La propiedad del 30% de los castillos medievales espa?oles se pierde en un mar de burocracia
Unos 2.000 castillos en Espa?a no tienen propietario reconocido. ?sa es la conclusi¨®n, digna de Kafka, a la que ha llegado la Asociaci¨®n de Amigos de los Castillos tras m¨¢s de un a?o de trabajo en el primer listado de fortalezas medievales espa?olas.La asociaci¨®n cree que a¨²n le quedan casi dos a?os para concluir el inventario, pero ya ha conseguido los datos necesarios para hacerse una composici¨®n de lugar. De momento, estima que el n¨²mero de fortificaciones militares, donde se incluyen torres, murallas y arcos, pueden alcanzar la cifra de seis mil e incluso llegar hasta siete mil. De ellos, aproximadante un 40% corresponder¨ªan a la administraci¨®n p¨²blica. Y otro 30% estar¨ªa en manos de particulares.
Unos 20 j¨®venes becados por la asociaci¨®n son los encargados de confeccionar las fichas de cada fortaleza, con todas sus caracter¨ªsticas: estilo arquitect¨®nico, estado de conservaci¨®n, antig¨¹edad... Si en en algo se est¨¢n demorando es precisamente en rellenar la casilla correspondiente a la propiedad.
La titularidad de las piedras medievales se pierde en un marasmo de legajos que a veces alcanzan a casi cien personas. "Es el caso, por ejemplo, del castillo de Guazalerzas, en Toledo. Como no est¨¢ clara la propiedad, nadie quiere comprarlo, porque nadie se comprar¨ªa un piso con siete due?os", se?ala Mar¨ªa ?gueda, vicepresidenta de la asociaci¨®n. "Esta situaci¨®n provoca que se pierdan verdaderas joyas de nuestra historia, como, por ejemplo, el castillo de Navas de Tolosa".
Tampoco parece f¨¢cil mantenerlos en pie. "Es que restaurar con ladrillos es barat¨ªsimo, pero si te pones a tallar piedras pag¨¢ndole a una cantera, la cosa ya cuesta un poco m¨¢s", se?ala ?gueda.
Patrimonio para restaurar
La asociaci¨®n cree que son los ayuntamientos, los gobiernos auton¨®micos y el central quienes deben de subvencionar este tipo de obras. "Ojal¨¢ todas las autonom¨ªas cuidaran su patrimonio medieval como lo hace la de Catalu?a", se?ala ?gueda, quien tambi¨¦n reconoce que, a veces, a los ayuntamientos y a las administraciones auton¨®micas el tiro les puede salir por la culata: "El ejemplo m¨¢s claro es el del castillo de Mula, en Murcia. Ah¨ª se hizo una restauraci¨®n bastante buena con dinero del Ayuntamiento. Qued¨® una construcci¨®n preciosa, con unas vistas sensacionales. Pero cuando se acab¨® la obra una familia vino diciendo que la fortaleza era de ella. Llevaron el caso a juicio. Y lo ganaron".Agueda asegura que hay mucha gente, "y no precisamente millonarios", cuyo sue?o es ser propietario de un castillo. "Aunque hay que tener claro que las fortalezas espa?olas no son las m¨¢s c¨®modas para vivir. Las europeas son m¨¢s palaciegas. Las nuestras eran cuarteles, hay muchas escaleras y por eso fue tan extendida la frase aquella que dec¨ªa: "La dama que quiera vivir con el caballero tendr¨¢ que vivir con el caballo".
"Hace 40 a?os, el Estado dict¨® una orden por cual, si no aparec¨ªan los due?os de ciertos castillos para reclamarlos dentro de un plazo legal, las fortalezas pasar¨ªan a ser del Estado. Y as¨ª se salvaron muchos de ellos, casi todos los que se encuentran en la provincia de Guadalajara.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.