El h¨¦roe del marat¨®n

Hasta no hace mucho, el rey de unas olimpiadas era el ganador del marat¨®n. Por eso esta prueba se dejaba para la jornada final y al vencedor se le premiaba con la corona de laurel, el m¨¢s alto galard¨®n con que un atleta puede so?ar. Pero de unos a?os a esta parte, con los americanos due?os del atletismo, han convertido a los corredores de velocidad en los verdaderos h¨¦roes de esos eventos. La cosa es f¨¢cil de entender. No hay m¨¢s que ver las figuras de Maurice Green y Abel Ant¨®n para darse cuenta de que al primero se le puede fabricar, s¨®lo es cuesti¨®n de tomar un cuerpo adecuado y convertirlo en un robot en un par de a?os. Al final de la carrera se le ve sonriente, optimista. La cara de Ant¨®n demuestra todo lo contrario: refleja el enorme esfuerzo que ha tenido que hacer hasta llegar vencedor a la meta, triunfo obtenido como fruto de una labor sacrificada de a?os. Si dispusieran de atletas como Ant¨®n o El Guerruj, seguramente la cosa seguir¨ªa igual, pero, al no ser as¨ª, han conseguido atraen a la opini¨®n p¨²blica hacia las carreras de corto recorrido.-