Varios te¨®logos critican que Madrid pida la beatificaci¨®n de 'm¨¢rtires' de la guerra civil
Los santos est¨¢n en el cielo, de acuerdo con las creencias de la Iglesia cat¨®lica. Los beatos, situaci¨®n previa a la canonizaci¨®n, no se sabe d¨®nde est¨¢n -desde luego, no en el infierno-, pero ahora s¨ª se sabe de d¨®nde proceden muchos de ellos: de Madrid, la di¨®cesis con m¨¢s procesos de beatificaci¨®n abiertos en todo el mundo, incluida Roma. Varios te¨®logos critican esta "inflaci¨®n" de beatos en Madrid, pero sobre todo discrepan del hecho de que muchos de los aspirantes a santos sean personas muertas violentamente durante la guerra civil espa?ola.
El arzobispado que dirige el cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, tiene abiertas 17 causas, alguna de ellas m¨²ltiple, de las cuales cinco ya han llegado al Vaticano. Para explicar las razones del porqu¨¦ de tantas causas, la Iglesia recurre a las estad¨ªsticas: m¨¢s del 90% de los madrile?os est¨¢ bautizado y uno de cada cuatro asiste a misa todos los domingos. Adem¨¢s hace referencia a la "gran raigambre cat¨®lica de la ciudad" y al hecho de que los procesos se abren en la di¨®cesis donde muere el candidato, y son muchos los sacerdotes y religiosos que pasan sus ¨²ltimos a?os en Madrid.Madrid, en definitiva, no ser¨ªa otra cosa que el alumno m¨¢s aplicado de la actual "pastoral de la santidad" impulsada por el papa Juan Pablo II, quien, en su intenci¨®n de crear santos de carne y hueso, ha elevado a los altares de la santidad a m¨¢s cat¨®licos que todos sus predecesores de este siglo.
Otros te¨®logos espa?oles, apartados de la corriente ideol¨®gica central de la Iglesia, califican estos procesos como una "inflaci¨®n" de beatificaciones y critican que haya tan pocos laicos entre los candidatos. Adem¨¢s aseguran que la intenci¨®n verdadera de esta nueva pol¨ªtica es reforzar el alineamiento de la Iglesia espa?ola con la ideolog¨ªa neoconservadora que, seg¨²n ellos, quiere imponer el Vaticano. De paso, creen, se intentar¨ªa afianzar la figura de Rouco Varela en una hipot¨¦tica carrera por el pr¨®ximo sill¨®n papal. En el fondo de toda la pol¨¦mica subyace, sin embargo, la beatificaci¨®n de los m¨¢rtires de la guerra civil, que avanza a paso firme desde que, en 1987, Juan Pablo II declarara beatas a tres monjas carmelitas fusiladas en 1936. El Papa considera que los religiosos espa?oles que han muerto en la segunda mitad de la d¨¦cada de los a?os treinta "han combatido la buena batalla", y los ubica en el contexto de la lucha contra el comunismo, por la que siempre ha demostrado una especial sensibilidad.
Actualmente, ya son unos 230 los sacerdotes y religiosos muertos durante el conflicto que han sido beatificados, y muchos otros, entre ellos el macroproceso conjunto de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, se encuentran en camino. Adem¨¢s, el pr¨®ximo 21 de noviembre ser¨¢n declarados santos (los primeros de la guerra civil) nueve m¨¢rtires hermanos de La Salle que murieron durante el levantamiento de octubre de 1934 en Tur¨®n (Asturias) y otro lasallano fusilado en Tarragona en 1937.
Enrique Miret Magdalena, presidente de la Asociaci¨®n de Te¨®logos Juan XXIII, enfrentada a la doctrina oficial de la Iglesia espa?ola, propone que se vuelva a los tiempos del papa Pablo VI, "que fren¨® totalmente estos procesos porque no cre¨ªa oportuno reabrir las heridas de la guerra", y se pregunta por qu¨¦ no se beatifica tambi¨¦n a "alg¨²n laico ejemplar" muerto en la guerra civil, "y no s¨®lo del lado franquista, sino tambi¨¦n, por qu¨¦ no, un republicano". Juan Jos¨¦ Tamayo, m¨¢ximo representante de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n en Espa?a, dice que la Iglesia, con respecto a la guerra, "no tiene que beatificar ni canonizar ni demonizar: tiene que pedir perd¨®n". "Hay que ver a qu¨¦ tipo de personas se ensalza, qui¨¦nes son estos supuestos m¨¢rtires de la guerra civil", pregunta.
Dentro de la organizaci¨®n eclesi¨¢stica prefieren no hablar de pol¨ªtica y aseguran que los procesos poco tienen que ver con el lado del conflicto en el que estuvieron los muertos. "Lo importante es que murieron perdonando a sus verdugos", sostiene Jes¨²s de las Heras, director de la Oficina de Informaci¨®n de la Conferencia Episcopal Espa?ola. De las causas abiertas en Madrid hay tres referidas a la guerra. Las tres son colectivas, y en total involucran a 69 m¨¢rtires.
Uno de los puntos que menos gusta a los te¨®logos disidentes de la pol¨ªtica de beatificaciones de la Iglesia es la prevalencia de religiosos en el camino hacia la santidad. "Lo ejemplar para el pueblo ser¨ªan las beatificaciones de hombres y mujeres laicos", dice Miret. Para Tamayo, la elecci¨®n de las causas madrile?as es "totalmente desacertada".
Jes¨²s de las Heras y Ricardo Quintana, delegado episcopal para las causas de los santos, aceptan las cr¨ªticas. Pero atribuyen la diferencia al apoyo que tienen muchos candidatos de las congregaciones religiosas que fundaron o a las que pertenecieron, y que son muchas veces las que cargan con todo el peso de la investigaci¨®n. "Hay un d¨¦ficit de santidad en las asociaciones laicas y en las di¨®cesis. Ser¨ªa bueno que promovieran m¨¢s causas", dice De las Heras.
Quintana asegura que la di¨®cesis de Madrid promover¨¢ pr¨®ximamente la beatificaci¨®n de tres amas de casa por considerarlas "modelos de madres de familia". Si estos procesos se confirman, y si ser ama de casa y madre de familia se convierte en el camino a la santidad m¨¢s r¨¢pido para las mujeres cat¨®licas, ser¨¢ probablemente entonces cuando los colectivos femeninos pongan el grito en el cielo y la Iglesia tenga otro conflicto en puertas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.