La rara m¨ªstica de un jugador destinado a la grandeza
Se da por supuesto lo que Sergio Garc¨ªa har¨¢ por el golf, pero de momento ha hecho m¨¢s que nadie por la ?, letra condenada al universo hispano, defendida ardorosamente desde todas las trincheras culturas de nuestro pa¨ªs. Pelea dura frente al resto de las graf¨ªas, frente al idioma ingl¨¦s, que la encuentra imposible. ?Imposible? "El Ni?o, El Ni?o, El Ni?o", le corearon miles de espectadores a Sergio Garc¨ªa cuando termin¨® su ¨²ltima vuelta en el PGA. Espectadores bien wasps (blancos, anglosajones, protestantes), capaces de pagar 50.000 pesetas por una entrada al selecto club Medinah Country club. Les sal¨ªa la e?e del alma, contra la severa l¨®gica de su idioma pero a favor de la emoci¨®n que les provoc¨® un jugador singular. De eso se trata cuando el deporte alcanza su cima, cuando se asiste a algo extraordinario, como lo protagonizado por un muchacho de 19 a?os que ayer estuvo cerca de someter a Tiger Woods, el fen¨®meno estadounidense. Y no un h¨¦roe cualquiera, sino el sucesor de Michael Jordan como icono contempor¨¢neo del deporte.A este tigre, Sergio Garc¨ªa le meti¨® en un aprieto colosal en el campo de Medinah. Durante las cuatro horas y media que dur¨® el combate entre los dos, se asisti¨® al nacimiento de una gran estrella. As¨ª lo pronostic¨® un d¨ªa antes el respetad¨ªsimo Michael Wilbon, columnista del Washington Post. "Si hay un leg¨ªtimo adversario ah¨ª fuera para Tiger Woods, ¨¦se puede ser muy bien Garc¨ªa, el espa?ol con una atractiva y bulliciosa personalidad, adem¨¢s de el descaro y la determinaci¨®n para competir con Tiger. Aunque seguramente se sienta ofendido por esto, Garc¨ªa es el Tiger de Europa. Para cuando la Ryder Cup se dispute en este mismo escenario en el a?o 2011, habr¨¢ toda la raz¨®n para creer que Woods y Sergio Garc¨ªa ser¨¢n los deportistas m¨¢s famosos del planeta".
Dicho desde el pa¨ªs que dirige en todas sus formas el destino del deporte, de un pa¨ªs que mitifica como ninguno a los campeones, suena a elogio definitivo. Se sab¨ªa de las formidables condiciones de Sergio, pero son mayor¨ªa los campeones que no traspasan la frontera que ayer atraves¨® el jugador espa?ol. Se trata de la m¨ªstica que acompa?a a unos pocos privilegiados. La tuvo, y en grandes proporciones, Severiano Ballesteros, cuya magia trascendi¨® sobre los resultados. Llevaba el aura consigo. Y parece que Sergio Garc¨ªa tambi¨¦n est¨¢ tocado por esa rara gracia que inevitablemente le convierte en el centro de la fiesta, hasta el punto de robarle el protagonismo al ¨ªdolo del deporte estadounidense. "Ni?o, ni?o", le aclamaron cuando termin¨® su cuarta vuelta en el campo de Medinah. Les sal¨ªa del coraz¨®n, a pesar de su querido Tiger. No hab¨ªa e?es que les frenara para rendir tributo a un jugador destinado a la grandeza.
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