Masterkova se redime en 1.500 metros de su derrota en los 800

Svetlana Masterkova, de 31 a?os, apareci¨® de ninguna parte para sorprender al mundo con dos oros (800 y 1.500 metros) en los Juegos de Atlanta. Poco se sab¨ªa de ella antes de que emulara a su hist¨®rica compatriota Tatiana Kazankina. Su historial habl¨® luego de que viv¨ªa en Espa?a con un ciclista ruso, Asiat Saitov, y de que los dos a?os anteriores hab¨ªa dejado el atletismo para dedicarlos a la maternidad de su hija Anastasia. Despu¨¦s, le cost¨® estar a la altura de su haza?a. En el Mundial del 97 se lesion¨® y tuvo que operarse del tend¨®n de Aquiles. Dej¨® los t¨ªtulos abiertos para el apetito de Quirot y Sacramento. Volvi¨® en el 98 para ganar el Europeo y, as¨ª consolidada, se present¨® en Sevilla para a?adir un nuevo doblete a su leyenda. Fall¨®, curiosamente, en los 800 (gan¨® la checa Fomenova y la rusa s¨®lo fue bronce), pero en su revancha, los 1.500 de ayer, se mostr¨® superior a todas.Antes de los Mundiales, Masterkova s¨®lo hab¨ªa disputado un 1.500, y la marca con la que se present¨® era de unos muy pobres 4.06.45. Sin embargo, llegada la competici¨®n, Masterkova domin¨® tranquilamente a todas, viejas conocidas de otras finales. Tambi¨¦n a la portuguesa Sacramento, a la norteamericana Jacobs y a la et¨ªope Dulecha. Las rumanas intentaron jugarse la carrera al estilo marroqu¨ª, esto es, con Elena Buhaianu haciendo de liebre para Beclea y pas¨¢ndolos 800 en 2.12.89 (1.03.87 en los 400), con objeto de fatigar a la rusa, impidiendo que sus piernas llegaran frescas a la ¨²ltima vuelta. La portuguesa Sacramento se sum¨® con entusiasmo a la iniciativa a partir de los 800, pero s¨®lo supieron cansarse ellas solas. Con unos espl¨¦ndidos 58.61 en los ¨²ltimos 400 (43.55 en los ¨²ltimos 300), Masterkova, que atac¨® en la ¨²ltima curva, cerr¨® cuentas con su error en los 800.

Tambi¨¦n hubo presencia espa?ola en la final. Ana Amelia Men¨¦ndez, brav¨ªsima en la semifinal, pag¨® el esfuerzo y estuvo en todo momento fuera de carrera (termin¨® octava en 4.04.72). Qued¨® un par de puestos por delante de la alta y sorprendente norteamericana Marla Runyan, de 30 a?os, un caso ¨²nico. La estadounidense es t¨¦cnicamente ciega, aunque ve lo suficiente para no tropezar en la pista y vislumbrar su carril. En su palmar¨¦s figura un oro en los Paral¨ªmpicos del 96; y otro, mucho m¨¢s valioso, en los Panamericanos de hace un mes.