Educaci¨®n, educaci¨®n, educaci¨®n JOSEP M. MU?OZ
Gracias a este lema de resonancias anguitistas, dicen los expertos que gan¨® las elecciones el Partido Laborista de Tony Blair despu¨¦s de casi veinte a?os de gobierno conservador en la Gran Breta?a. Aunque los publicistas se esfuercen por hallar esl¨®ganes adecuados para vender a los candidatos (en unas elecciones donde los partidos empresas compiten por ofrecer servicios eficaces y cre¨ªbles a los electores contribuyentes), parece evidente que la fuerza de un lema electoral no est¨¢ en su formulaci¨®n m¨¢s o menos afortunada, sino en su capacidad de conectar con las preocupaciones reales de la mayor¨ªa de los electores. "Es la econom¨ªa, est¨²pido", dicen que le espet¨® un asesor suyo al futuro presidente Clinton, indic¨¢ndole as¨ª con precisi¨®n meridiana d¨®nde deb¨ªa centrar su mensaje electoral. Clinton y Blair, aun disintiendo de cierta tradici¨®n socialdem¨®crata pero poniendo el acento en la necesidad de la cohesi¨®n social y de la igualdad de oportunidades, lograron as¨ª el vuelco necesario para ganar las elecciones, al tiempo que pon¨ªan de relieve el papel central que tiene la educaci¨®n como freno a la exclusi¨®n social. En Catalu?a, la precampa?a de Maragall ha empezado con un lema algo sorprendente: Juntos cambiaremos Catalu?a. ?Por qu¨¦ cambiar Catalu?a, por qu¨¦ enfrentar tan arduo prop¨®sito si en este pa¨ªs, si nos atenemos a los ¨ªndices de bienestar mundialmente homologados, se vive tan bien? Lo que hay que hacer, y adem¨¢s ¨¦ste es un anhelo que parece ir cobrando fuerza, es cambiar nuestro Gobierno, el de la Generalitat, para emprender otras pol¨ªticas, muy distintas a las que ha venido ejerciendo (o no ejerciendo) el Gobierno de CiU. Y en este cambio de pol¨ªticas, no cabe duda alguna que deben ser prioritarias la cultura y la educaci¨®n. Maragall ha dado un importante paso con su anuncio, matizado por la cautela, de que, en caso de ganar, su Gobierno se propone doblar el presupuesto auton¨®mico de cultura, as¨ª como buscar los mecanismos para resolver la financiaci¨®n federal de las culturas espa?olas. No es una promesa f¨¢cil, y con toda seguridad le va a ser reclamada en un futuro. Porque la educaci¨®n va a seguir siendo una cuesti¨®n clave. Cuando ya sabemos que, en el plazo de muy pocos a?os, en Estados Unidos la mitad de los empleos van a estar relacionados con la sociedad de la informaci¨®n, estamos f¨¢cilmente de acuerdo en que la inversi¨®n en capital humano es la m¨¢s rentable socialmente. Pero ¨¦ste, siendo crucial, no es el ¨²nico argumento para apostar decididamente por la educaci¨®n: desde que la izquierda es izquierda, sabemos que la educaci¨®n es el arma m¨¢s poderosa para combatir la desigualdad de origen econ¨®mico y social. La educaci¨®n es lo que har¨¢ de nosotros ciudadanos libres, como proclamaba la izquierda catalana en julio de 1936 cuando empez¨® a poner las bases de la "escuela nueva" con su proyecto educativo global. Hoy en d¨ªa, la escuela sigue siendo un instrumento b¨¢sico no s¨®lo para ser competitivos, sino tambi¨¦n para lograr la cohesi¨®n social, para combatir la desigualdad de origen, para integrar a la inmigraci¨®n, para paliar la desestructuraci¨®n familiar. Este verano, a ra¨ªz de los incidentes racistas en un barrio obrero de Terrassa, se puso de relieve que el fracaso escolar y la falta de idoneidad en la formaci¨®n profesional de
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