El nuevo Real Madrid se parece al viejo
Anelka ofrece detalles en su presentaci¨®n, pero el gol del empate lo marc¨® Morientes
Debut¨® Anelka en el Madrid; pero marc¨® Morientes, que no perdona. Dos delanteros interesant¨ªsimos, de caracter¨ªsticas muy diferentes, que dif¨ªcilmente jugar¨¢n juntos. S¨®lo ocurrir¨¢ en caso de emergencia, cuando el Madrid se encuentre en alerta nuclear y el equipo tire de la heroica. Fuera del debate que se avecina con respecto a la titularidad en el centro de la delantera (y en eso Anelka lleva la ventaja que significan 5.600 millones de pesetas), el partido frente al Perugia result¨® pesad¨ªsimo. Toshack aline¨® a nueve suplentes, ninguno de los cuales hizo mayores m¨¦ritos. Algo de Savio en el comienzo del encuentro y bastante de Helguera en el segund¨® tiempo. Seedorf hizo mutis.
El encuentro tambi¨¦n sirvi¨® para medir las intenciones de Toshack. Contra un equipo de la Primera Divisi¨®n italiana Sac¨® a los suplentes. Hoy, frente al Elche, es muy probable que ponga a los titulares de la pretemporada. Toshack dispondr¨¢ de excelentes razones para explicar estas decisiones, pero no es descartable el efecto de la derrota frente al Celta y el bochinche que se form¨® con el asunto Seedorf. En todo caso, el Madrid pag¨® frente al Perugia los mismos errores de costumbre. Defendi¨® sin contundencia y atac¨® con lentitud. El mismo equipo previsible de los ¨²ltimos meses, pero con gente nueva, lo que debe tomarse como algo preocupante. Por lo que sabe el madridismo, con este tipo de juego no se consiguen grandes cosas.
De la primera parte, s¨®lo merecieron la pena dos desbordes de Savio y una banana del brasile?o que golpe¨® el larguero. El Perugia aprovech¨® un error defensivo para marcar pronto. El juvenil Casillas tuvo que emplearse con pericia en esos minutos para remediar los desprop¨®sitos de una defensa que no aprende. Su falta de firmeza es end¨¦mica. Hay dudas sobre los titulares y no hay duda alguna sobre los suplentes: no est¨¢n a la altura de las exigencias.
El Perugia decidi¨®, sin raz¨®n, que el partido le iba bien con el 1-O. T¨ªpica mentalidad italiana. El Madrid se encontr¨® entonces con el desaf¨ªo de tumbar una muralla de 11 jugadores. Lo hizo con escas¨ªsimos recursos, hasta el punto de verse al peor Seedorf, al peor Guti, al peor McManaman. Quedaba por catalogar a Anelka. Por f¨ªsico, estamos ante un delantero con una planta extraordinaria: potente, grande, felino, veloz. Visto as¨ª, impresiona, como lo hac¨ªa Weah en su plenitud. De su relaci¨®n con el juego cabe decir qu¨¦ no tiene otra preocupaci¨®n que s¨ª mismo: todas las jugadas que pasaron por ¨¦l terminaron en ¨¦l, generalmente con un recorte y un tiro. Por supuesto, parece m¨¢s c¨®modo con espacios para progresar que en las apreturas del ¨¢rea. No fue casualidad que todos sus remates se produjeran desde fuera del ¨¢rea. De los balones altos se desentendi¨®. El juego a¨¦reo no parece su punto fuerte, a pesar de su estatura y de su poder¨ªo. En cualquier caso, se trata de un delantero que intimida, con unas condiciones b¨¢rbaras.
La ligera mejor¨ªa del Madrid en el segundo tiempo de pendi¨® de Helguera, todav¨ªa t¨ªmido, pero con evidentes condiciones para jugar de mediocentro, tanto por su capacidad defensiva como por un sentido correcto de la distribuci¨®n. Si sus progresos son ciertos, quiz¨¢ veamos un registro imprevisto de Helguera. Al menos eso se deduce del pase que precedi¨® al tanto del empate, un pase interior, seco y raso, a Etoo. Un pase de verdad que lo ley¨® el extremo. Super¨® al lateral, se hizo con la pelota y la cedi¨® hacia Morientes, que acababa de sustituir a Anelka. Para eso, Morientes es una garant¨ªa. Si Anelka prefiere arrancar desde fuera del ¨¢rea, Morientes se mueve dentro. Y lo hace con un gran sentido. En el gol empuj¨® la pelota porque hab¨ªa hecho el desmarque correcto.
Despu¨¦s del gol, el encuentro volvi¨® a la rutina anterior. Otra vez, el juego lent¨®n que no llevaba a ninguna parte. El Madrid chocaba contra el muro de jugadores italianos. Al Perugia le importaba un bledo el bal¨®n y construir algo.
Fue la manera de terminar que se merec¨ªa un partido que no arroja ninguna luz sobre el inmediato futuro del Madrid. A una semana del comienzo del Campeonato de Liga observa los mismos defectos que en la ¨²ltima temporada.
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