"La justicia social cada vez plantea m¨¢s problemas a la socialdemocracia"
Sus a?os de estudios en Par¨ªs, donde tuvo por maestros a Foucault, Barthes y Sartre, hicieron de Ignacio Ramonet (Redondela, Pontevedra, 1943) el intelectual que hoy conocemos, autor de libros como Un mundo sin rumbo, Rebeldes, dioses y excluidos o La tiran¨ªa de la comunicaci¨®n. Semi¨®logo, profesor y periodista, Ramonet ha sabido convertir al que fuera peri¨®dico de culto Le Monde Diplomatique en el Pepito Grillo intelectual de la mundualizaci¨®n. A imagen y semejanza suya. Este hijo de emigrantes, de aspecto desenfadado (americana, vaqueros y zapatillas) y conversaci¨®n fluida, ha participado en un seminario organizado por el centro Arteleku de San Sebasti¨¢n sobre los cambios de tendencias en esta sociedad que se asoma al fin del milenio. Pregunta. ?Hacia d¨®nde se dirige esta sociedad, sometida a unos cambios tan vertiginosos? Respuesta. La sociedad actual se dirige sin rumbo hacia el siglo XXI en la medida en que las ideas que est¨¢n pilotando el planeta son de tipo econ¨®mico. La l¨®gica ultraliberal se extiende y se expresa mediante la idea de que el mercado puede resolverlo todo. Pero hay muchos problemas sociales y econ¨®micos que no puede resolver. O si lo hace, no crea una sociedad armoniosa y solidaria. El mercado se ha apartado de lo pol¨ªtico y divide la sociedad entre solventes y pobres y excluidos. Existe un mundo de integrados, lo que llamamos la triada (Jap¨®n y unos cuantos peque?os pa¨ªses de Asia, Europa Occidental y el norte de Am¨¦rica), que cada vez se enriquecen m¨¢s, y el resto. Mientras siga esto as¨ª, el mundo va sin rumbo. P. ?Qu¨¦ supuso la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn en el nuevo orden mundial? R. Hace diez a?os, todo el mundo estaba feliz porque, con la ca¨ªda del muro, se pon¨ªa fin a la guerra fr¨ªa. Sin embargo, el n¨²mero de guerras y muertos se ha multiplicado desde entonces. Sobre todo en ?frica, donde la mitad de pa¨ªses est¨¢n sin control y envueltos en guerras. Los conflictos a nivel internacional se han multiplicado. Ah¨ª est¨¢n las guerras del Golfo, Kosovo, Bosnia, etc¨¦tera. En una d¨¦cada, ha habido centenares de miles de muertos. Contrariamente a lo que pod¨ªamos pensar, el mundo no ha entrado en un nuevo orden. Este nuevo orden es econ¨®mico y no pol¨ªtico. Esta situaci¨®n conlleva muchos peligros. P. ?La socialdemocracia no sirve de contrapeso a esta tendencia? R. La socialdemocracia est¨¢ padeciendo una verdadera crisis ideol¨®gica. No tiene teor¨ªa. La idea de justicia social le plantea cada vez m¨¢s problemas. El estado del bienestar supone un Estado fuerte, capaz de redistribuir la riqueza, y vemos c¨®mo los socialdem¨®cratas, que no han desarrollado teor¨ªa ni reflexi¨®n, aceptan cada vez m¨¢s la idea de que el liberalismo es para todos. Aceptan los principios casi cient¨ªficos del mercado. Esa es la tesis de la tercera v¨ªa de Blair, de Schroeder, etc¨¦tera. P. La total implicaci¨®n de la mujer en el siglo XXI, ?podr¨ªa contribuir a cambiar este panorama? R. Creo que la incorporaci¨®n de la mujer es una gran adquisici¨®n de estos ¨²ltimos a?os. Durante los siglos XIX y XX se han producido muchos avances de tipo pol¨ªtico y social, pero se ha dejado en el camino a la mujer. Ahora, ellas reivindican con justicia que haya una mayor paridad. El intervencionismo de la mujer en nuestras sociedades es muy ben¨¦ficioso. Primero, porque resuelve una gran injusticia y, segundo, porque su capacidad e inteligencia colectiva son necesarias para sociedades de hoy, menos violentas y m¨¢s negociadoras y equilibradas. Tambi¨¦n se vislumbra la necesidad de que el ciudadano intervenga cada vez m¨¢s en el debate p¨²blico. P. En esta ¨¦poca de globalizaci¨®n, ?es factible reivindicar lo local? R. Hoy se abusa en la confusi¨®n de estos conceptos y el resultado es un excesivo pensamiento en t¨¦rminos globales contra un actuar meramente local o particularista. Habr¨ªa que invertir el orden, en favor de un pensar local y actuar global. Los ciudadanos no pueden limitarse a intervenir en su peque?a ¨¢rea. Es mucho m¨¢s productivo que los peque?os problemas locales se planteen a escala internacional. No debemos admitir que s¨®lo las grandes fuerzas globalizadas intervengan a escala planetaria. Es una manera de admitir que no se puede actuar. P. ?Cree que los medios de comunici¨®n seguir¨¢n asfixiando de informaci¨®n al lector? R. Los medios deben plantearse la idea de c¨®mo permitir una mayor libertad. Los periodistas piensan que, como vivimos en un Estado democr¨¢tico, autom¨¢ticamente transmiten libertad. No es as¨ª. Tenemos casos de censura manifiestos, como la sobreinformaci¨®n y la selecci¨®n de las noticias. No digamos la censura de tipo econ¨®mico: el hecho de que tal informaci¨®n sea rentable y otra no. Los medios deben suprimir el m¨¢ximo de mentiras y proponer una vigiliancia colectiva, tanto de profesionales como de lectores. P. Unos 200 millones de habitantes utilizan Internet, ?no es un ejercicio de libertad? R. S¨ª. Internet me parece un espacio muy interesante, pero no es la soluci¨®n a los problemas. Lo utiliza una peque?a escala de la humanidad. La ¨²ltima tecnolog¨ªa no suprime las anteriores.
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