Athletic y Real Madrid empatan a todo
San Mam¨¦s vive la edici¨®n de un cl¨¢sico con todos los ingredientes de la historia y el f¨²tbol de la modernidad
La fe salv¨® al Madrid en San Mam¨¦s. Dej¨® las obras para MacManaman y equilibr¨® la actitud del Athletic con un derroche de energ¨ªa. Al Athletic le falt¨® esa pizca de inteligencia para entender las situaciones ventajosas y el exceso de voluntad que le define en todas las circunstancias. Al final, el infortunio (que le hab¨ªa dado un gol) le rob¨® la victoria cuando retras¨® el partido un siglo en la historia y lo encendi¨® hasta el infinito. Un cl¨¢sico en toda regla, resuelto con un resultado que nadie busc¨® y que lleg¨® como fruto de la igualdad m¨¢s que del consenso.Existe la convicci¨®n ¨²ltimamente en Bilbao de que ganar al Madrid exige algo m¨¢s que superarle en juego, en suerte y en entrega. Los episodios m¨¢s recientes desvelan que el conjunto madridista resume las virtudes que puede exhibir el Athletic en un par de pinceladas definitivas. Ayer le toc¨® el turno a MacManaman, pero pod¨ªa haber sido cualquier otro. Y eso a pesar de haber visto sobre el terreno de juego al mejor Guerrero de los ¨²ltimos tiempos o al Etxeberria m¨¢s ingenioso de las ¨²ltimas temporadas. Pocos se puede reprochar al Athletic, pero poco se le puede negar al Madrid.
ATHLETIC 2
REAL MADRID 2Athletic: I. Etxeberria; Lacruz (Ezquerro, m.58), Alkorta, Ferreira, Larrazabal; E. Alonso (Larrainzar, m. 66), Guerrero, Urrutia, Felipe (J. Gonz¨¢lez, m. 80); Etxeberria y Urzaiz. Real Madrid: Casillas; Salgado; Hierro, Julio C¨¦sar, Roberto Carlos; McManaman, Redondo (Guti, m. 68), Geremi, Savio (Helguera, m. 32); Ra¨²l y Morientes (Anelka, m. 58). Goles: 1-0. M.15. Guerrero coloca una falta en la escuadra izquierda.. 1-1. M. 19. Gran jugada personal de McManaman, que recoge el bal¨®n tras una pared con Savio y bate a Etxeberria en su salida. 2-1. M. 40. Geremi en propia puerta. 2-2. M. 75. Guti remata un centro de Anelka. ?rbitro: Daud¨¦n Ib¨¢nez Amonest¨® a Morientes, Hierro y expuls¨® a Salgado por dos tarjetas amarillas. Lleno en San Mam¨¦s.
El partido se embruj¨® en un suspiro, con ese tacto que le otorga al f¨²tbol el juego de tobillo. Lo torci¨® lo suficiente Julen Guerrero para superar a la barrera y alojar el bal¨®n suavemente en la red y lo reiter¨® hasta el l¨ªmite McManaman para construir una jugada particular que revinidic¨® sus recientes buenos tiempos de Anfield Road. El cl¨¢sico de San Mam¨¦s se aventuraba por caminos interesantes. Una disputa atrevida en el esfuerzo y generosa en el atrevimiento.
El Madrid aprovechaba los espacios y las triangulaciones y el Athletic la tenacidad colectiva y el ingenio inagotable de Etxeberria para encontrar siempre una salida. Un gui¨®n previsible al que no eran ajenos los desajustes defensivos en ambas ¨¢reas. El Athletic sufr¨ªa por desubicaci¨®n y el Madrid en el mano a mano. Lo esperado. Sufri¨® m¨¢s el Madrid en sus carencias. A la media hora M¨ªchel Salgado pag¨® su incosistencia defensiva con una expulsi¨®n que se ven¨ªa anunciando por el predominio ofensivo de Etxeberria. El delantero del Athletic le sac¨® de sitio y de quicio. Le quebr¨® la autoestima. Le expuls¨® del partido.
La soluci¨®n Toshack tuvo mucho que ver con la rutina. Savio fue el segundo damnificado de la expulsi¨®n, para dar entrada a Helguera y otorgar el carril derecho a Geremi. El Madrid estrech¨® el campo y mantuvo la ambici¨®n. Hab¨ªa otras opciones (prescindir de uno de los dos delanteros, Ra¨²l o Morientes) pero opt¨® por lo habitual, previendo quiz¨¢ una menor aplicaci¨®n defensiva en el brasile?o que en el resto de sus compa?eros.
El tacto fue cediendo protagonismo al m¨²sculo, pero en el cambio de gui¨®n perdi¨® el Madrid el partido. El infortunio le persigui¨® a Geremi, que desvi¨® involuntariamente a red con su cuerpo un centro de Larrazabal. Fue un momento singular, dentro y fuera del campo. Toshack y Luis Fern¨¢ndez debat¨ªan t¨¢cticamente en la banda, en un trasiego constante de jugadores que iban y ven¨ªan. Y en esas lleg¨® el gol m¨¢s inesperado. Definitivamente, deb¨ªa prevalecer el m¨²sculo para hacerse con el encuentro, aunque resist¨ªan los alumnos m¨¢s aventajados de la clases. MacManaman sosten¨ªa el juego ofensivo del Madrid, con una personalidad desbordada que compromet¨ªa a toda la defensa rival. En el Athletic, Guerrero, tan entregado como feliz dirig¨ªa el ritmo y la orientaci¨®n del partido. Redondo fue su v¨ªctima. El argentino no encontr¨® jam¨¢s ni el bal¨®n, ni el modo de frenar a su enemigo habitual.
Misma actitud
El Madrid volv¨ªa a ser un equipo largo. El Athletic, lo es por devoci¨®n. Pero igualados en actitud. El Athletic encuentra siempre los mayores problemas en la gesti¨®n del ¨¦xito. En condiciones favorables, su discurso se hace un tanto escaso. En la adversidad resulta m¨¢s solvente. Cuesta abajo, apenas fue capaz de frecuentar un par de ocasiones de gol que demostraron la personalidad del joven Casillas. El Madrid le hab¨ªa robado el partido, cuando le igual¨® la actitud y le otorg¨® a McManaman los galones del equipo.Y el Madrid igual¨® en otro ejercicio de presi¨®n, ya con Anelka y Guti en el terreno de juego. Los dos entendieron las indicaciones del gal¨¦s y construyeron el gol. Era un empate ¨¦pico por los condicionantes pero lo suficientemente est¨¦tico para disfrutar con la pasi¨®n y por el juego, en r¨¢fagas perfectamente sincronizadas. Todo el sabor de un cl¨¢sico que concluy¨® sin un segundo de aliento. Con un bal¨®n al larguero, otro quer lo rozo, un remate de McManaman y el p¨²blico inamovible en su asiento. Un cl¨¢sico que nadie quer¨ªa empatar. Ni con diez, ni con once jugadores.
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