Olano pierde m¨¢s cr¨¦dito que tiempo
El l¨ªder mostr¨® debilidad en el tramo final de la suave ascensi¨®n al Pla de Beret
De un fiasco de etapa salt¨® la noticia, prueba inequ¨ªvoca de que en el ciclismo no se puede actuar con las reglas del ajedrez: la posici¨®n del l¨ªder ya no es tan s¨®lida sin haber mediado una ofensiva en toda regla, sin movimientos de largo alcance. Abraham Olano vuelve a estar en entredicho, regresa a la posici¨®n de partida antes de comenzar esta Vuelta. Olano no ha perdido 30 segundos, no es una diferencia estimable. Olano ha perdido cr¨¦dito en una monta?a de tama?o medio, se ha quedado descolgado en una circunstancia sorprendente: con los escaladores faltos de apetito porque no estaba en juego la victoria de etapa. Olano se qued¨® solo, descolgado, sin equipo en su auxilio. Los 13 corredores que le siguen en la general le dejaron sin remedio. Si se trata de un s¨ªntoma, el diagn¨®stico es preocupante. La noticia salt¨® cuando la coyuntura amenazaba una etapa frustrante de principio al final, cuando todo hab¨ªa quedado a expensas de una subida casi rutinaria en un puerto de escasa dureza, las condiciones que todo el mundo se?alaba como las id¨®neas para el porvenir de Olano. Pendientes con porcentajes suaves, ritmo cansino en cabeza del pelot¨®n, un grupo de gregarios muy por delante jug¨¢ndose de cualquier manera el triunfo de etapa, con los escaladores esperando para mejor ocasi¨®n. Abraham Olano no pod¨ªa pedir m¨¢s comodidad para inaugurar el tr¨¢nsito pirenaico. En ¨¦sas, Santi Blanco intenta el salto por hacer algo. El grupo se estira... y Olano empieza a desengancharse.
El detalle despert¨® a un grupo que ascend¨ªa Pla de Beret con muy poca ilusi¨®n, que parec¨ªa entregado a servir de escolta al l¨ªder. Las referencias de la ascensi¨®n demostraban que el grupo de notables apenas recortaba tiempo con relaci¨®n a los supervivientes de una escapada que naci¨® nada menos que en el kil¨®metro 25, que llevaba casi 170 de antig¨¹edad y cuya composici¨®n mostraba unanimidad de rodadores. No pod¨ªa pasarse por alto la pereza del ritmo de los notables, casi el desinter¨¦s de los escaladores nacionales, todos guard¨¢ndose para otro d¨ªa. Pero fue descubrirse la debilidad del l¨ªder y despertar todos a un tiempo con militar empe?o, como si se tratara de un ejercicio t¨¢ctico. El grupo se puso en actitud de combate, funcion¨® el acto reflejo y nadie tuvo piedad con Olano. Desde ese momento hasta el final, cuatro kil¨®metros de pendiente moderada como quien dice, se hizo el silencio: la diferencia se fue ensanchando hasta donde el terreno y las fuerzas de Olano lo permitieron. Medio minuto. Poca cosa visto con ¨¢nimo contable, una nueva carrera para algunos si se interpreta con todo su significado.
El suceso no habr¨ªa sorprendido en otro lugar y en otro tiempo, pero s¨ª ayer porque Olano hab¨ªa manejado correctamente el arte de escenificar su liderato. Estaba poderoso, autoritario en todos los terrenos, sin atisbo de debilidad, sin falsa humildad en sus declaraciones, con las cuentas a su favor y los escaladores entregados. Olano pod¨ªa permitirse el derecho a fijarse exclusivamente en Ullrich y Tonkov. A ponerse a su altura en la monta?a. Pero desde ayer el juego puede haberse terminado: muchos creen haberle visto una carta bajo la manga.
Alguna gente revisar¨¢ sus notas modificando algunos supuestos. La cotizaci¨®n de Olano pierde enteros. La de Ullrich sube como la espuma (siempre metido en carrera, sin distracciones), y el papel de Tonkov adquiere importancia. Todos repasan la etapa de hoy, corta en su kilometraje pero accidentada desde que amanece. Quienes quieren verlo todo como un conjunto, entienden que las dificultades de Olano ofrecer¨¢n hoy un segundo cap¨ªtulo ante un puerto de mayor entidad (Arcal¨ªs, en Andorra). Quienes as¨ª lo ven se dan cuenta de que minuto y medio es una renta escasa en esas condiciones: a Olano se le interpreta en otra clave (la del Tour) y a su equipo se le da por acabado.
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