El Madrid sigue preso de sus defectos
Tercer empate consecutivo en la Liga del equipo madridista, que estuvo por debajo del juego del M¨¢laga
El Madrid contin¨²a firme para sacar empates, que es cosa mala en tiempos donde el empate vale muy poco. En los ¨²ltimos tres partidos, tres puntos. Puede traducirse como una victoria y dos derrotas. O sea, un balance preocupante para un equipo que reproduce sus viejos defectos. En M¨¢laga ni tan siquiera tuvo la oportunidad de explotar la contundencia de sus delanteros. S¨®lo pudo aprovecharse de un perfecto cabezazo de Rufete que entr¨® por la escuadra de su porter¨ªa. El Madrid apenas gener¨® oportunidades y casi siempre estuvo por debajo de su adversario. El M¨¢laga jug¨® poco, pero con m¨¢s tenacidad y decisi¨®n. Y cuando entr¨® Sandro, estuvo a punto de hacerle un roto al equipo de Toshack. Ahora que se habla tanto de las rotaciones, Toshack aline¨® a unos cuantos desheredados. Apenas se hab¨ªan tenido noticias de Bizzarri, Karembeu y Sanchis durante el verano. Parec¨ªan condenados por su entrenador, pero los tres tuvieron su oportunidad en La Rosaleda, lo mismo que Balic, que lleg¨® al Madrid con la recomendaci¨®n del t¨¦cnico. Por ahora, parece fuera de su elemento, con un despiste considerable. No es el ¨²nico. Si Balic gast¨® el primer tiempo en buscarse sitio, Guti comenz¨® a jugar por detr¨¢s de Morientes, se traslad¨® despu¨¦s al medio campo para organizar el juego y termin¨® en el costado izquierdo. La impresi¨®n es que nadie se sabe el libreto. Y Toshack, tampoco. De lo contrario, no andar¨ªa con tanto baile. Despu¨¦s de la pretemporada y de cinco partidos de Liga, el Madrid no est¨¢ definido en casi ning¨²n aspecto. Es un equipo con jugadores de categor¨ªa y con una tendencia demasiado grande a vivir de los golpes de inspiraci¨®n. En torneos cortos, se puede sobrevivir con ese estilo de vida. En los largos, cuesta mucho m¨¢s. La Liga es un torneo de largo aliento que necesita de equipos de trazo firme. El Madrid no tiene est¨¢ condici¨®n por ahora. Predomina el alboroto, con gente que viene y va de un puesto a otro, sin cohesi¨®n en el juego y con errores de bulto que parecen end¨¦micos. Cualquier equipo le llega al ¨¢rea sin esfuerzos, de manera que la posibilidad del gol se hace constante. No es casual, por tanto, que el Madrid haya recibido al menos un gol en todos los partidos de Liga y Copa de Europa. En realidad, recibe una cantidad excesiva de goles desde hace demasiado tiempo. Es el s¨ªntoma de alg¨²n grave desperfecto que no se soluciona.
M?LAGA 1
REAL MADRID 1M¨¢laga: Contreras; Rojas, Larrainzar, Bravo, Valc¨¢rcel; Rufete, Movilla (Sandro, m. 68), De los Santos, Agostinho (Dario Silva, m. 63); Edgar y Catanha. Real Madrid: Bizzarri; M¨ªchel Salgado (McManamn, m. 73), Hierro, Julio C¨¦sar, Roberto Carlos; Balic (Ra¨²l, m. 46), Karembeu, Helguera, Guti, Savio (Sanchis, m. 67; y Morientes. Goles: 0-1. M.45. Rufete cabecea a su propia porter¨ªa por la escuadra. 1-1. M.53. Larrainzar cabecea una falta al anticiparse a Karembeu en el salto. ?rbitro: Fern¨¢ndez Mar¨ªn. Amonest¨® a Agostinho, Larrainzar, Guti y Salgado. Unos 40.000 espectadores en La Rosaleda.
El ¨²nico temor real del M¨¢laga radic¨® en la capacidad rematadora del Madrid. Durante gran parte del encuentro pareci¨® preocupado por la fama de los delanteros madridistas, a pesar de la ausencia de Ra¨²l y McManaman en el primer tiempo. Durante la mayor parte del encuentro, el M¨¢laga vivi¨® pensando en el equilibrio, en llegar sin destaparse en el aspecto defensivo. Como el Madrid no ten¨ªa ni equilibrio ni juego, el partido deriv¨® hacia el pesti?o. S¨®lo se pudieron sacar conclusiones circunstanciales: Bizzarri pareci¨® m¨¢s firme que Casillas en el juego alto, a Karembeu se le notan sus defectos y su escas¨ªsima actividad como futbolista, Balic tiene alg¨²n detalle, pero tiene pinta de espumoso. Los dem¨¢s ofrec¨ªan su versi¨®n m¨¢s discreta. Helguera se mueve con demasiada timidez hasta ahora y nadie le encuentra el puesto adecuado a Guti. S¨®lo cuando se liber¨® en el segundo, cobr¨® el protagonismo que se espera de ¨¦l. Pero sin excesos, porque el partido fue malo en todos los sectores.
El primer tiempo fue tan proclive a los errores que a nadie extra?¨® el gol de Rufete en su porter¨ªa. Ocurri¨® en el ¨²ltimo minuto y dio para pensar en una ventaja suficiente del Madrid. De otro Real Madrid, de aqu¨¦l que manejaba los partidos y los resultados con autoridad. El ¨²ltimo Madrid es un equipo un poco extravagante que se deja pisar la manguera con demasiada frecuencia. Al M¨¢laga le cost¨® ocho minutos empatar el encuentro y volver al estado inicial: un partido pesad¨ªsimo con pocas cosas destacables. Se pod¨ªa ver alg¨²n apunte de Edgar entre las l¨ªneas defensivas del Madrid, y poco m¨¢s.
Entr¨® Ra¨²l y se tom¨® el asunto como algo categ¨®rico. Ra¨²l es estupendo, pero tambi¨¦n queda preso de la anarqu¨ªa que preside el juego de su equipo. As¨ª que apenas intervino en escena. S¨®lo a ¨²ltima hora, cuando el campo y la fatiga comenzaron a pesar, se vio algo de movimiento, algunas llegadas del ¨¢rea que no se concretaron. Pero ni en esos instantes el Madrid tuvo el inter¨¦s de llevarse el partido. El M¨¢laga, s¨ª. Sandro entr¨® por Movilla y el f¨²tbol de su equipo creci¨® exponencialmente. Sandro tir¨® paredes, busc¨® compa?eros, dispuso del bal¨®n. Sandro, en definitiva, se convirti¨® en un problema que estuvo a punto de costarle el partido a un Madrid de perfiles muy difusos. Es decir, el Madrid de siempre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.