El Ni?o lleva a Europa hacia la exhibici¨®n
Debacle de Tiger Woods y Estados Unidos en la primera jornada de la Ryder Cup
![Carlos Arribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe3f9d365-91a0-4554-a5c4-70f3bf1ea029.png?auth=e6426bc0be73ca7a1a032b8f3a5a8f5479303facc987fc5270aa197eb094c06b&width=100&height=100&smart=true)
"Que os enter¨¦is de una vez: esto es Europa contra EEUU, no el Ni?o contra el Tigre. A ver si todo el mundo lo entiende". Y Sergio Garc¨ªa se cree que alguien le va a hacer caso. S¨ª, la Ryder Cup, cuya primera jornada comenz¨® a disputarse ayer de buena ma?ana (casi la del alba ser¨ªa, a eso de las ocho menos cuarto en Massachusetts, cuando el escoc¨¦s Paul Lawrie dio el primer golpe en el campo del The Country Club, en Brookline), es oficialmente una competici¨®n por equipos entre un pa¨ªs, EEUU, y un continente, Europa. Pero s¨ª, tambi¨¦n, la 33? Ryder Cup es oficiosamente el duelo m¨¢s esperado entre los dos j¨®venes golfistas que han dado una fuerza nueva al serio golf: Sergio Garc¨ªa, europeo de Castell¨®n, de 19 a?os, y Tiger Woods, estadounidense de California, de 23 a?os. M¨¢s todav¨ªa, si puede ser: la 33? Ryder Cup, la que los estadounidenses disputan bajo el lema "nunca m¨¢s", como el cuervo de Poe, es, visto lo visto y m¨¢s que nada, el "show del Ni?o". Lo dicen los n¨²meros: terminados los ocho primeros partidos, Europa, la pobre de los pron¨®sticos, gana por 6-2 a EEUU, la selecci¨®n vestida para matar; terminadas las primeras rondas de foursomes (bolas alternas) y de fourballs (una bola cada uno), s¨®lo dos jugadores, El Ni?o, precisamente, y su compa?ero sueco de aventuras en Boston, Jesper Parnevik, han hecho pleno en sus dos partidos en Brookline.Y unos cuantos jugadores, la mayor¨ªa estadounidenses, acabaron el d¨ªa sin saber lo que es ganar. Con ese mal cuerpo acabaron potentados mundiales como el zurdo Mickelson; el t¨ªmido Duval; Stewart, el de los bombachos, y Love, el amado. Y tambi¨¦n, s¨ª, ¨¦l, el Tigre. El Ni?o, que acab¨® el d¨ªa viendo sudar al Tigre tumbado con un s¨¢ndwich mixto junto al green del 18, rob¨® el show al n¨²mero uno del mundo. Lo hizo en su terreno, sin perder nunca la sonrisa, cargado con sentido del espect¨¢culo. Lo hizo como por arte de birlibirloque. Y Europa, y todos los aficionados con alma de t¨ªa y madrina, se lo agradecieron.
Fue un d¨ªa largu¨ªsimo de golf. Ocho partidos de 18 hoyos, uno tras otro. M¨¢s de 10 horas de golpes de todo tipo. Hubo partidos normales (de los que se dicen competidos e igualados, propios de p¨²giles fajadores a los que nada ni nadie deja KO: ah¨ª tienen Montgomerie, Lawrie, Jim¨¦nez, Harrington, Love, Leonard, y hasta Olaz¨¢bal, duros, cori¨¢ceos y ganadores); hubo partidos buenos, de l¨ªnea clara y facilidad rematadora, hubo partidos muy buenos (ejemplo: el matinal foursome en el que Sergio Garc¨ªa y Parnevik empezaron a ense?arle la medida de su vara al Tigre, a los 30.000 afortunados que pudieron estar en el The Country Club de Brookline, y a los millones del mundo entero que lo vieran por televisi¨®n; m¨¢s ejemplo: aquel que podr¨ªa ser el del siglo, o el del no va m¨¢s, el Tigre, n¨²mero uno del mundo, junto a Duval, el n¨²mero dos, contra el ingl¨¦s Westwood y el norirland¨¦s Clarke: la victoria emblem¨¢tica y simb¨®lica para las huestes europeas), y hubo. El partido. ?Cu¨¢l? Cu¨¢l va a ser, el de El Ni?o y el sueco con la visera a lo ciclista antiguo contra Furyk y Mickelson. Jug¨® mejor, mucho mejor, Parnevik que Garc¨ªa, s¨ª, pero... Pero ?qu¨¦ habr¨ªa sido de Parnevik si no se hubiera sentido invadido por la energ¨ªa del chaval de Castell¨®n? El nuevo Ballesteros, o m¨¢s. El c¨¢ntabro transmit¨ªa energ¨ªa, hac¨ªa temblar a los rivales. El Ni?o, sus gestos, su salto de paso de baile, ya famoso en el mundo entero, hablan de alegr¨ªa, de la vida es un placer del que hay que disfrutar. Y ese salto, el mismo que dio cuando su golpe del ¨¢rbol en el 16? de la PGA, el mismo que repiti¨® ayer tras un eagle en el 14?, hace felices a sus compa?eros y a los aficionados, y, adem¨¢s, llena de desasosiego a sus rivales. La victoria como culminaci¨®n del placer. Que sufran ellos.
Hubo tambi¨¦n m¨¢s cosas. Olaz¨¢bal, el que duda, emboc¨® putts largu¨ªsimos, convirti¨® a Jim¨¦nez en una m¨¢quina segura y resolvi¨® con victoria su debut vespertino. Montgomerie y Lawrie, duros de pelar, aguantaron por la tarde el embate de otra superpareja, la de Love y Leonard. Tanto les hicieron sufrir a los estadounidenses que ¨¦stos celebraron el empate, conseguido en el ¨²ltimo hoyo, como si de una victoria se tratara. Hubo m¨¢s eagles espectaculares, como el de Parnevik en el 8? desde 120 metros. Y hasta el Tigre tuvo un momento org¨¢smico, cuando emboc¨® un chip contra bandera. Y lo seguir¨¢ habiendo hoy (otra vez jornada doble desde las 7.30 (13.30 en Espa?a) y ma?ana, con los 12 individuales..
Esto es la Ryder Cup y el sistema matchplay (cuentas por hoyos, no por golpes): presi¨®n y fervor. 30.000 locos atronando todos los rincones del The Country Club y ocho jugadores uniformados intentando hacerse o¨ªr por encima del ruido. Detr¨¢s, dos capitanes, discretos este a?o Mark James, por Europa, y Ben Crenshaw, por EEUU. .
Resultados
Tras los ocho primeros partidos Europa, 6; EEUU, 2.
Foursomes: Montgomerie-Lawrie derrotan a Duval-Mickelson por 3 hoyos a falta de 2. Garc¨ªa-Parnevik a Lehman-Woods por 2 y 1. Jim¨¦nez-Harrington empatan con Love-Stewart. Maggert-Sutton a Westwood-Clarke por 3 y 2.
Fourballs: Montgomerie-Lawrie empatan con Love-Leonard. Parnevik-Garc¨ªa a Mickelson-Furyk, 1 arriba. Jim¨¦nez-Olaz¨¢bal a Sutton-Maggert por 2 y 1. Westwood-Clarke a Duval-Woods, 1 arriba.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Carlos Arribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe3f9d365-91a0-4554-a5c4-70f3bf1ea029.png?auth=e6426bc0be73ca7a1a032b8f3a5a8f5479303facc987fc5270aa197eb094c06b&width=100&height=100&smart=true)