Ni fu ni fa, m¨¢s bien fu
De los toros se puede salir de muchas maneras: echando pestes, toreando de sal¨®n (?qu¨¦ pocas veces!), bostezando... pero cuando se sale sin ganas de bostezar siquiera, teniendo que hacer esfuerzos sobrehumanos para recordar algo de lo que se ha visto, puede uno llegar a tropezarse con las farolas o saludar a alguien que no se conoce ni de vista.La corrida fue de esas que dejan absolutamente fr¨ªo porque en conciencia nada es recordable. Todo soso; todo mon¨®tono; todo gris.
Toros sosones, cansinos, sin chispa, blandos para m¨¢s inri. Y ?los toreros? Pues qu¨¦ quiere usted que le cuente. Espartaco no pareci¨® ni su sombra. Anduvo cuidando a su primero, sufriendo una colada por estar fuera de cacho. Aquello ten¨ªa toda la emoci¨®n del mundo, ya se pueden figurar, porque el noble y soso animal perd¨ªa las manos con cierto estilo y el torero, pobrecito m¨ªo, llevaba la muleta a media altura tratando de no molestar. En el cuarto estuvo intercambiando opiniones con su padre y su apoderado pero el resultado no fue exactamente brillante, porque hubo enganchones y la desconfianza se hizo presente. No era claro el toro, rebrincado y molesto y el trasteo se hizo azaroso.
Puerto / Espartaco, Ponce, Chaves
Toros de Puerto de San Lorenzo, bien presentados, blandos y sosos.Espartaco: pinchazo y estocada con desarme (ovaci¨®n y saludos); pinchazo, otro con desarme, otros dos pinchazos y dos descabellos (pitos). Enrique Ponce: estocada corta -aviso- y dobla el toro (oreja); bajonazo (petici¨®n y vuelta). Domingo L¨®pez Chaves: media perpendicular,estocada desprendida -aviso- y dobla el toro (silencio); tres pinchazos y descabello (silencio). Plaza de la Glorieta, 17 de septiembre. 6? corrida de feria. Tres cuartos de entrada.
Ponce tore¨® despegado, sobre el pico y aceleradillo. Tampoco se escap¨® de los enganchones de vez en cuando. Fases templadas y pulcras y episodios anodinos y de una frialdad sepulcral. En el quinto, bland¨ªsimo y noble, volvi¨® a estar f¨¢cil como quien se sabe la asignatura y encima le sale en el examen lo m¨¢s tirado. La emoci¨®n era imposible, no hace falta que lo jure, aunque al final se organiz¨® un jale¨ªto la mar de aparente porque hubo pa?uelos, desde luego no en mayor¨ªa, y el consiguiente griter¨ªo dentro del cual ninguna presidencia del mundo puede distinguir qu¨¦ gritos son a favor y cu¨¢les en contra. ?Soluci¨®n?, no dar la oreja. Se llev¨® un broncazo el us¨ªa pero estuvo como las propias rosas. Fue digna de ver la cara de consternaci¨®n de la cuadrilla de Ponce.
L¨®pez Chaves pas¨® con m¨¢s pena que gloria. Algunos argumentaron que no estaba repuesto del ¨²ltimo percance, pero eso no vale. Si no se est¨¢ en forma, cuidarse es lo que procede. No tuvo sitio, anduvo desorientado y menudearon los desarmes; hasta cuatro. Demasiados.
Babelia
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