"Sin la m¨²sica, la humanidad no existir¨ªa"
Considerado como uno de los mejores solistas de viola de gamba en todo el planeta, ha rechazado especializarse en un ¨²nico periodo musical y en una actividad concreta. De ah¨ª que este verano, entre otras actividades, ha estado tocando m¨²sicas de Alfonso X el Sabio, romances sefard¨ªes, ha acompa?ado con su m¨²sica un espect¨¢culo de Nacho Duato con la Compa?¨ªa Nacional de Danza y ha actuado en el Corral de Comedias de Almagro, adem¨¢s de dar saltos continuos por toda Europa con su m¨²sica e impartir cursos en diversas ciudades.Pregunta. ?Qu¨¦ proceso prefiere: director, int¨¦rprete, pedagogo, compositor, productor?
Respuesta. El de recrear y difundir las m¨²sicas injustamente olvidadas. Pero hasta llegar a este instante hay todo un proceso largo y laborioso. La mayor¨ªa de los m¨²sicos en todas las ¨¦pocas hemos tenido que hacer un poco de todo. ?Qu¨¦ era Haendel? Era compositor, clavecinista, organista, director de orquesta, etc¨¦tera. Vivaldi, Lully, o Mozart, otro tanto. En una ¨¦poca como la nuestra, tan necesitada de cambios, es tambi¨¦n muy importante tener un m¨¢ximo de libertad e independencia para poder realizar los proyectos que uno cree necesarios. Por este motivo creamos los diferentes grupos musicales, la Fundaci¨®n Cima e incluso Alia Vox, un sello discogr¨¢fico independiente.
P. ?Por qu¨¦ ese desconocimiento de la m¨²sica antigua?
R. En nuestra cultura, la m¨²sica siempre ha sido una pariente pobre; primero, porque s¨®lo existe verdaderamente cuando suena, cuando un cantante la canta o un int¨¦rprete la toca. Hist¨®ricamente estamos a¨²n muy influenciados por la importancia de la cultura centroeuropea. No es m¨¢s que un intento de reproducir una vida musical ideal, pero es un ideal para esos pa¨ªses que vivieron una ¨¦poca del clasicismo y romanticismo extraordinarias.
P. No como nuestro pa¨ªs.
R. Aqu¨ª no tenemos un clasicismo o romanticismo musical significativo, aunque, sin embargo, s¨ª poseemos las estructuras musicales, unas estructuras que nos permiten interpretar las m¨²sicas del barroco, del renacimiento o del medievo, donde s¨ª tenemos nuestros siglos de oro musicales. Toda la recuperaci¨®n de este maravilloso patrimonio musical que va de los siglos IX al XVIII, desde las Cantigas de Alfonso X el Sabio a las Tonadillas Esc¨¦nicas de Blas de Laserna, depende exclusivamente de la actividad privada, por lo que llevamos un desfase que se produce, curiosamente, por los medios musicales que tenemos. Ser¨ªa l¨®gico que, junto a orquestas o coros que interpretan el repertorio convencional, existiera una verdadera pol¨ªtica de recuperaci¨®n y difusi¨®n de nuestro patrimonio musical que permitiera una actividad a largo plazo de los m¨²sicos y grupos. La verdadera riqueza cultural de un pueblo no depende de la importancia de su patrimonio, sino, sobre todo, de su capacidad de valorarlo y mantenerlo vivo.
P. La m¨²sica que usted toca se utiliz¨® en muchos momentos como propaganda pol¨ªtica, aspecto que, no obstante, jam¨¢s la desvaloriz¨®.
R. Los poetas y los compositores eran apoyados por el poder. Pero era un poder, incluso el de los papas, que, sobre todo, estimulaba la creaci¨®n y que, excepciones aparte, incluso respetaba el artista porque lo necesitaba. La historia de la m¨²sica europea es un viajar constante de compositores, de centros culturales, de ciudades que siguen de cerca a sus creadores y que se convierten en centros que a su vez atraen a los creadores. P. ?Qu¨¦ futuro tiene para usted la m¨²sica?
R. Sin la m¨²sica, la humanidad no existir¨ªa. El ser humano nace con la m¨²sica, que es la que de hecho da todo el sentido a la palabra conceptual. El beb¨¦, antes de comprender el sentido de una palabra que no entiende, percibe su contenido expresivo gracias a la manera que tendr¨¢ su madre de cantarla y es a trav¨¦s de estos primeros sentimientos que empezamos a ser humanos. P. ?Qu¨¦ perdi¨® la m¨²sica espa?ola con la expulsi¨®n de ¨¢rabes y jud¨ªos a finales del siglo XV?
R. Quiz¨¢ perdimos una de las grandes ocasiones que se le ha brindado a este pa¨ªs de ser un ejemplo universal de convivencia, si hubi¨¦semos sido capaces de conservar una presencia de las tres grandes culturas monote¨ªsticas que coexist¨ªan en nuestra Hispania medieval. Las m¨¢s de 400 Cantigas de Santa Mar¨ªa de Alfonso X el Sabio son un maravilloso ejemplo de la gran variedad de influencias de una cultura extraordinaria. ?sa era una ¨¦poca en la que la m¨²sica cumpl¨ªa el papel de medio de comunicaci¨®n y difusi¨®n de unas creencias espirituales.
P. ?Qu¨¦ funci¨®n social le queda a la m¨²sica?
R. La m¨²sica ser¨¢ siempre un medio de comunicaci¨®n de los sentimientos, ya que es el lenguaje del alma. A la m¨²sica se la utiliza de una forma abusiva para llenar el vac¨ªo, para hacernos olvidar que estamos solos, pero la funci¨®n fundamental de la m¨²sica es hacernos solidarios y felices, y tambi¨¦n la de elevarnos a una dimensi¨®n superior. Como dec¨ªa Menuhin: "En una clase de m¨²sica no hay racismo".
P. A medida que su carrera se ha ido internacionalizando, ?ve los nacionalismos como algo empobrecedor o algo necesario?
R. El nacionalismo es una expresi¨®n que puede contener muchos conceptos diferentes. Todo ser humano necesita un medio en el que desarrollarse, un medio en el cual el se realiza como persona, como cultura. No creo en el nacionalismo exclusivista, pero la dignidad de pertenecer a una cultura es esencial. El problema est¨¢ cuando esto se quiere limitar a un mundo ¨²nico. Lo que uno aprende a base de viajar y ver otras gentes es que el mundo est¨¢ lleno de diversidad, y el nacionalismo es una forma muy elemental a la que se quiere dar a veces una importancia desmesurada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.