El Atl¨¦tico sigue sin puntos
El Celta se lleva la victoria del Calder¨®n en uno de sus peores partidos
El Atl¨¦tico volvi¨® a marcharse del Calder¨®n con la cabeza agachada, bajo una bronca atronadora y sin puntos. La escena se ha repetido con tanta frecuencia ¨²ltimamente que ha perdido casi la condici¨®n de noticia. La era Ranieri se sigue contando a derrota por partido. Tambi¨¦n ante el Celta, ante la peor versi¨®n del Celta. Porque el conjunto de V¨ªctor Fern¨¢ndez no se pareci¨® en nada al que asombr¨® durante el verano. Ri?¨® con la pelota por una vez y s¨®lo jug¨® a r¨¢fagas. Pero gan¨®. Y s¨®lo los grandes equipos saben ara?ar tres puntos de sus peores tardes. Al Atl¨¦tico le sucedi¨® exactamente lo contrario: probablemente no mereci¨® perder, no jug¨® menos que su rival, pero se fue de vac¨ªo.M¨¢s de uno dir¨¢ que por Toni, el portero al que cada vez cuesta m¨¢s ver de titular, que dio nuevos argumentos para agrandar su divorcio con la grada. Fall¨® en los dos goles del Celta: el penalti a Gustavo L¨®pez era tan innecesario como evitable y se comport¨® como un simple espectador en el libre indirecto lejano y frontal que precedi¨® al 2-0. Y eso que el de ayer fue el mejor Atl¨¦tico que se ha visto con Ranieri. Nada relevante, con un f¨²tbol m¨¢s bien plano, siempre con problemas en el ataque est¨¢tico, pero con otro color al de las dos primeras sesiones ligueras. Le ayud¨® un Celta desconocido, peleado sorprendentemente con la pelota, que s¨®lo ense?¨® sus colmillos de cuando en cuando y que tuvo en C¨¢ceres (un defensa, lo que ya es significativo) a su mejor hombre. Tambi¨¦n colabor¨® el nuevo dibujo de los madrile?os, el tercero en lo que va de curso -Ranieri empez¨® ante el Rayo con un 3-4-3, luego pas¨® al 4-4-2 frente a la Real y ayer implant¨® un 4-2-3-1-, que present¨® un Atl¨¦tico m¨¢s compacto, mejor organizado, de mayor sentido. E influy¨®, sobre todo, el tr¨ªo que formaron Solari, Valer¨®n y Hasselbaink, que tienen algo que invita a pensar bien. Poco, en cualquier caso, para borrar el pesimismo de las caras rojiblancas, para pasar por encima de unas cuantas decisiones dif¨ªciles de comprender.
ATL?TICO 1
CELTA 2Atl¨¦tico: Toni; Pilipauskas (Gaspar, m. 46), Santi, Gamarra, Capdevila; Bejbl, Ventur¨ªn (Hugo Leal, m. 72); Lard¨ªn (Paunovic, m. 46), Valer¨®n, Solari; y Hasselbaink. Celta: Dutruel; Velasco, C¨¢ceres, Djorovic, Juanfran; Celades, Makelele; Karpin (Revivo, m. 72), Mostovoi (Giovanella, m. 57), Gustavo L¨®pez; y McCarthy (Kaviedes, m. 66). Goles: 0-1. M. 31. Karpin env¨ªa un bal¨®n en profundidad a Gustavo L¨®pez, que llega antes que Toni a la pelota y cae. Karpin transforma en gol el penalti. 1-1. M. 36. Capdevila hace la pared con Solari y cuelga al segundo palo, donde Valer¨®n cabecea a la red. 1-2. M. 85. Revivo cuelga una falta sobre el ¨¢rea desde 40 metros y Juanfran, libre de marca en el segundo palo, cabecea a placer. ?rbitro: Andradas. Amonest¨® a Toni, Bejbl, Gustavo L¨®pez, Velasco, Djorovic, Celades, Kaviedes, Solari. 22.000 espectadores en el Vicente Calder¨®n.
La de la titularidad de Toni es una de ellas. No es un mal portero, pero ha entrado mal en el equipo (huele m¨¢s a decisi¨®n de empresa que puramente deportiva), con la grada enfrentada a ¨¦l, y se le nota nervioso, m¨¢s fuera de los partidos que dentro. Pero se entiende a¨²n menos qu¨¦ hace Pilipauskas como due?o de la banda derecha de este equipo. Vendr¨¢ con unos informes sensacionales de Uruguay, pero hasta la fecha se ha mostrado como un jugador vulgar. Sin recorrido, sin clase, sin fuerza, sin velocidad, sin nada. No ha ense?ado cualidades ni para defender ni para atacar. Pero ah¨ª sigue. O segu¨ªa, que Ranieri lo mand¨® a la ducha en el descanso. Como a Lard¨ªn (¨¦ste fue gran jugador, pero ya no lo es, y parece irrecuperable). Ambos, Pilipauskas y Lard¨ªn, hab¨ªan convertido la banda derecha del Atl¨¦tico en una pel¨ªcula de terror.
El Celta no supo aprovechar el fil¨®n que se encontr¨® por ese lado en la primera parte. Arranc¨® bien el cuadro vigu¨¦s, apoyado en su juego de toque y verticalidad, pero las contras del Atl¨¦tico lograron desenfocarle. Despu¨¦s de la primera combinaci¨®n Solari-Valer¨®n-Hasselbaink, el¨¦ctrica, al primer toque y letal, al Celta le entr¨® miedo. Parec¨ªa como si se hubiera dejado afectar por un mensaje que no se le supon¨ªa: no vaya a ser que por volcarme demasiado en ataque le ponga el partido en bandeja al rival. As¨ª que empez¨® a dudar, a no saber si ir o no, y se llen¨® de imprecisi¨®n. El Celta necesita jugar con naturalidad y ayer no lo hizo.
Con todo, en golpes espor¨¢dicos llenos del talento que s¨ª re¨²ne este equipo, el Celta logr¨® acercarse a Toni. Fabricaba ocasiones, pero para culminar el mal d¨ªa, sus disparos se iban casi siempre rumbo a la grada. Hasta que en un env¨ªo largo de Karpin sobre Gustavo L¨®pez, ¨¦ste alcanz¨® una esquina del ¨¢rea, lleg¨® antes a la pelota que Toni -un portero al que no le gusta vivir en el balc¨®n del ¨¢rea, sino junto a los palos- y dej¨® que el guardameta le arrollara. No aparentaba peligro la jugada, pero el Celta se encontr¨® con un penalti y marc¨®.
Solari progresa
No se hundi¨® el Atl¨¦tico. Segu¨ªa mostr¨¢ndose muy plano en los ataques est¨¢ticos, pero, de pronto, tras una recuperaci¨®n, si la pelota pasaba por Valer¨®n o por Solari, se volv¨ªa da?ino. Muy en Ranieri, que quiere que los suyos se muevan a toda pastilla, el Atl¨¦tico supo meter en problemas al Celta en cada robo de bal¨®n. De uno de ellos surgi¨® el empate: Solari le devolvi¨® un bal¨®n m¨¢gico a Capdevila, ¨¦ste colg¨® al segundo palo y Valer¨®n marc¨® de cabeza. Fue el argentino, por su pase acaramelado a Capdevila, el que m¨¢s culpa tuvo en el gol. Tiene Solari dos virtudes valios¨ªsimas, ambas puramente argentinas: se mueve siempre como si estuviera tirando paredes, ofreci¨¦ndose sin descanso, sin perder jam¨¢s la esperanza de que alguien le devuelva la pelota; y en las cercan¨ªas del ¨¢rea sabe meter el bal¨®n a la distancia precisa y dejarlo muerto, f¨¢cil para la llegada de alg¨²n compa?ero.El f¨²tbol de Solari, los toques de Valer¨®n, la velocidad endemoniada de Hasselbaink y las asociaciones a un toque entre los tres hicieron so?ar al Atl¨¦tico. Pero el Celta se apropi¨® del bal¨®n en el ¨²ltimo cuarto de hora y le despert¨®. Tampoco parec¨ªa que la reacci¨®n viguesa diera para la victoria, pero as¨ª ocurri¨®: una falta lejana, Toni que no sale y gol. Rasgo de equipo grande el del Celta, que supo ganar hasta en su peor tarde. Y el Atl¨¦tico, fiel a su costumbre m¨¢s reciente, perdi¨®.
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