Cuatro arist¨®cratas niegan en Estrasburgo el car¨¢cter "simb¨®lico" de la nobleza alegado por el Gobierno
Pilar de la Cierva Ossorio de Moscoso, Mar¨ªa de la Consolaci¨®n Fern¨¢ndez de C¨®rdova, Mar¨ªa Luisa Teresa Roca y Fern¨¢ndez-Miranda y Carmen O"Neill Castrillo, las cuatro mujeres que han demandado a Espa?a ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sede en Estrasburgo, en defensa de su derecho a no ser discriminadas, por ser mujeres, en la sucesi¨®n nobiliaria, han alegado el uso comercial de los t¨ªtulos, en respuesta al argumento del Gobierno espa?ol de que son meros "s¨ªmbolos hist¨®ricos".Javier Borrego, abogado del Estado jefe, a requerimiento del Tribunal de Estrasburgo, ha realizado diversas observaciones en contra de la demanda. Entre ellas, y en l¨ªnea con la doctrina del Tribunal Constitucional que aval¨® la hist¨®rica preferencia del var¨®n, el defensor de Espa?a ha asegurado: "Como no tienen ning¨²n contenido material, los t¨ªtulos son aceptados como instituci¨®n hist¨®rica que hoy es un mero s¨ªmbolo y, por tanto, con las reglas hist¨®ricas de su sucesi¨®n vincular, entre ellas, la regla de la preferencia del var¨®n".
Las demandantes, en un escrito presentado ante Estrasburgo y elaborado por el letrado Ram¨®n Pelayo, acusan a Borrego de "temeridad y mala fe" por "negar la evidencia" de "la explotaci¨®n comercial que se hace de estos t¨ªtulos nobiliarios, especialmente en el sector de vinos y licores". Ponen como ejemplo marcas como las de Marqu¨¦s de C¨¢ceres, Gran Duque de Alba o Conde de los Andes.
Y aportan documentos que acreditan que el heredero del t¨ªtulo de marqu¨¦s de Duero cedi¨® a una bodega de vinos de la Ribera del Duero denominada La Cepa Alta, SL, la licencia para utilizar el t¨ªtulo de Marqu¨¦s de Duero "a cambio, ni m¨¢s ni menos", enfatizan, "de la copropiedad de las bodegas", as¨ª como que el vizconde de Barrantes autoriz¨® a Jos¨¦ Basilio Castro Pintos la utilizaci¨®n de ese t¨ªtulo con finalidad de explotaci¨®n comercial para vinos "a cambio de una contraprestaci¨®n econ¨®mica".
En respuesta al pretendido car¨¢cter meramente hist¨®rico de los t¨ªtulos nobiliarios, que justificar¨ªa la preferencia del var¨®n, las demandantes alegan la reciente concesi¨®n de t¨ªtulos, por sus m¨¦ritos durante la transici¨®n democr¨¢tica, a personas como Adolfo Su¨¢rez o Torcuato Fern¨¢ndez-Miranda.
Y sobre el dato de que en Espa?a, con 40 millones de habitantes, s¨®lo 2.097 ostentan t¨ªtulos nobiliarios, y unas 15.000 en toda Europa, frente a 900 millones de europeos, las cuatro mujeres contestan que tal "argumento estad¨ªstico del abogado del Estado se cae por su base", ya que ser¨ªa tanto como admitir que ser¨ªa permisible en la Europa de finales del siglo XX "una esclavitud con incidencia cuantitativa escasa".
Las demandantes rebaten tambi¨¦n el tradicional principio hist¨®rico de la "imbecillitas mulierum" o "mejor sangre del var¨®n" que, tras establecer la Constituci¨®n de 1978 la igualdad de sexos, fue modificado por el Tribunal Supremo, hasta que en noviembre de 1997 el Constitucional regres¨® a ¨¦l. Por ello las cuatro arist¨®cratas acudieron al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
El escrito elaborado por el letrado Ram¨®n Pelayo pone de manifiesto que la abogac¨ªa del Estado, obligada legalmente a unificar su doctrina, defendi¨® ante el Tribunal Constitucional la igualdad de hombres y mujeres en la sucesi¨®n nobiliaria, mientras que ahora, en respuesta a la demanda de las mujeres que fueron desplazadas por sus hermanos menores varones en el acceso al t¨ªtulo de nobleza, argumenta profusamente en defensa del principio hist¨®rico de preferencia del var¨®n.
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