Pura mente en movimiento ANA MAR?A MOIX
Jorge Belinsky, este hombre con cara de pajarraco sabio, es uno de los psicoanalistas m¨¢s prestigiados hoy en d¨ªa en este pa¨ªs. Flaco, flaqu¨ªsimo, ir¨®nico, conversador exquisito y brillante, da la sensaci¨®n de ser pura mente en movimiento. Lleg¨® a Barcelona en 1976, con su mujer, Nora Catelli (actualmente profesora de literatura en la Universidad de Barcelona y autora de varios libros sobre teor¨ªa de la literatura y de la traducci¨®n). "Los paramilitares nos fueron a buscar a casa. As¨ª que no hab¨ªa m¨¢s soluci¨®n que irse o pasar a la clandestinidad. Era un momento muy peligroso". Tras barajar varios posibles destinos, se impuso la Pen¨ªnsula: "Llegamos y Nora encontr¨® trabajo inmediatamente. Yo empec¨¦ a trabajar al cabo de un mes y medio". Cuando llegaron, Franco ya hab¨ªa muerto. "Ven¨ªamos de una situaci¨®n atroz y nos encontramos en un pa¨ªs que estaba instaurando la democracia. Al cabo de poco tiempo, se celebraron las primeras elecciones, y ya en 1982 lleg¨® el Gobierno socialista. Francamente, si tuviera que volver a elegir, no dudar¨ªa en repetir la experiencia de Barcelona. Me siento muy bien aqu¨ª, hemos hecho muy buenos amigos catalanes. No estoy conforme con ese t¨®pico de que los catalanes son muy cerrados. Bueno, quiz¨¢ no sean tan expansivos como en otras zonas de la Pen¨ªnsula; pero cerrados no son, y, adem¨¢s, son muy c¨¢lidos". Jorge Belinsky, adem¨¢s de psicoanalista es m¨¦dico. En 1976, llegaba de un pa¨ªs donde el psicoan¨¢lisis llevaba a?os en la Universidad y formaba parte de la vida cotidiana de la poblaci¨®n. En cambio, aqu¨ª suscitaba cierto recelo, y no digamos entre psiquiatras. "Nunca tuve problemas con los profesionales de la psiquiatr¨ªa, nunca sent¨ª ning¨²n rechazo. Cuando llegu¨¦, aqu¨ª el psicoan¨¢lisis no estaba muy expandido. Hab¨ªa el grupo de psicoanalistas de la escuela catalana; pero no era muy numeroso. Y es l¨®gico: Espa?a sal¨ªa de una dictadura y las dictaduras siempre se emplean a fondo contra el psicoan¨¢lisis. Desde su punto de vista, la derecha tiene raz¨®n: el psicoan¨¢lisis entra?a defensa del individuo, lucha contra la opresi¨®n, contra el orden establecido. El franquismo cort¨® el desarrollo del psicoan¨¢lisis en Espa?a, porque aqu¨ª hubo psicoanalistas muy buenos que tuvieron que salir del pa¨ªs a ra¨ªz de la guerra civil. Uno de los fundadores de la Sociedad Psicoanal¨ªtica argentina fue un espa?ol en el exilio (?ngel Garma) y nosotros nos beneficiamos de sus conocimientos". A la consulta de Jorge Belinsky acuden m¨¢s pacientes catalanes y de otras regiones de la Pen¨ªnsula que de origen argentino o latinoamericano. ?Presentan diferentes problemas? "No, no lo he percibido. El tipo de sufrimiento ps¨ªquico que lleva a una persona a pedir ayuda terap¨¦utica es el mismo. Puede variar el grado de permeabilidad del paciente, la comprensi¨®n del m¨¦todo, el saber qu¨¦ tipo de ayuda pedir. En Argentina, el psicoan¨¢lisis forma parte de la cultura del pa¨ªs. Cualquier persona, tenga la formaci¨®n que tenga y sea cual fuere la clase social a la que pertenezca, no duda en acudir a un terapeuta en busca de ayuda. Y, adem¨¢s, sabe qu¨¦ clase de ayuda necesita y distingue entre un problema psiqui¨¢trico o un trastorno que puede resolver el psicoan¨¢lisis o una terapia psicol¨®gica. En cambio, al empezar a visitar aqu¨ª, tuve que adaptarme a un tipo de paciente al que era necesario dar informaci¨®n sobre el tipo de ayuda que necesita, la que se le puede darl, etc¨¦tera. Aunque, actualmente, esto ha cambiado sensiblemente". En el gabinete-biblioteca regido por un orden amable, en absoluto impertinente, forrado de libros y centrado por una enorme y relajante columna de color turquesa,verde, vemos el objeto de una de las grandes pasiones de Jorge Belinsky: un tablero de ajedrez. Es un jugador de altura, poseedor incluso de algunos t¨ªtulos obtenidos en campeonatos. "Bueno, eso fue hace a?os. Ahora no juego, o juego de otra manera porque el ajedrez es tan fascinante que no puedes compaginarlo con otras actividades. Requiere una entrega absoluta. As¨ª que me dije: "o todo o nada", "?voy a ser un gran campe¨®n o no?". Y, puesto que no iba a serlo, me dediqu¨¦ a otra cosa. El ajedrez es como la poes¨ªa: o es grande o no es nada. Tiene una dimensi¨®n de belleza que roza el absoluto. ?Conoces La defensa, de Nabokov? Te la recomiendo. Explica eso perfectamente". Otra pasi¨®n de Belinsky es la lectura, sobre todo, de ensayo y novela. Y el estudio: "Si no me sumerjo en ¨¦l tres o cuatro horas al d¨ªa, me siento mal". Ha publicado dos libros (El psicoan¨¢lisis y los l¨ªmites de su formalizaci¨®n y El retorno del padre, ambos en la editorial Lumen), y est¨¢ a punto de aparecer un tercero: Bombones envenenados y otros ensayos. "Es sobre la dimensi¨®n imaginaria del v¨ªnculo entre el psicoan¨¢lisis y los otros discursos de la cultura, el tema que m¨¢s me interesa. Son seis ensayos en los que en lugar de plantear c¨®mo el psicoan¨¢lisis ilumina otras ¨¢reas del saber, se trata de formular la cuesti¨®n al rev¨¦s: c¨®mo otras ¨¢reas del saber iluminan el psicoan¨¢lisis". A los 30 a?os, antes de salir de Argentina, Belinsky era ya un conocido especialista en teor¨ªa psiconal¨ªtica y profesor dedicado a la docencia universitaria. Actualmente es colaborador de la Complutense de Madrid y profesor honorario de la Universidad de Rosario (Facultad de Psicolog¨ªa), adonde, desde 1982, viaja casi todos los a?os. "Antes de salir de Argentina, ya hab¨ªa formado a alumnos, que son quienes ahora est¨¢n en la Universidad. Me dediqu¨¦ a la docencia durante cinco a?os, en una ¨¦poca de mucha inquietud y bullicio, que se corresponde al momento de Mayo del 68. Era sumamente interesante por el manejo de distintas ¨¢reas del saber conectadas a la teor¨ªa psicoanal¨ªtica". La llegada de los psicoanalistas argentinos a Europa ha influido notablemente en el desarrollo del psicoan¨¢lisis en nuestro pa¨ªs; pero habr¨¢ perjudicado al psicoan¨¢lisis argentino. "Al principio, s¨ª. El psicoan¨¢lisis se vio obligado a revestirse de cierta asepsia, qued¨® como desligado de otros estudios, cosa que ahora empieza a solucionarse. En mis a?os universitarios, el psicoan¨¢lisis era m¨¢s universalista. Bueno, siempre quedaban lagunas... Por ejemplo, me hubiera encantado que me ense?aran lenguas cl¨¢sicas, lat¨ªn, griego... Pero, en los ¨²ltimos a?os, se ha como hiperespecializado. Hay que exigir a la gente que estudie. No soy partidario de decir eso de "si no quieren estudiar tal cosa, que no la estudien". Tengo la impresi¨®n de que la conexi¨®n entre las distintas ¨¢reas del conocimiento es uno de los principios b¨¢sicos para este humanista que es Belinsky. Miembro de la Sociedad Espa?ola de las Ciencias de las Religiones, fan¨¢tico de las matem¨¢ticas y lector de literatura, ?c¨®mo contempla los adelantos en el campo de la neuropsicolog¨ªa, la neuroqu¨ªmica, la gen¨¦tica...? "Creo que, despu¨¦s de Freud, el psicoan¨¢lisis sufri¨® un cierto reduccionismo (sin duda necesario) y se abri¨® a las humanidades y no a la ciencia. Lo considero un d¨¦ficit que hay que subsanar. No tomar en cuenta la ciencia es empobrecedor". ?Qu¨¦ faceta de sus m¨²ltiples actividades prefiere? "Me considero un hombre afortunado: me gusta mucho el trabajo cl¨ªnico; me gusta la docencia; me gusta escribir; me gusta leer y me encanta el di¨¢logo con interlocutores de otras disciplinas, lo cual exige, naturalmente, conocer esas otras disciplinas; pero esto es muy placentero".
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