?Y el porro? JOAN SUBIRATS

Las encuestas y dem¨¢s estudios sociol¨®gicos son concluyentes: la mayor¨ªa de la poblaci¨®n catalana menor de 50 a?os ha probado alguna vez alg¨²n derivado del Cannabis, o bien es consumidora circunstancial o habitual de marihuana o alguna sustancia similar. He de confesar que, como el obispo de Edimburgo o Bill Clinton, yo tambi¨¦n me he fumado un par de veces un porro. He de decir asimismo que me gustan m¨¢s los puros o puritos que los canutos. Pero estos d¨ªas me ha asaltado una duda. ?Sabremos en esta apasionante campa?a cu¨¢l es la opini¨®n y las experiencias de los candidatos sobre tal extendida costumbre de los catalanes? ?Fum¨® Pujol un porro mientras contemplaba el paisaje desde la cima del Aneto, y ya en plena euforia disolvi¨® el Parlament a golpe de m¨®vil? ?Se inspir¨® Maragall en Roma con alg¨²n que otro canuto mientras pensaba c¨®mo enfocar el asunto? ?Rib¨® y Carod Rovira comparten al menos el gusto por la mar¨ªa? ?Tuvo algo que ver la marihuana en la decisi¨®n de Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz cuando estudiaba Derecho en la UAB y hastiado de tanto nacionalismo tom¨® la senda de la pol¨ªtica conservadora? No piensen que este art¨ªculo es simplemente una frivolidad. El tema sigue estando en el candelero pol¨ªtico europeo y norteamericano desde hace a?os. Las recientes y victoriosas votaciones en seis estados de los USA sobre el uso terap¨¦utico de la marihuana lo demuestran. Y no digamos la consolidada tradici¨®n holandesa, o la reciente pol¨¦mica brit¨¢nica sobre el tema. En Gran Breta?a el tema ha vuelto a la palestra tras las declaraciones de Charles Kennedy, el nuevo l¨ªder de los Liberal-Dem¨®cratas brit¨¢nicos, quien en pleno mes de agosto propuso reconsiderar dr¨¢sticamente la pol¨ªtica antidrogas del gobierno. Despu¨¦s de acusar a los principales l¨ªderes pol¨ªticos de estar al margen de los temas que preocupan a la opini¨®n p¨²blica, Kennedy propuso la creaci¨®n de una Royal Commision para que elaborara un informe sobre un tema sobre el que, afirm¨®, "existe una seria preocupaci¨®n en cualquier familia del pa¨ªs". Como afirm¨® un comentarista al d¨ªa siguiente, la labor de la Comisi¨®n podr¨ªa verse facilitada si leyera con detenimiento las conclusiones de la Indian Hemp Drugs Commision, que en 1893 fue establecida por el gobierno brit¨¢nico para evaluar la posibilidad de prohibir el uso del Cannabis en la India colonial. Las conclusiones de la comisi¨®n (formada por cuatro oficiales brit¨¢nicos y tres "native non-official gentlemen", y que entrevist¨® a 1.193 testigos de todo el pa¨ªs) son, a pesar de los a?os, tremendamente actuales: "Se ha determinado que el uso de la droga en cantidades moderadas puede ser beneficioso, y no produce da?o moral alguno. Asimismo la opini¨®n general es que no puede establecerse conexi¨®n alguna entre consumo y criminalidad". No sabemos si en el ¨¢nimo de la Comisi¨®n pes¨® el hecho de que la propia Reina Victoria us¨® el Cannabis para aliviar sus males. ?Existe alguna opini¨®n sobre el tema por parte de los candidatos a President de la Generalitat? ?Consideran que no es un tema que afecte a los catalanes? Si quieren informarse un poco m¨¢s sobre el tema, les puedo recomendar el ¨²ltimo y excelente trabajo del antrop¨®logo catal¨¢n Oriol Roman¨ª (Las Drogas. Sue?os y razones), libro en el que podr¨¢n encontrar multitud de referencias y datos sobre los que formarse una opini¨®n. No sabemos si en los programas electorales que ir¨¢n apareciendo se habla del tema, pero no deber¨ªan quedar al margen de un debate que est¨¢ a la orden del d¨ªa en buena parte del mundo. Razones para ello no faltan. En Alaska, California, Kentucky, Rhode Islan y Virginia, la marihuana es el cultivo que genera m¨¢s valor en esos estados. En Suiza se vende de forma legal marihuana en forma de pastillas de aromaterapia. Y, como es sabido, en Holanda est¨¢ totalmente despenalizada, y las estad¨ªsticas demuestran que su uso entre los adolescentes ha ido descendiendo significativamente. Ha llegado el momento de que se tomen en serio las consideraciones de las Jornadas Europeas sobre Intervenci¨®n Comunitaria de las Drogodependencias celebradas en Barcelona en 1998, las recomendaciones de las 600 personalidades (con 8 premios Nobel) que remitieron una carta al secretario general de la ONU donde manifiestan que la guerra contra la droga est¨¢ provocando m¨¢s da?os que el mismo abuso de las mismas, o los acuerdos del Consejo Europeo de ONG que en marzo de 1998 en Viena lanz¨® un manifiesto por una pol¨ªtica de drogas justa y eficaz. ?Qu¨¦ opinan nuestros pol¨ªticos de todo ello? ?Tiene algo que decir un potencial President de la Generalitat sobre el tema? Ya sabemos que Catalu?a es su prioridad, que quieren el cambio, que est¨¢n por el progreso, que est¨¢n o no de acuerdo con modificar la Constituci¨®n o el Estatut o que abogan por un cambio generacional , pero no sabemos muchas otras cosas. Probablemente no quieran meterse en l¨ªos en esa b¨²squeda desaforada por pillar votos de d¨®nde sea. Mientras, iremos asistiendo con impotencia a la evoluci¨®n de un problema que afecta a much¨ªsima gente dentro y fuera de nuestras fronteras, y que de no afrontarlo con valent¨ªa va a seguir beneficiando tremendamente a esos que viven a costa de los sufrimientos de muchos y de la cobard¨ªa de otros.