Los sin clase
Varias familias espa?olas no escolarizan a sus hijos y los educan en sus propias casas
Un grupo de familias espa?olas tienen a sus hijos sin escolarizar porque prefieren ense?arles en sus casas. El caso de Gabriel, el ni?o de Almer¨ªa que, con siete a?os, no va al colegio y estudia por Internet, ha desvelado la existencia de una red de familias, de cuyos testimonios deja constancia una veintena de padres en unas publicaciones a las que ha tenido acceso este diario. El tema ha despertado gran preocupaci¨®n en la comunidad educativa. Hay divergencias en la interpretaci¨®n de la ley en estos casos y las autoridades aseguran que no conocen estas situaciones.
Como Gabriel hay al menos dos decenas m¨¢s de ni?os en Espa?a en esta situaci¨®n cuyos padres llevan a?os organizando congresos para exponer su opci¨®n educativa. La situaci¨®n de estos ni?os sin clase es muy peculiar: no han pisado ni una sola vez un colegio, pero no est¨¢n desatendidos. Existe una publicaci¨®n especializada, Crecer sin Escuela, que se edita en la poblaci¨®n alicantina de L'Alf¨¤s del Pi, en la que familias de distintos puntos del pa¨ªs ofrecen su testimonio sobre el modo en que educan a sus hijos en casa y por qu¨¦ decidieron no llevarlos al colegio. Tambi¨¦n se mencionan encuentros nacionales y regionales de familias con ni?os no escolarizados.El director del programa de Nuevas Tecnolog¨ªas del Ministerio de Educaci¨®n, Juan Luis Cordero, reconoce que la posibilidad de que cada vez haya m¨¢s personas que decidan educar a sus hijos en casa con el apoyo, entre otras herramientas, de Internet "es un buen tema de reflexi¨®n te¨®rica". Cordero explica que en Estados Unidos se plante¨® el problema de los padres que reclamaban el derecho a educar a sus hijos en casa, algo que no recog¨ªa la Constituci¨®n norteamericana. "Las sentencias ordenaban que los ni?os estuvieran escolarizados. Aunque tambi¨¦n es cierto que hubo sentencias m¨¢s favorables en las que se reconoc¨ªa ese derecho por algunos motivos como los religiosos, pero siempre bajo la supervisi¨®n de la Administraci¨®n y validando esos t¨ªtulos", rememora este responsable educativo.
Ning¨²n ni?o sin escolarizar
Cordero asegura que en Espa?a "no hay ning¨²n ni?o de 6 a 16 a?os que est¨¦ sin escolarizar", e insiste en que el paso por la escuela es fundamental para la socializaci¨®n de los ni?os. Pero los testimonios de publicaciones demuestran lo contrario. Uno de ellos dice: "Somos Mari¨¢n, de 34 a?os; Josu¨¢, de 41; Roc¨ªo, de 11; Shanti, de 9, y Alla, de 4. Nuestros dos hijos mayores estuvieron en la escuela hasta febrero de 1996 en Monachil (Granada), donde viv¨ªamos antes. All¨ª no eran felices, hab¨ªa un ambiente agresivo y competitivo. Josu¨¢ y yo pens¨¢bamos en cambiar la escuela, m¨¢s que en apartarnos de ella. Trabajamos mucho con la asociaci¨®n de padres y acogimos con entusiasmo un proyecto de los servicios sociales para hacer una escuela de padres. Ninguna de estas cosas funcion¨®. En octubre del 95 conocimos un puesto informativo de Ni?os sin Escuela en la Feria Alternativa de Granada".
Estos padres explican que poco despu¨¦s decidieron sacar a sus hijos de la escuela: "Nos mudamos a una finca que ya compart¨ªan otras dos familias. Hoy hemos tomado ya conciencia de que somos nosotros, y no otras personas, los que queremos vivir con ellos, atender sus necesidades de aprendizaje (y no las impuestas desde fuera) y, mutuamente, ense?arnos y aprender".
Otro testimonio es el de una madre de Girona que busca consejo en familias con su misma filosof¨ªa: "Me siento muy indecisa y vulnerable. Mi hija va a cumplir tres a?os y todav¨ªa no s¨¦ si debo escolarizarla o no. Siempre he hecho lo que cre¨ªa que deb¨ªa hacer conmigo misma, a pesar del mundo, pero ahora debo decidir por mi hija. Supongo que no he perdonado a mis padres por sacarme de casa contra mi voluntad y meterme en el colegio". Esta madre a?ade que no ha perdonado la incomprensi¨®n e insensibilidad de los profesores, "ni sus humillaciones, sus aprobados y sus suspensos". Pero duda: "Yo hice una carrera con la que me gano la vida y disfruto. Y pienso: si mi hija no va al colegio, ?qui¨¦n le dar¨¢ un trabajo en el futuro? ?No me dir¨¢ que sacrifiqu¨¦ su futuro por mis ideas y mis miedos?".
Retroceso
En la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA), tampoco les consta que exista alg¨²n caso as¨ª. Su vicepresidenta, Isabel Rodr¨ªguez Gonz¨¢lez, mantiene que "el mayor logro de este siglo ha sido la universalizaci¨®n del derecho a la educaci¨®n. Cuando no era as¨ª recib¨ªan una educaci¨®n en sus casas aquellos que pod¨ªan permitirse tener profesores particulares, y eso marcaba una diferencia de clases. En estos momentos me parecer¨ªa un retroceso; no ser¨ªa positivo".
No obstante, Rodr¨ªguez reconoce que "quiz¨¢s Internet, en el futuro, pueda producir una revoluci¨®n en la educaci¨®n". Desde el punto de vista legal, estos casos no est¨¢n claros. Cuanto se produce absentismo -que suele ser en familias desestructuradas o en minor¨ªas marginadas-, la Administraci¨®n se pone en contacto con los padres para comunicarles que tienen la obligaci¨®n de llevar al ni?o al colegio. Si los padres no tienen en cuenta la advertencia, se puede acudir a los tribunales para que ¨¦stos ordenen la escolarizaci¨®n.
Suelen ser los directores de los centros educativos o los servicios sociales los que alertan de estos casos. Por norma general, cuando se dan estos casos, los jueces entienden que existe desatenci¨®n y abandono familiar hacia el menor y obligan a los padres a llevarlo al colegio. Pero cuando el ni?o no est¨¢ escolarizado pero s¨ª bien atendido y educado en casa, la situaci¨®n se complica y hay jueces que tienen otra interpretaci¨®n.
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