Exhibici¨®n de Olano en la contrarreloj
El l¨ªder espa?ol super¨® con autoridad a Ullrich y castig¨® con sensibles diferencias a los escaladores
Si del Tour se tratara, habr¨ªa que decir "cuidado con ese hombre". Ese hombre es Abraham Olano, que hizo exactamente ese tipo de exhibici¨®n ambiciosa, voraz, agresiva, disuasoria, que deja pasmado al personal e introduce en el pelot¨®n la conciencia de que hay un corredor m¨¢s fuerte que los dem¨¢s. Esa sospecha se suele convertir en certeza en una carrera como el Tour. Pero esto es la Vuelta, se rige por otras reglas y Olano no tiene a¨²n el cr¨¦dito de los grandes. Ahora bien, dado el tono elevado de la contienda que libraron Olano y Ullrich, es evidente que el corredor espa?ol impresion¨®. Lo hizo desde que tom¨® la salida, en la forma de atacar la primera curva, a la hora de echarle segundos encima nada menos que a Ullrich desde la primera referencia. Dir¨ªase que sali¨® de Salamanca dispuesto a perseguir al alem¨¢n all¨¢ donde se encontrara, con ¨¢nimo de exterminar rivales a su paso, furioso por que se le ponga en entredicho en esta Vuelta, dise?ada por su peor enemigo. Los escaladores cierran su contabilidad con n¨²meros rojos: esas diferencias no son habituales en la Vuelta. Olano se comport¨® ayer con ¨¢nimo vengador; su victoria tuvo un indudable sabor a revancha.
Suma de factores
Dado el dise?o de la Vuelta, sus se?as de indentidad como carrera muy a la espa?ola, tendente al nerviosismo, a veces a la sinraz¨®n, la contrarreloj suele tener un aire menor. Suele serlo porque no acostumbra a juntar grandes contrarrelojistas en buenas condiciones a estas alturas de la temporada y porque no hay tradici¨®n entre el p¨²blico. La raz¨®n es muy sencilla. Indur¨¢in fue quien nos ense?¨® a disfrutar de esta especialidad, e Indur¨¢in no practic¨® ninguna de sus grandes exhibiciones en suelo nacional. Ayer, sin embargo, Abraham Olano cambi¨® un tanto esa tendencia. La suma de factores que contribuy¨® a ello parec¨ªa notable. No era tanto que Olano defendiera su liderato, que ganara la etapa (es su victoria n¨²mero cinco en una contrarreloj de la Vuelta a Espa?a, y la n¨²mero 24 en su carrera profesional) sino la presencia de un rival como Ullrich en un estado reconocible por el p¨²blico tras su breve pero exitosa intervenci¨®n en la etapa del jueves. El duelo ten¨ªa todos los ingredientes por la calidad de los rivales y porque estaba en juego tomar el mando temporalmente en esta Vuelta. En s¨ª misma, la jornada se iba a disputar en dos escalas: para la m¨¢xima categor¨ªa s¨®lo entraban Ullrich, Olano y Z¨¹lle en los papeles, y todo lo m¨¢s ?ngel Luis Casero. El segundo nivel iba a estar compuesto por los escaladores, desde Tonkov, quien mejor se comporta en esta especialidad, hasta el previsible Chava Jim¨¦nez, de quien se sab¨ªa que lo iba a hacer mal de todas todas, pasando por Heras, Escart¨ªn o Santi Blanco. Podr¨ªamos decir que una contrarreloj tendr¨ªa categor¨ªa internacional y que la segunda obrar¨ªa para el debate interno. La tradici¨®n de la Vuelta colocaba a los escaladores nacionales en un margen de p¨¦rdidas comprendido entre los dos y los cuatro minutos, salvo que El Chava quisiera irse m¨¢s lejos todav¨ªa.
El destino coloc¨® a los dos grandes rivales en las posiciones de privilegio, como consecuencia de la etapa de Ciudad Rodrigo. Por tanto, con todas las referencias en su mano y con el escenario de la prueba dividido, temporalmente, en dos competiciones.No era muy complicado presumir que la Vuelta perd¨ªa la participaci¨®n estelar de Alex Z¨¹lle, como consecuencia del da?o moral y el desgaste f¨ªsico sufrido el d¨ªa anterior. Las primeras referencias se?alaban un Z¨¹lle disminuido, en fase de recuperaci¨®n, pero las ¨²ltimas anunciaron cierta alarma a partir de la mitad del recorrido, que se convirti¨® en un nuevo desplome en su recta final. Junto a Z¨¹lle, los escaladores fueron evaluando sus prestaciones con cierta tendencia al optimismo: Escart¨ªn sal¨ªa con ganas, Heras dejaba lo mejor de s¨ª mismo para el final, Tonkov tomaba posiciones como el mejor entre sus iguales, y Jim¨¦nez daba rienda suelta al despilfarro. En ¨¦sas, Casero tomaba la salida y empezaba a ponerlos en fila. Pero faltaba lo mejor.
Sali¨® Ullrich y el p¨²blico entendi¨® que ¨¦sa era otra forma de correr, hecho que certific¨® moderadamente la primera referencia oficiosa. Pero salt¨® a la escena Olano y la tarde se puso seria de verdad.
Ullrich era el del Tour, en apariencia. Como un coche alem¨¢n, moviendo desarrollos altos, haciendo su trabajo, sin apartarse del plan previsto. Pero Abraham Olano mostraba un punto m¨¢s, una posici¨®n m¨¢s din¨¢mica, una agresividad contagiosa. Faltaba verificar la impresi¨®n visual con la referencia del crono, y el primer dato confirm¨® que Olano volaba m¨¢s r¨¢pido que Ullrich. El punto de agresividad se convert¨ªa en un punto de aceleraci¨®n superior: la diferencia fue ampli¨¢ndose, poco m¨¢s o menos a raz¨®n de 10 segundos cada 15 kil¨®metros. Ullrich recibi¨® noticia de la situaci¨®n en breve, pero no modific¨® el plan previsto, porque su actuaci¨®n era notable a la altura de preparaci¨®n en la que se encuentra. Olano, como es habitual en estos casos, no tuvo siempre una informaci¨®n fidedigna (se le transmiti¨® alg¨²n dato inexacto por encima de la diferencia real), lo que tal vez contribuy¨® a mantener el car¨¢cter impetuoso de su ofensiva. Siendo como es un reputado especialista, siendo como es el actual campe¨®n del mundo, Olano brind¨® ayer una exhibici¨®n fant¨¢stica.
Tan es as¨ª que, si se tratara del Tour, habr¨ªa que considerar si Olano no comenz¨® ayer a escribir el primer cap¨ªtulo de su victoria final en la Vuelta.Deber¨ªa serlo si se entiende que, independientemente de las razones t¨¦cnicas propias de una contrarreloj, Olano logr¨® unas diferencias que deber¨ªan entenderse como demoledoras frente a los escaladores, y puso en escena un estado de forma muy superior a sus rivales. Salvo en el caso de Ullrich, que mantiene una diferencia m¨¢s que razonable (a 1.07 del espa?ol), muchos escaladores est¨¢n ya a distancias sensibles, l¨¦ase los 4.42 de Tonkov, los 6.13 minutos de Escart¨ªn, los 5.07 de Heras, los 6.56 de Beltr¨¢n o los 7.13 de Jim¨¦nez. Pero Olano es objeto de discusi¨®n por sus problemas casi end¨¦micos en el Tour y por las dificultades que sufri¨® en la pasada Vuelta, de un dise?o m¨¢s suave que la actual. Esas referencias castigan al l¨ªder espa?ol y siembran dudas en su horizonte. Porque, si fuera por lo visto ayer, Olano corri¨® como lo hacen los que van a ganar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.