La tragedia paga impuestos

Jos¨¦ Antonio Cifuentes pens¨® que era una broma, pesada y macabra sin duda. Pero la carta que le hab¨ªa enviado a su casa la oficina de la Agencia Tributaria de L"Hospitalet de Llobregat (Barcelona) no dejaba lugar a dudas: Hacienda le reclamaba un mill¨®n de pesetas por los tres millones que recibi¨® como indemnizaci¨®n tras la muerte de su hijo Eduardo, de siete a?os, en la riada que arras¨® el c¨¢mping Las Nieves, de Biescas (Huesca), el 7 de agosto de 1996. "Es incre¨ªble: ?me reclaman por un incremento del valor patrimonial de tres millones de pesetas, y lo que yo he perdido es un hijo! ?Qu¨¦ valor tiene esa p¨¦rdida?", se enfada y se pregunta Jos¨¦ Antonio. Ning¨²n otro afectado ha recibido esa notificaci¨®n. "Ni siquiera mi cu?ado, que tributa en Barcelona y que perdi¨® a su mujer", subraya el afectado.

Cifuentes, por m¨¢s vueltas que le d¨¦ a la cabeza, no acaba de entender el porqu¨¦ de la reclamaci¨®n del fisco que le lleg¨® a su casa en marzo pasado, y donde se le comunicaba que no hab¨ªa declarado en el ejercicio de 1996 las "subvenciones, auxilios y ayudas satisfechas por las Administraciones p¨²blicas". Precisamente un 7 de agosto de ese ejercicio, las aguas alborotadas por la tormenta y la fatalidad se llevaron por delante la vida del hijo de Jos¨¦ Antonio y de su esposa, Mar¨ªa Jos¨¦. Tambi¨¦n muri¨® su cu?ada Josefa Gonz¨¢lez Lay. Fueron dos de las 87 v¨ªctimas de la cat¨¢strofe de Biescas.

El matrimonio recibi¨® en octubre de ese mismo a?o los tres millones de pesetas de ayuda que el Gobierno de Arag¨®n estableci¨® para quienes sufrieron la riada. "Me dieron tambi¨¦n una ayuda de la Uni¨®n Europea, un mill¨®n setecientas mil pesetas, y yo no las declar¨¦ porque cre¨ªa que estaban exentas del pago a Hacienda", confiesa Cifuentes. No lo entendi¨® as¨ª la Agencia Tributaria, que insiste en reclamar su mill¨®n de los tres que entreg¨® al afectado el Ejecutivo aragon¨¦s, al entender que supuso un incremento de su patrimonio. Sin embargo, Hacienda no dice nada de la ayuda europea.

Jos¨¦ Antonio contest¨® a la reclamaci¨®n presentando los justificantes de esas ayudas, pero la Agencia le sigue reclamando. "No entiendo nada; he llegado a creer que era un capricho de alguien". Y lo que menos se explica Cifuentes es que no coticen a Hacienda los premios de la loter¨ªa y s¨ª una indemnizaci¨®n por muerte.

La ¨²nica explicaci¨®n que encuentra es que en el decreto del Ejecutivo aragon¨¦s no se dec¨ªa expresamente que esas ayudas estaban exentas de tributaci¨®n. "Pero yo alegu¨¦ que la ley fiscal de 1991, en su art¨ªculo 9 de IRPF, determina la exenci¨®n para las indemnizaciones por da?os f¨ªsicos o ps¨ªquicos a personas en la cuant¨ªa legal, por lo que argument¨¦ que era evidente que esta ayuda puede y debe asimilarse, a estos efectos, a una indemnizaci¨®n que adem¨¢s est¨¢ reconocida con rango de decreto del Gobierno Auton¨®mico".

Por eso, el actual Ejecutivo aragon¨¦s ha decidido preguntar en la Secretar¨ªa de Estado de Hacienda si existe alg¨²n fallo en su decreto de 7 de octubre de 1996, para corregirlo y para enterarse de si la reclamaci¨®n a Cifuentes es un caso aislado o si, por el contrario, hay posibilidad de reclamar a otros afectados. Tambi¨¦n ha enviado una carta al secretario de Estado, Juan Costa, para saber qu¨¦ razones han movido a la Agencia Tributaria a exigir ese dinero.

Las fuentes consultadas del Gobierno regional no conocen ning¨²n otro caso. Cifuentes cita como ejemplo el de los hijos de su cu?ada, que reciben ayudas de la Diputaci¨®n de Barcelona, de la que ¨¦l mismo es funcionario y donde trabajaba tambi¨¦n su cu?ada.

El laberinto administrativo en el que se ha visto inmerso Cifuentes, por ahora sin soluci¨®n, le ha llevado a sacar su caso a la luz. As¨ª, pocos d¨ªas antes del aniversario de la tragedia de Biescas, cont¨® su historia en El Heraldo de Arag¨®n.

Jos¨¦ Antonio Cifuentes quer¨ªa dejar claro de esta forma que el tiempo no s¨®lo no cura nada, sino que resucita fantasmas.

"Regresamos a Biescas para el aniversario del desastre y luego nos marchamos de vacaciones. Pero la pesadilla sigue, porque cuando quieres tranquilizarte, una especie de broma macabra en forma de reclamaci¨®n te hace revivirlo todo". Cifuentes y su mujer s¨®lo tienen un deseo: "Que acabe esta pesadilla".