Una matanza sin precedentes
La matanza no tuvo precedentes. Y las escenas descritas hoy por testigos que lograron escapar son dantescas. Todo ocurri¨® en la peque?a localidad de Eldorado dos Caraj¨¢s, en la llamada Curva de la S, considerada hoy tierra sagrada. All¨ª murieron 19 personas y 69 resultaron heridas de gravedad a causa del choque entre 1.500 campesinos con pertrechos campesinos, y 150 polic¨ªas militares, armados con fusiles.En los 25 vol¨²menes de las actas del proceso, con un total de 8.090 p¨¢ginas, se habla de cuerpos acribillados por las balas y cr¨¢neos despedazados. Uno de los testigos es Rita Monteiro, de 53 a?os, que sigue viviendo en el mismo lugar y que presenci¨® todo desde su casa. La mujer, que no es simpatizante de los Sin Tierra, cuenta que no consigue olvidar aquellas escenas. Recuerda que, despu¨¦s de la matanza, los militares estuvieron en su casa y pusieron sobre la mesa cinco sacos con sangre coagulada y masa encef¨¢lica. "Les orden¨¦ que se llevaran aquel horror inmediatamente de mi casa".
Otro de los testigos es Ign¨¢cio Pereira, de 59 a?os. Perdi¨® un hijo en la refriega y se salv¨® porque se fingi¨® muerto y viaj¨® 100 kil¨®metros en el cami¨®n que se llev¨® los cad¨¢veres. "Desde entonces no pude ya vivir en aquel lugar ni cultivar la tierra".
Los abogados de las v¨ªctimas fundamentan que se trat¨® de una matanza premeditada en la que las armas entregadas para la investigaci¨®n nada tienen que ver con las balas encontradas en los cad¨¢veres: los soldados no hab¨ªan registrado antes sus armas, lo que hace sospechar que se trataba de armas personales y no del arsenal oficial.
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