El expreso de Waco arrolla en Sevilla
"Acostarme pensando que estoy solo en la cima, que he sido el primero de la historia en conseguir algo, es lo mejor", dice el plusmarquista
"?Johnson? Impresionante. Le he visto correr a cuatro o cinco metros de m¨ª. Ha pasado a mi lado y ha sido... "Yago Lamela se queda sin palabras. Acaba el saltador asturiano de marcarse 8,15 metros para acabar con su suplicio de la clasificaci¨®n, estaba recolectando aplausos y justo en ese momento el expreso de Waco (Texas) decidi¨® detenerse al lado de La Cartuja de Sevilla. "Un duelo de titanes", anunciaba justo Lamela que se producir¨ªa ma?ana entre ¨¦l e Iv¨¢n Pedroso en la final del salto de longitud. Suena bonito, pero la mejor pel¨ªcula acababa de pasar por la pista de Sevilla. Fue muy corta, dur¨® s¨®lo 43,18s, pero qu¨¦ intensidad. Qu¨¦ velocidad de acci¨®n. Seguro que en ninguna del Oeste ha salido un pistolero as¨ª. Tan r¨¢pido como las 4,21 zancadas por minuto que Michael Johnson imprimi¨® a sus extremidades inferiores durante la vuelta a la pista, los dos estadios herc¨²leos. R¨¦cord del mundo. El m¨¢s esperado y deseado. 11 a?os m¨¢s tarde que los 43,39s de Harry Reynolds, el proscrito por sus problemas con el control antidopaje. "Y este nuevo r¨¦cord durar¨¢ otros 11 a?os", dice George Williams, uno de los t¨¦cnicos del equipo norteamericano. "Este r¨¦cord le estaba esperando a Michael, y si no lo ha batido antes, m¨¢s joven, es porque le sobraba energ¨ªa, siempre lo dejaba para el d¨ªa siguiente, pensaba que su pozo de fuerzas era inagotable. Y no lo bat¨ªa, pero ahora siente que su energ¨ªa se acaba. Y ha sentido aqu¨ª que estaba en la forma perfecta. Y ha o¨ªdo en su interior una voz que le dec¨ªa ahora u olv¨ªdate".Eran los 400 metros. Una de las distancias legendarias del atletismo. La ¨²nica casilla que ten¨ªa en blanco Michael Johnson, de 32 a?os, de Waco (Texas), enamorado de Sevilla. Tambi¨¦n de su calor. De sus 30 grados de anoche a las 20.45. De su 29% de humedad. "M¨¢s calor hace en Dallas, donde vivo", dice, con su voz de bar¨ªtono, entonada y afinada. Y se r¨ªe. Est¨¢ en su punto. "Me criticaban antes de esto porque me ve¨ªan por aqu¨ª, por la zona mixta, alegre y relajado. Dec¨ªan, mirad Michael, ya pasa de todo, no se toma en serio el atletismo. No es como Maurice Green, que est¨¢ serio y concentrado. ?se s¨ª que corre. De hecho, Michael le tiene miedo. No se atreve a enfrentarse con ¨¦l. Por eso no se ha apuntado aqu¨ª a los 200 metros". Lo dice de un tir¨®n Michael Johnson. Hablando tan deprisa casi como el molinete de sus piernas en la ¨²ltima recta. Y tan claro como su estilo econ¨®mico, perfectamente adaptado a su morfolog¨ªa. A su t¨¦cnica perfecta. "Corre como sentado sobre las piernas, que son relativamente cortas para su 1,86 de altura. No levanta las rodillas y no gasta energ¨ªa a lo tonto", dice su entrenador, Clyde Hart, un veterano blanco que se abraza a su Michael y no lo suelta.
Cuando Johnson habla de la carrera luego, en la sala de prensa, lo hace como un asesino profesional. Su verbo favorito es ejecutar. En todos sus sentidos. Tiene raz¨®n: ha ejecutado una carrera, ha ejecutado un r¨¦cord. "Para batir un r¨¦cord hacen falta que se produzcan juntas muchas circunstancias", dice. "Tienen que darse unas condiciones perfectas en la pista, y yo tengo que estar en buena forma, y tengo que estar motivado. Y todo eso lo ten¨ªa aqu¨ª. Con un plus, adem¨¢s, el p¨²blico, que ha estado maravilloso. Me he divertido mucho, s¨ª. Me lo he pasado muy bien aqu¨ª. Y todav¨ªa no me voy. Me queda el relevo del domingo. Los 4x400. As¨ª he ejecutado perfectamente la carrera. He ejecutado bien las ¨®rdenes t¨¢cticas". Al p¨²blico, a Dios y a la posteridad dedic¨® Johnson, el primer hombre que baj¨® simult¨¢neamente de los 20s en los 200 metros y de los 44s en los 400, el primer plusmarquista mundial simult¨¢neo de ambas pruebas, ahora llamadas de velocidad larga. El Tommie Smith del siglo XXI. Al p¨²blico, con la vuelta al ruedo recolectando aplausos. En lugar de las barras y estrellas de su bandera, un papel grande con unos n¨²meros (43.18) y un texto (world record). A Dios, con su habitual acuclillarse tras cruzar la l¨ªnea, apoyar la mano izquierda en el suelo y llevarse la derecha a la parte superior de las narices: oraci¨®n. A la posteridad, corriendo r¨¢pidamente hacia el marcador electr¨®nico de a pie de pista para retratarse al lado se su tiempo. Pero esta ¨²ltima tarea se tom¨® su tiempo. El reloj hab¨ªa marcado 43.19, y fue inmediatamente borrado. En blanco permaneci¨® el marcador sus buenos dos minutos, hasta que finalmente apareci¨® registrado: "New WR 43.18". "Es la primera vez que he corrido sabiendo que si no pasaba nada raro ejecutar¨ªa un r¨¦cord. Era la primera vez que lo ten¨ªa en la cabeza antes de empezar", dice. Hasta hace nada, los 400 metros eran como los 100 y los 200: no hab¨ªa lugar para pensar, para ejecutar una t¨¢ctica. Se trataba sin m¨¢s de llegar a la extenuaci¨®n lo m¨¢s velozmente posible durante 400 metros. Ahora estamos en otros tiempos. "Con Clyde Hart, mi entrenador, ya ten¨ªa pensado lo que hab¨ªa que hacer. Y eso he hecho. En las series de clasificaci¨®n hice lo mismo: 10,9s en los 100 primeros metros y 21,0 en el paso por los 200. Luego, sabiendo que me hab¨ªa clasificado, me dejaba llevar. En la carrera del r¨¦cord, despu¨¦s de pasar por 21s los primeros 200 se trataba de buscar mis l¨ªmites, de no asustarme y confiar en m¨ª mismo".
Michael Johnson, campe¨®n ol¨ªmpico dos veces, campe¨®n mundial otras cinco ocasiones, prefiere los r¨¦cords a los t¨ªtulos. Como lo tiene todo... podr¨ªa a?adirse. "Pero s¨ª, prefiero batir un r¨¦cord. Acostarme pensando que estoy solo en la cima, que he sido el primero de la historia en conseguir algo, es lo mejor. Me colma". Hace tres a?os, en 1996, Michael Johnson bati¨® otro r¨¦cord hist¨®rico, los 19,72s que en los 200 metros hab¨ªa logrado el italiano Pietro Mennea en 1979 aprovechando la altura de Ciudad de M¨¦xico. Un r¨¦cord de 17 a?os. "Pero aunque s¨®lo fuera un r¨¦cord de 11 a?os ha sido mucho m¨¢s dif¨ªcil el r¨¦cord de 400 metros", explica. "La vuelta al estadio es una carrera mucho m¨¢s complicada de ejecutar. Hacen falta muchos a?os para dar lo mejor de uno mismo. Es una carrera especial: acaba siempre convirti¨¦ndose en un duelo conmigo mismo, entre yo y mi capacidad de acabar deprisa. Quiz¨¢s aqu¨ª en Sevilla haya conseguido el ¨²ltimo objetivo de mi vida".
De M¨¦xico le hab¨ªa llegado a Johnson un recuerdo. No precisamente Pietro Mennea, que bien retirado est¨¢ desde hace a?os, sino un tal Alejandro C¨¢rdenas, ?lex para los amigos. Hace tres d¨ªas, Johnson comparti¨® con ¨¦l serie y hasta lo dej¨® ganar, quiz¨¢s admirado por el pa?uelo con la bandera mexicana que luc¨ªa C¨¢rdenas, lo que le daba un aire inusitado de kamikaze. Se dieron la mano despu¨¦s y el norteamericano pens¨® que s¨®lo le volver¨ªa a ver en la semifinal, pero persevera que persevera ?lex sigui¨® acerc¨¢ndosele. Y lleg¨® a la final. Y subi¨® al podio. La primera medalla en la historia del atletismo mexicano en una prueba que no es de fondo. Todav¨ªa bajo los efectos euforizantes de las sustancias llamadas velocidad y bronce, C¨¢rdenas se exaltaba. "Michael Johnson es humano, muy bueno pero humano. A ese se?or le puedo recortar la distancia, vaya si puedo. Tengo 25 a?os. Bueno la verdad es que apenas he tenido tiempo de verlo de cerca. He aguantado algo hasta los 200 metros. Luego ¨¦l ha cambiado como s¨®lo ¨¦l sabe hacerlo y cuando me he querido dar cuenta estaba siete metros por delante de m¨ª, cruzando la l¨ªnea", proclam¨® ?lex... S¨ª, hace calor, pero he corrido con la bandera mexicana en la frente, que me ha protegido". ?l y el segundo, el brasile?o Sanderlei Claro Parrela, han compartido el honor de compartir el podio con el Johnson m¨¢s pleno de su carrera y la deshonra obligada de ser el segundo y el tercero que m¨¢s lejos han llegado del primero en una final ol¨ªmpica o mundial de 400: a 1,09s el brasile?o; a 1,13s el mexicano.
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