Diez a?os por un gramo de hach¨ªs
Turistas ignorantes de las severas leyes antidroga arriesgan su libertad por un porro
"Iba en moto por Goa (India) cuando me par¨® un control policial. Me dijeron que sab¨ªan que llevaba droga y que me iban a registrar. Me acord¨¦ entonces de mi amigo J.L., tambi¨¦n espa?ol, y que, gracias a las 50.000 rupias (200.000 pesetas) que ten¨ªa en el bungal¨® cuando le detuvieron, se libr¨® de una buena estancia en un talego indio mediante soborno. Pero yo s¨®lo llevaba encima 100 rupias. Abr¨ª la mochila de cara al poli y consegu¨ª despistar mi bolsa de mar¨ªa entre las piernas y el equipaje".A.F., un joven espa?ol, se salv¨® as¨ª de 10 a?os en una s¨®rdida prisi¨®n de un pa¨ªs donde la m¨ªnima pena por posesi¨®n de drogas, aunque se trate de marihuana o hach¨ªs, es de 10 a?os. Sin embargo, en la India no suele ser dif¨ªcil arreglar el problema si en el momento de la detenci¨®n se lleva encima una buena cantidad de dinero.
Los guipuzcoanos Kepa Alberdi y Mikel Ubegun esperan en libertad provisional a que ma?ana, lunes, un tribunal de Kenia decida su suerte por haber sido detenidos supuestamente fumando un porro. Por su parte, tres chavales de la localidad madrile?a de Getafe han sido condenados por llevar m¨¢s de cinco gramos de hach¨ªs a 14 d¨ªas de prisi¨®n y 20.108 pesetas de multa en Noruega. Finalmente, el Gobierno noruego ha decidido esta semana su expulsi¨®n, lo que les librar¨¢ de la c¨¢rcel.
Otros miles de turistas espa?oles, repartidos por el mundo este verano, tambi¨¦n pueden arriesgarse a situaciones peligrosas con las autoridades de sus destinos vacacionales a causa de su imprudencia y desconocimiento de la legislaci¨®n sobre todo tipo de drogas en un pa¨ªs en concreto.
Y es que no es lo mismo fumarse un canuto de marihuana en un coffee-shop de Amsterdam, donde es legal la pertenencia -y venta por parte del local- de hasta dos gramos y se hace la vista gorda con cantidades algo mayores, que hacerlo en una playa de la India, donde la pena m¨ªnima por consumo es de 10 a?os; o de M¨¦xico, donde la primera consecuencia puede ser una paliza en comisar¨ªa.
La tolerancia con las drogas blandas que se observa en Holanda induce a confusi¨®n -y en algunos casos a detenciones- a centenares de j¨®venes que en verano se lanzan por Europa en Interra¨ªl, y, pese a la supresi¨®n de las fronteras internas, se ven sometidos a cacheos en cuanto entran en territorio alem¨¢n, franc¨¦s o belga. En estos pa¨ªses, la mera posesi¨®n de una peque?a cantidad de hach¨ªs es un delito, y con frecuencia los polic¨ªas esperan a los viajeros que vuelven de Amsterdam bien cargados.
As¨ª, en el caso del grupo de j¨®venes de la excursi¨®n organizada por el Ayuntamiento de Getafe, su paso previo por el desmadre de Amsterdam les impidi¨® tener en cuenta que las leyes de Escandinavia, en materia de droga, son m¨¢s severas de lo que imaginaban.
Adem¨¢s, la ausencia de problemas legales que deben afrontar, en general, los consumidores espa?oles, acostumbra a muchos de ellos a una falta de precauci¨®n ante, por ejemplo, un porrito cuando se encuentran en una playa caribe?a o del sureste asi¨¢tico, lugares donde se considera un delito muy grave.
Entre los destinos tur¨ªsticos de moda en los ¨²ltimos a?os, y cuya legislaci¨®n es m¨¢s estricta respecto a la tenencia de cualquier tipo de droga, se encuentran Malaisia y Singapur. Ambos Estados aplican la pena de muerte no s¨®lo a traficantes, sino tambi¨¦n a poseedores de peque?as cantidades de hero¨ªna. Y, al contrario que en Tailandia, donde en la pr¨¢ctica nunca se llega a ejecutar a un reo occidental, las autoridades malayas no suelen verse afectadas por las presiones de Europa o Estados Unidos ante una sentencia por ahorcamiento de un extranjero. Hace siete a?os, dos j¨®venes australianos se dejaron la vida en un pat¨ªbulo de Kuala Lumpur acusados de posesi¨®n de hero¨ªna.
Igualmente, en Singapur -donde la aplicaci¨®n de la ley tampoco hace distinci¨®n entre un local o un turista- han sido ejecutadas m¨¢s de cincuenta personas desde su independencia, en 1965, por asuntos relacionados con drogas.
Test de orina
Pero el uso de drogas blandas tampoco est¨¢ exento de un peligro desproporcionado en los dos Estados de la pen¨ªnsula malaya. El simple consumo de un porro en Malaisia, o, peor aun, si un test de orina resulta positivo -y la polic¨ªa est¨¢ en su derecho de exigirlo arbitrariamente al cruzar la frontera o simplemente en un control callejero-, implica una pena de entre uno y tres a?os en un centro de rehabilitaci¨®n y unos cuantos bastonazos con el rotan, una vara que se aplica normalmente con furia en las posaderas.En Malaisia existen 21 centros de rehabilitaci¨®n de drogadictos y de quienes hayan sido sorprendidos consumiendo, aunque sea la primera vez de su vida. All¨ª, unos 10.000 sentenciados penan sus cr¨ªmenes en celdas de desintoxicaci¨®n y mediante trabajos en f¨¢bricas donde obtienen unos sueldos irrisorios.
En Singapur, por su lado, la mera tenencia de una peque?a cantidad de droga tambi¨¦n puede dar con los huesos del acusado unos cuantos a?os en una celda sin aire acondicionado.
Al menos, ning¨²n turista puede alegar en su defensa que desconoc¨ªa la estricta legislaci¨®n, ya que ambos Estados lo advierten en el documento que debe rellenarse para ingresar en el pa¨ªs.
Por otro lado, realmente las drogas son casi inaccesibles para el turista en la pen¨ªnsula malaya, al contrario que en otros destinos de vacaciones como Nepal, India, M¨¦xico o Guatemala, donde son muy f¨¢ciles de adquirir. La distinta consideraci¨®n que puede tener una sustancia al traspasar una frontera es tambi¨¦n un factor que el viajero debe tener en cuenta. As¨ª, unas inofensivas hojas de coca, que en Bolivia se facilitan al turista para combatir el mal de altura -el llamado soroche- cuando hace trekking, pueden suponer un mal trago al pasar la l¨ªnea divisoria con Brasil. En este ¨²ltimo pa¨ªs, la polic¨ªa y los jueces pueden tratar a una mochilera despistada y pescada in fraganti como si fuera el mism¨ªsimo Scarface, mientras ante sus mism¨ªsimas narices los grandes traficantes de coca¨ªna ya refinada se hacen millonarios.
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