el modisto de Roc¨ªo Jurado -es un se?or con americana blanca; y no un drag queen con bast¨®n blanco, como todo parec¨ªa indicar- y Jose Toledo, nieta pol¨ªtica de Franco, lo cual no es nada de otro mundo: esta semana se ha demostrado que, pol¨ªticamente, todos somos nietos de Franco. La joyer¨ªa, descripci¨®n: en vez de canap¨¦s, sirven sushi. Producto estrella: una escultura de m¨¢rmol; das una palmada, una puerta de m¨¢rmol se abre y deja ver una caverna de Al¨ª-bab¨¢ y una esmeralda de pvp 70 millones, pollo. Descripci¨®n del entorno: se?oras que han pasado tantas veces por el quir¨®fano que podr¨ªan ser de Sarajevo. Las hay despistadas, que se pusieron los labios la semana en la que los m¨¦dicos s¨®lo colocaban pechugas. Nunca, snif, podr¨¢n ir a Zaragoza, pues el per¨ªmetro de sus labios les impide pronunciar la palabra Zaragoza ante una taquilla de Renfe. Un se?or muy simp¨¢tico lleva en la solapa una insignia un poco nazi.
- Ban¨²s la nuit. En la Pen¨ªnsula s¨®lo se han producido tres respuestas ante la llegada de musulmanes: 1) La operaci¨®n paso del Estrecho, 2) la operaci¨®n que no pasen el Estrecho y 3) la operaci¨®n venga a Terrassa, no se haga el estrecho y aporree un musulm¨¢n. Un paseo nocturno por Marbella la nuit invita a pensar que Marbella es la cuarta formulaci¨®n al respecto. En Marbella, un multimillonario ¨¢rabe, un emir, o un miembro de la nobleza saud¨ª, es recibido con los brazos abiertos, con solidaridad y con ¨¦pica multirracional y onegetista. Por Ban¨²s avanzan los ¨¢rabes con una sonrisa que no se les quita de la boca, una sonrisa que contrasta con el rostro de los turistas europeos y nativos -mucho m¨¢s con la no sonrisa de los emigrantes africanos-, y que invita a pensar que los ¨¢rabes tienen su sensibilidad resuelta. La sensibilidad resuelta: los restaurants de Ban¨²s est¨¢n repletos de grupos de ¨¢rabes. Son chicos y chicas mezclados, que disfrutan de la igualdad, se tiran los tejos, comen, beben y hacen trizas la visa de pap¨¢. En un bar de Ban¨²s veo un grupo de adolescentes ¨¢rabes. Tienen las hormonas al ba?o Mar¨ªa, visten de capitanes y capitanas de quince a?os y juegan al futbol¨ªn chicos contra chicas. Muchos magreb¨ªes jam¨¢s tendr¨¢n la oportunidad de saber que la vida tambi¨¦n es eso. Ni sus primos ¨¢rabes ni sus primos ¨ªberos se lo explicar¨¢n. Bueno. Cambio de tercio. Olivia Valere, una discoteca que est¨¢ entre la Mezquita y Puerto Ban¨²s, es una disco de una arquitectura fascinante. Parece una mezquita. Es como una mezquita. Pero por lo civil. Ah¨ª va el Gotha ¨¢rabe a pegarle al morapio y a hacer lo de aquellos adolescentes con el futbol¨ªn. Generalmente est¨¢ lleno de famosos ca?¨ªs. Yo no tengo suerte. S¨®lo localizo a una se?ora que sale por la tele y que tiene superpoderes adivinatorios. Est¨¢ mirando al vac¨ªo. Quiz¨¢s pregunta al m¨¢s all¨¢ lo que yo me estoy preguntando m¨¢s ac¨¢: "?he le¨ªdo mal, o son 29.000 p¨²as por una botella de JB?". Nota: antes de abandonar Puerto Ban¨²s, me cuadro y hago un minuto de silencio ante el restaurant de Espartaco Santoni, ese gran ide¨®logo. La prueba de que no hay vida en Marte es que, si la hubiera, Espartaco se la habr¨ªa, ejem, tirado. Brindo por ¨¦l.
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