Peces tropicales emigran al Mediterr¨¢neo
Un nuevo estudio demuestra que hoy conviven 110 especies "importadas" y 530 "ind¨ªgenas"
El extra?o pez de ojos enormes y cuerpo alargado conocido como Atherinomorus lacunosus, que lleg¨® a aguas del Mediterr¨¢neo a trav¨¦s del Canal de Suez en 1902, hace tiempo que no est¨¢ solo. En los 97 a?os transcurridos se le han sumado m¨¢s de medio centenar de especies compatriotas, procedentes del mar Rojo. Otras tantas han entrado por la v¨ªa de acceso opuesta al Mediterr¨¢neo, la ¨²nica natural, el estrecho de Gibraltar. El fen¨®meno no es nuevo, pero s¨ª la velocidad que ha tomado ¨²ltimamente.El Mediterr¨¢neo, el m¨ªtico Mare Nostrum, en cuyas orillas se ha forjado toda la civilizaci¨®n occidental, se est¨¢ convirtiendo en un acuario tropical. El aumento de la temperatura del agua (medio grado en los ¨²ltimos decenios) ha facilitado la entrada a infinidad de especies marinas no aut¨®ctonas, procedentes de aguas m¨¢s c¨¢lidas, como el Atl¨¢ntico occidental y el mar Rojo: del llamado pez barracuda al pez escorpi¨®n, o al pez sierra, que pueden ser peligrosos y cuya presencia era desconocida en estas latitudes hace menos de un siglo. Tambi¨¦n han aportado su granito de arena en este proceso los peces tropicales importados por acuarios y la descarga de las aguas de las sentinas de los barcos. El resultado es que en el espacio marino n¨®strum conviven hoy un total de 110 especies importadas con las 530 especies ind¨ªgenas. Lo que equivale a decir que una quinta parte de las especies presentes en el Mediterr¨¢neo es inmigrante. Los datos proceden de una investigaci¨®n realizada por el Instituto Central de Investigaci¨®n del Mar (ICRAM), de Italia -Cambio de la fauna ¨ªctica del Mediterr¨¢neo y tropicalizaci¨®n-, presentado este mes en Roma. "Es indudable que se ha producido un aumento t¨¦rmico de las aguas de superficie del Mediterr¨¢neo, ligado a los inviernos cada vez m¨¢s suaves", explica el director del ICRAM, Attilio Rinaldi. "Y existe tambi¨¦n el testimonio biol¨®gico de que esto es as¨ª, ya que los peces originarios de mares m¨¢s c¨¢lidos se han ido infiltrando con ¨¦xito y se est¨¢n reproduciendo con regularidad, hasta el punto de que algunas especies nuevas son tan numerosas que se est¨¢n comercializando", a?ade Rinaldi. La presencia de estos nuevos peces se nota ya en la mesa. Lo sepan o no, los italianos consumen cada vez m¨¢s salmonetes tropicales, chirlas filipinas o meros indopac¨ªficos, pescados en las aguas jurisdiccionales.
El enriquecimiento de la biodiversidad marina en el Mediterr¨¢neo inquieta a Edo Ronchi, un veterano de Los Verdes, titular del Ministerio italiano del Medio Ambiente. Por un lado, la presencia de estas especies de aguas c¨¢lidas confirma hasta qu¨¦ punto son ciertas las teor¨ªas que hablan de un cambio clim¨¢tico en el planeta. Por otro, subraya hasta qu¨¦ punto el Mare Nostrum est¨¢ en peligro, porque existen otros factores que favorecen la inmigraci¨®n de las especies boreales, saharianas, senegalesas y tropicales hacia este mar, como la disminuci¨®n del porcentaje de salinidad de sus aguas, el aumento del anh¨ªdrido carb¨®nico y, en general, de la contaminaci¨®n.
Aunque el Mediterr¨¢neo constituye tan s¨®lo el 0,8% de las aguas del planeta, soporta el 30% del tr¨¢fico mar¨ªtimo, y esto incluye toda clase de barcos, los petroleros tambi¨¦n. "Los peces tropicales", dice Ronchi, "pueden arrinconar y hasta llevar a la extinci¨®n a las especies aut¨®ctonas m¨¢s vulnerables. Un mar m¨¢s limpio servir¨ªa de barrera a estos nuevos visitantes, que son m¨¢s competitivos gen¨¦ticamente". Las descargas industriales de sustancias t¨®xicas, desde metales pesados hasta hidrocarburos, est¨¢n debilitando la fauna propia, al provocar un retraso en el ciclo reproductor de algunos peces.
Junto a esta tropicalizaci¨®n, constatan los expertos, es cada vez m¨¢s evidente otra tendencia asociada que podr¨ªa denominarse "meriodionalizaci¨®n". Es decir, "el fen¨®meno por el cual las especies aut¨®ctonas del sur del Mediterr¨¢neo est¨¢n emigrando al norte, colonizando nuevas ¨¢reas que se han vuelto m¨¢s c¨¢lidas a su vez", explica Rinaldi.
Por ejemplo, se ha observado que en las islas Baleares han desaparecido algunas especies aut¨®ctonas, como el inofensivo tibur¨®n de las profundidas litorales (Scyliorhinus stellaris), mientras son cada vez m¨¢s frecuentes otras procedentes de la plataforma continental africana, como el mero tropical.
Casualmente, otro informe reciente realizado por el programa marino de la World Wide Fund for Nature (WWF), con sede en Italia, concluye que el desarrollo industrial, la construcci¨®n y el turismo est¨¢n acabando con el mar Mediterr¨¢neo como reserva natural de animales y plantas.
El da?o, seg¨²n se?ala Paolo Guglielmi, director del programa, se produce sobre todo en la costa y casi siempre a la salida de los grandes r¨ªos. As¨ª, hay grandes focos de contaminaci¨®n en las desembocaduras del Ebro (Espa?a), del Po (Italia), del R¨®dano (Francia) y del Nilo (Egipto). "Los r¨ªos vierten al mar la poluci¨®n de toda la cuenca hidrogr¨¢fica", dice Guglielmi, "pero tambi¨¦n son muy graves los vertidos de la industria petroqu¨ªmica". Cada a?o, el Mediterr¨¢neo absorbe 600.000 toneladas de crudo, del que un 80% procede de vertidos habituales. "Antes se pensaba que esta contaminaci¨®n la provocaban los accidentes de los barcos, pero se ha comprobado que por esa causa s¨®lo se vierte una peque?a parte. El crudo llega en su mayor¨ªa de la limpieza de los grandes tanques de petr¨®leo, una actividad que adem¨¢s es ilegal".
El informe alerta sobre el turismo, como la gran amenaza de futuro del Mediterr¨¢neo. Seg¨²n c¨¢lculos del Plan de Acci¨®n para el Mediterr¨¢neo de la ONU, las costas de este mar tendr¨¢n en 20 a?os unos 350 millones de turistas, que se sumar¨¢n cada verano a los 150 millones de residentes actuales. "Esto no es sostenible", razona el director del programa marino de la WWF, "por la estructura que se necesita en el consumo de agua, de energ¨ªa o en el uso de la costa".
La WWF ha recogido en el informe las zonas mejor protegidas y tambi¨¦n aquellas donde la contaminaci¨®n es alta. Entre las primeras recoge tres ¨¢reas en Espa?a -donde la gesti¨®n ecol¨®gica es ejemplar, as¨ª como su biodiversidad-: las islas Medas y las de Cabrera y Tabarca. Adem¨¢s, considera ejemplo de conservaci¨®n la pen¨ªnsula de Karaburun, en Albania, y la bah¨ªa de Alhucemas, en Marruecos. "En estos lugares todav¨ªa se puede comprobar c¨®mo era el Mediterr¨¢neo hace cientos de a?os", dice Guglielmi. Igualmente, se han incluido los puntos negros de contaminaci¨®n, que en Espa?a se?alan a Tarragona.
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