A la busca de susurros en los restos de Golcuk
Una unidad de rescate espa?ola intenta captar con sus micr¨®fonos el ¨²ltimo aliento de los sepultados por el se¨ªsmo
Cuatro d¨ªas despu¨¦s del mort¨ªfero terremoto de Turqu¨ªa, todos llevan mascarilla en la nauseabunda atm¨®sfera de Golcuk, la ciudad de la provincia de Izmit que ha sufrido la mayor destrucci¨®n. El caos se apoderaba al mediod¨ªa de ayer de sus ruinas cuando la temperatura rondaba los 35 grados. Las ambulancias y las palas excavadoras apenas pod¨ªan abrirse camino entre los kilom¨¦tricos atascos organizados por los que huyen de la devastaci¨®n y quienes acuden a auxiliar a las v¨ªctimas. Los cad¨¢veres se pudren deprisa bajo los escombros, mientras miles de personas siguen viviendo a la intemperie bajo lonas y pl¨¢sticos.En medio del hedor de este infierno, unos hombres ped¨ªan silencio para intentar salvar una vida. "Decidle que se calle. Est¨¤ parlant amb un gos [est¨¢ hablando con un perro]", exig¨ªa el t¨¦cnico de escucha del equipo de rescate de los bomberos de la Generalitat de Catalu?a mientras auscultaba las entra?as de una monta?a de cascotes. Su compa?ero se hallaba al otro extremo del edificio, a una distancia que hac¨ªa inaudibles sus palabras para tranquilizar al animal de localizaci¨®n de supervivientes. Pero el sensible ge¨®fono escrutaba los m¨¢s t¨ªmidos murmullos.
La mayor parte de los 55 expertos espa?oles destacados desde el mi¨¦rcoles en la ciudad costera de Yalova, donde lograron rescatar con vida el jueves a una persona atrapada en su casa durante m¨¢s de 60 horas, fueron enviados ayer con urgencia a la ciudad costera de Golcuk, de unos 15.000 habitantes. "Los perros de detecci¨®n no han marcado la presencia de ning¨²n superviviente, pero con los micr¨®fonos introducidos entre los escombros, tal vez se pueda captar si a¨²n queda alguno ah¨ª debajo", explicaba un bombero, "as¨ª fue como rescatamos a una mujer en Yalova". Salieron tan deprisa de Barcelona que algunos se olvidaron del pasaporte. Pero los aduaneros del aeropuerto de Estambul hicieron la vista gorda y les franquearon la entrada al pa¨ªs. En total, hay m¨¢s de 110 expertos en rescate espa?oles actuando en Turqu¨ªa. Adem¨¢s del equipo catal¨¢n y de los bomberos de Huelva que operan en Sakarya, 40 kil¨®metros al este de Izmit, hay grupos de rescate de Protecci¨®n Civil de Madrid, Asturias y Granada. Un equipo de M¨¦dicos Sin Fronteras, seg¨²n fuentes del consulado espa?ol en Estambul, se prepara tambi¨¦n para desplazarse en las pr¨®ximas horas a Turqu¨ªa.
El silencio que reina en la calle de Saglam, en Golcuk, s¨®lo es roto de tanto en tanto por el estr¨¦pito de los radiotransmisores o por la sirena de alguna ambulancia. Una hilera de cuatro edificios de cinco pisos se vino abajo nada m¨¢s producirse el terremoto, mientras una explosi¨®n de gas desataba un incendio. "Est¨¢ muerto; sus restos est¨¢n quemados", certifica otro bombero de la Generalitat despu¨¦s de una operaci¨®n de desescombro en el inmueble.
"La situaci¨®n es ca¨®tica. Tenemos una lista de casas que hay que inspeccionar, pero los vecinos nos piden que acudamos a otras zonas. Lamentablemente, no podemos desviarnos de las prioridades que nos marcan los responsables turcos", explica el jefe de la unidad, el subinspector Bienvenido Angulo. En su opini¨®n, todav¨ªa hay posibilidades de encontrar supervivientes en los pr¨®ximos tres o cuatro d¨ªas. "Todo depende del tipo de derrumbe que se haya producido. Por ejemplo, ayer rescatamos cerca de Yalova a una mujer de 72 a?os que se hab¨ªa quedado atrapada en su dormitorio. Sali¨® hablando despu¨¦s de siete horas de trabajo de desescombro. La habitaci¨®n, de dos metros y medio de altura, se hab¨ªa quedado aplastada hasta dejar una c¨¢mara de aire de unos treinta cent¨ªmetros. Le toc¨® la loter¨ªa", relata el subinspector.
Los miembros del equipo enviado por la cooperaci¨®n internacional espa?ola aseguran que han trabajado 40 horas en apenas dos d¨ªas, mientras se instalan sobre el polvo en el estadio de f¨²tbol de Golcuk. "No tenemos mucha agua para lavarnos, pero la gente nos da las gracias por la calle", asegura uno de ellos, que considera que, a pesar de la precariedad de muchas edificaciones, la gran magnitud del terremoto fue la responsable de la devastaci¨®n que ha sufrido el noroeste de Turqu¨ªa.
Durante el rezo isl¨¢mico del mediod¨ªa del viernes, los imames llamaban ayer a la solidaridad. Los convoyes militares, de transporte de maquinaria pesada y de ayuda humanitaria recorren sin cesar la autopista que enlaza Estambul con la regi¨®n de Izmit. Las autoridades civiles, desbordadas por las cr¨ªticas a su ineficacia en los primeros momentos del siniestro, ordenan quemar la basura a las afueras de las ciudades y distribuyen mascarillas para cubrirse las v¨ªas respiratorias. A¨²n no se han desatado epidemias, pero ayer, varios miembros de una misma familia beb¨ªan agua de una ca?er¨ªa rota en medio de una calle de Golcuk. De vez en cuando, un helic¨®ptero militar se posaba ayer sobre las colinas pr¨®ximas a esta ciudad portuaria para evacuar enfermos hacia los hospitales de Ankara o Estambul. Desde esas alturas, en el epicentro del dolor, se divisaba c¨®mo la refiner¨ªa de Izmit lanzaba a¨²n sus ¨²ltimas humaredas t¨®xicas sobre una devastada regi¨®n industrial construida sobre una cicatriz abierta en la corteza terrestre.
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