Norteamericanas en el sur del mundo
J. J. M. GAIANA Las norteamericanas Amy Peardon y Melissa Rice no responden al prototipo de gringo prepotente, pero rozan la frontera en algunas de sus respuestas, aunque sean bienintencionadas. En l¨ªneas generales, son dos j¨®venes de Michigan y Wisconsin, respectivamente, que estudian espa?ol en la Universidad de Alicante, por lo que se las ve despiertas y con muchas ganas de aprender. S¨®lo echan de menos algunas comodidades que aqu¨ª dicen que no encuentran: dormitorios con aire acondicionado y v¨ªdeos adaptados al sistema norteamericano. No obstante, pasar temporadas en Espa?a les ha permitido desmontar algunas teor¨ªas que circulan por Estados Unidos, como que aqu¨ª no se dispone de la misma tecnolog¨ªa. Amy nos considera "muy avanzados, aunque m¨¢s los ni?os que los adultos". Ambas concluyen que la principal diferencia entre la Comunidad Valenciana y sus estados es que aqu¨ª la gente vive en la calle. "Los ciudadanos siempre est¨¢n charlando, sentados en las terrazas de los bares y los caf¨¦s", se?alan, para aclarar que en Estados Unidos, el ritmo de vida tan ajetreado que llevan "no deja tiempor para salir todas las noches". En general, observan que los valencianos son "muy abiertos con sus vidas". Acusan mucho el cambio de ritmo. Amy opina que estadounidenses y valencianos "no se preocupan de las mismas cosas" y que aqu¨ª se descansa mucho y se vive con m¨¢s tranquilidad. Nos considera personas muy celosas de su libertad. Para Melissa, la vida nocturna es "demasiado". Y lo razona: "En Estados Unidos los bares cierran a la 1.30 o 2.00 de la madrugada, por lo que me resulta dif¨ªcil aguantar toda la noche". Amy y Melissa han viajado mucho por Espa?a. La primera conoce Barcelona, Pamplona y Toledo. Melissa ha estado adem¨¢s en Segovia, Madrid y Murcia. Notan diferencia entre el car¨¢cter valenciano y el de otros espa?oles, pero no aciertan a definirla. "No hemos notado una diferencia concreta, pero hay un sentimiento diferente que no sabemos concretar", dicen. Lo que m¨¢s les gusta. A Amy el ambiente. Considera que las personas son muy simp¨¢ticas y est¨¢ fascinada con las discotecas y los bares. Melissa se inclina m¨¢s por la cultura antigua, aunque reconoce que, en este aspecto, ciudades como Toledo resultan m¨¢s interesantes que Alicante. "Y las playas, por supuesto", a?ade. Ambas coinciden en la comodidad de las distancias cortas, al hecho de que no haga falta coche para desplazarse por la ciudad. Lo que echan de menos. Melissa considera que en la Comunidad Valenciana se vive de forma diferente que en Wisconsin y por eso, a veces, echa de menos la forma de vida a la que est¨¢ acostumbrada. Amy necesita realizar sus ejercicios diarios, que aqu¨ª no puede porque los sigue en un v¨ªdeo que aqu¨ª no puede verse por la incompatibilidad de sistemas. Algo a lo que jam¨¢s se acostumbrar¨ªan. Amy es tajante: la siesta. "No es necesario descansar tres horas al d¨ªa", expone. Para ella supone una molestia, porque todo cierra a la hora a la que acostumbra a ir de compras. As¨ª nos ven. "Las personas son muy abiertas", dice Amy. Melissa matiza: "los chicos m¨¢s que las chicas". Amy contin¨²a: "no son nada t¨ªmidos, y son personas que se preocupan, que te cuidan y muestran inter¨¦s por conocer a personas de otros pa¨ªses", se?ala acord¨¢ndose de que, cuando lleg¨®, no se aclaraba con los horarios de sus clases y todos se desvivieron por ayudarle. Un ¨²ltimo detalle de esta chica de Michigan: "la gente es muy flaca, sobre todo las chicas".
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