Participaci¨®n
Dec¨ªa Gene Brown: "En una democracia, el acuerdo no es esencial; la participaci¨®n, s¨ª". En un pa¨ªs como el nuestro, con s¨®lo 20a?os de Estado democr¨¢tico, y a pesar de haber disfrutado, o sufrido, grandes y profundas transformaciones, nos sigue faltando cierto nivel de implicaci¨®n activa en aquello que nos afecta de una manera directa.Efectivamente, en Espa?a no hay una gran tradici¨®n de participaci¨®n; y cuando la ha habido, o ha sido excesivamente apasionada, o s¨®lo se pod¨ªa actuar en una direcci¨®n, pues de lo contrario corr¨ªan peligro la libertad y la integridad f¨ªsica del participante.
Pero en la actualidad, que no corremos estos peligros por nuestra colaboraci¨®n o militancia en cualquier asociaci¨®n u organizaci¨®n pol¨ªtica o social, nos mantenemos al margen de todo. Y, as¨ª, vemos que los partidos pol¨ªticos, los sindicatos, las asociaciones de madres y padres de alumnos, las asociaciones de vecinos o las de consumidores no tienen casi socios, y los que participan de una manera activa suelen ser insuficientes. Hay que reconocer que aparte de nuestra falta de participaci¨®n por motivos hist¨®ricos, est¨¢n los efectos perversos de la globalizaci¨®n y del bienestar, que obliga a todos los que tienen trabajo a salir a primera hora de la ma?ana y a volver de noche, lo que obstaculiza una vida social al margen de su entorno inmediato. Pero esto no impide constatar una desidia y, en muchos casos, un desprecio por todo lo que implica una actitud participativa y desinteresada en las cosas que nos afectan. Frases como "qu¨¦ ganas tienes de complicarte la vida" o "?qu¨¦ ganas t¨² con eso?" las hemos o¨ªdo decir todos en alg¨²n momento.
El voluntariado y las ONG sustituyen parcialmente lo que en la transici¨®n democr¨¢tica fue un hervidero de participaci¨®n ciudadana en todo lo que supon¨ªa transformaci¨®n social. Nos comportamos como si ya estuviera todo hecho y pretendemos ignorar que los vertiginosos cambios sociales, pol¨ªticos y econ¨®micos que vivimos necesitan de un control m¨¢s estrecho, si cabe, que hace 24 a?os; que toda organizaci¨®n viva tiende a moverse, unas veces para bien y otras para mal; y que s¨®lo con el control democr¨¢tico de cualquier instituci¨®n social, pol¨ªtica, cultural, sindical, educativa o ciudadana se evitan los abusos y las corrupciones. Y ese papel de control es el que debe corresponder a cualquier miembro responsable en una sociedad democr¨¢tica.-
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