La vuelta a casa de Vel¨¢zquez

Para Alfredo Morales, comisario de la muestra, en la etapa sevillana de Vel¨¢zquez hay dos lienzos que sobresalen por su calidad. Esas dos obras coinciden con el principio y el final de su producci¨®n en Sevilla: La adoraci¨®n de los Reyes Magos, firmado y fechado en 1619, y El aguador de Sevilla, un lienzo de 1620-1622 que el artista se llev¨® a Madrid. El primero pertenece al Museo del Prado de Madrid y el segundo, cuya presencia en la muestra se confirm¨® hace s¨®lo una semana, es del Victoria & Albert Museum de Londres y se exhibe en el Wellington Museum. "La adoraci¨®n de los Reyes Magos mantiene la composici¨®n de obras del siglo XVI que Vel¨¢zquez hab¨ªa visto en su ciudad, pero introduce un paisaje de fondo con un rompimiento de la luz que es la primera vez que se hace en la pintura sevillana y ¨¦l hab¨ªa tomado de la Escuela Veneciana. Lo curioso de esta obra es que es casi un retrato de familia. La virgen, es su mujer Juana; el ni?o Jes¨²s, su hija Francisca; Melchor, es su suegro y maestro Pacheco; Gaspar, es el mismo Vel¨¢zquez, y San Jos¨¦, su hermano Juan", explica Morales. "El aguador de Sevilla es la obra m¨¢s avanzada de su primera etapa, con la que abandona las soluciones compositivas tradicionales. Al colocar el c¨¢ntaro en primer plano, rompe la distancia que lo separa del espectador. Es insuperable la forma en que consigue las gotas de agua en el c¨¢ntaro y la transparencia de la copa. Adem¨¢s, est¨¢ cargada de simbolismos. Habitualmente se interpreta como las tres edades de la vida. El anciano le ofrece la copa, que podr¨ªa ser la vida misma, al ni?o; mientras que el tercer personaje, que aparece al fondo ya adulto, est¨¢ bebiendo de otra copa. Es decir, est¨¢ viviendo la vida".

Los grandes conocedores de su obra aseguran que Vel¨¢zquez es "la esencia de la pintura". "El conocimiento profundo de la t¨¦cnica le conduce a la simplificaci¨®n, a la eliminaci¨®n de lo superfluo", han escrito Jonathan Brown y Carmen Garrido en el libro Vel¨¢zquez. La t¨¦cnica del genio. El artista naci¨® en Sevilla en 1599 y, con tan s¨®lo 11 a?os, entr¨® como aprendiz en el taller del pintor sevillano Francisco Pacheco. Los estudiosos de la obra del autor de Las Meninas est¨¢n de acuerdo en una cosa: "Vel¨¢zquez piensa mucho y pinta poco". Esa econom¨ªa de recursos es la base de toda su obra, lo que le convirti¨® en Espa?a en abanderado del realismo barroco y en uno de los pintores m¨¢s admirados de su tiempo. La belleza de sus personajes, esa simplicidad de recursos tan impropia de su ¨¦poca, le ha servido para superar los baches de las modas a lo largo de cuatro siglos y situarse siempre entre los mejores de la historia del arte. Quiz¨¢s la grandeza de Vel¨¢zquez radica en que conmueve a profanos y eruditos. Tiene tanta capacidad de conectar con el espectador que la silueta de la infanta Margarita, el centro de Las Meninas, se ha convertido en un icono, una imagen que representa a Espa?a tan rotundamente como el toro de Osborne o la botella de T¨ªo Pepe. Aunque pas¨® la mayor parte de su vida en la corte, el artista se form¨® en Sevilla y esa influencia puede verse a lo largo de toda su carrera. En 1623 se instal¨® definitivamente en Madrid, ciudad en la que su paisano, el conde-duque de Olivares logr¨® colocarle como pintor real. Vel¨¢zquez dejaba atr¨¢s una ciudad que por aquel entonces, a principios del siglo XVII, ten¨ªa 150.000 habitantes lo que la convert¨ªa en la capital m¨¢s poblada de Espa?a y la tercera de Europa, despu¨¦s de Par¨ªs y N¨¢poles. Llegar y besar el santo, eso fue lo que le ocurri¨® en Madrid al pintor sevillano, como bien ha retratado el dramaturgo cordob¨¦s Antonio ?lamo en la obra de teatro Los espejos de Vel¨¢zquez, una pieza que estren¨® este a?o la compa?¨ªa Territorio de Nuevos Tiempos, bajo la direcci¨®n de Pepa Gamboa, y que podr¨¢ verse en noviembre en el teatro Lope de Vega de Sevilla. ?lamo, ir¨®nico y mordaz, describe en su obra un Madrid celoso de la grandeza de Sevilla y a unos cortesanos que, a pesar de vivir tiempos de plena decadencia, lo ¨²nico que les preocupaba era que los retratase el pintor porque era quien m¨¢s veces hab¨ªa retratado a Felipe IV. Mientras tanto, lo que obsesionaba al sevillano era que el rey lo nombrara caballero de Santiago, algo que logr¨® casi al final de sus d¨ªas. El pintor muri¨® el 6 de agosto de 1660, ten¨ªa 61 a?os, y una vida llena de ¨¦xitos. Su arte radicaba en el dinamismo con el que trat¨® el espacio. Pintaba no s¨®lo la realidad, sino tambi¨¦n el secreto de existir, y es por eso, por lo que el papa Inocencio X exclam¨® al ver su retrato: "Troppo vero" (demasiado real). El pont¨ªfice tem¨ªa que con s¨®lo mirar el cuadro, cualquiera podr¨ªa entrever lo m¨¢s ¨ªntimo de su personalidad.

Si Vel¨¢zquez hubiese nacido en el siglo XX, habr¨ªa sido uno de los grandes nombres de las vanguardias, un artista rompedor en todos los sentidos. Los siglos que nos separan de su producci¨®n han disipado la osad¨ªa del sevillano que, desde sus comienzos, le dio de lado a las modas y a las pr¨¢cticas que acataban sus colegas. El catedr¨¢tico de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla y comisario de la exposici¨®n, Alfredo Morales, hace un repaso por algunos de los rasgos m¨¢s innovadores de la pintura de Diego Rodr¨ªguez de Silva y Vel¨¢zquez. Caracter¨ªsticas que el pintor desarroll¨® cuando se instal¨® en la corte de Madrid, pero que nacieron en sus a?os de formaci¨®n en Sevilla, entre 1617 y 1623. "Desde sus primeras obras podemos observar que es un artista que evoluciona de forma distinta a sus coet¨¢neos, incluso que su maestro, Francisco Pacheco. En una ¨¦poca en la que los pintores con prestigio denostaban el g¨¦nero del bodeg¨®n, algo que consideraban de muy baja categor¨ªa, Vel¨¢zquez lo cultiva consiguiendo obras maestras como Vieja friendo huevos o El almuerzo. Adem¨¢s no se tiene constancia de que los hiciera por encargo", asegura Morales, quien se hizo cargo de la comisar¨ªa de la exposici¨®n y de la coordinaci¨®n del Simposio Internacional sobre Vel¨¢zquez tras el fallecimiento, en noviembre de 1998, de Juan Miguel Serrera. "Otra de las grandes diferencias de Vel¨¢zquez con sus coet¨¢neos es que cultiv¨® muy poco la pintura religiosa. Mientras que Pacheco o Zurbar¨¢n -que ten¨ªa un a?o m¨¢s que ¨¦l-, obten¨ªan la mayor¨ªa de sus ingresos haciendo series de vidas de santos para los claustros o grandes pinturas para el mercado Americano; Vel¨¢zquez realiz¨® muy pocos cuadros de tem¨¢tica religiosa. No entr¨® en ese mercado y, las pocas veces que lo hizo, fue para atender peticiones de clientes muy selectos", dice el comisario. Entre sus pinturas religiosas destacan Inmaculada y San Juan Evangelista, dos lienzos que pint¨® para el convento del Carmen de Sevilla. Retratos psicol¨®gicos La gran capacidad que demostr¨® para el retrato es, en opini¨®n del catedr¨¢tico, otra de sus peculiaridades. "Lo que ¨¦l hac¨ªa no era un retrato al uso, sino que reflejaba la parte m¨¢s ¨ªntima de sus personajes. Era casi un retrato psicol¨®gico. En La venerable madre Jer¨®nima de la Fuente la fuerza que emana la figura de la monja es impresionante". Los especialistas no se ponen de acuerdo sobre el n¨²mero de cuadros que Vel¨¢zquez pint¨® durante su etapa sevillana. Algunos aceptan 26 y otros 28. La exposici¨®n que podr¨¢ verse en la capital andaluza presentar¨¢ 22 de esos lienzos y ser¨¢ m¨¢s completa que la que ofreci¨® en 1996 la Galer¨ªa Nacional de Escocia en Edimburgo. Este museo, que ha prestado Vieja friendo huevos, reuni¨® 18 de esos ¨®leos y los acompa?¨® por las obras de algunos de sus seguidores y coet¨¢neos. Ni siquiera en la gran antol¨®gica que organiz¨® el Museo del Prado de Madrid en 1990, con 79 ¨®leos, lograron reunirse tantos cuadros de la etapa sevillana. De la primera lista, la que confeccion¨® Juan Miguel Serrera a principios de 1997, podr¨¢n verse todas las obras salvo tres. No estar¨¢n Los m¨²sicos, el ¨²nico vel¨¢zquez que posee el museo de Berl¨ªn; tampoco una versi¨®n de La mulata que est¨¢ en Chicago, ni Los dos j¨®venes en torno a la mesa, que se encuentra en la Apsley House (Londres). Esta ¨²ltima instituci¨®n, que depende del Victoria & Albert Museum, s¨ª ha prestado uno de los lienzos m¨¢s significativos: El aguador de Sevilla. "Sin embargo, s¨ª estar¨¢n otros cuadros con los que no se hab¨ªa contado en un principio. Podr¨¢n verse Escena de cocina con la cena de Emaus, otra versi¨®n de La mulata mejor que la de Chicago y que se encuentra en la Galer¨ªa Nacional de Dubl¨ªn; y una tercera versi¨®n de La venerable madre Jer¨®nima de la Fuente, en la que la monja aparece de medio cuerpo y que es de The Apelles Collection de Londres", explica Morales.

Adem¨¢s de la muestra Vel¨¢zquez y Sevilla, que podr¨¢ verse desde el 2 de octubre hasta el 12 de diciembre en La Cartuja de Santa Mar¨ªa de las Cuevas, sede del Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo, el programa que conmemora en Andaluc¨ªa el nacimiento de Diego Rodr¨ªguez de Silva y Vel¨¢zquez incluye otras muchas actividades: El arte de mirar. En esta exposici¨®n no se pagan seguros: no hay ni un s¨®lo original. Se trata de una muestra did¨¢ctica, enfocada especialmente para escolares, en la que mediante t¨¦cnicas interactivas se presentan 16 reproducciones digitalizadas de las obras m¨¢s importantes de Vel¨¢zquez. Adem¨¢s, se incluyen obras de otros artistas en los que se percibe la influencia de Vel¨¢zquez. La muestra, que ya ha estado en el Museo de Bellas Artes de C¨¢diz, se montar¨¢ en octubre en Almer¨ªa y llegar¨¢ a Sevilla, a la sala Santa In¨¦s, en noviembre. Grabados. De la colecci¨®n del Museo de Bellas Artes de C¨®rdoba ha salido una selecci¨®n de grabados de artistas del siglo XVIII, entre ellos destacan Goya o Fortuny, que reprodujeron obras de Vel¨¢zquez. Las obras pueden verse actualmente, hasta el 31 de octubre, en el citado museo cordob¨¦s y en noviembre se expondr¨¢n en Sevilla. Pintores-poetas. ?sta ser¨¢ una exposici¨®n ¨²nicamente bibliogr¨¢fica centrada en las teor¨ªas sobre la pintura que ten¨ªan los humanistas, poetas y pintores de principios del siglo XVII como Pablo de C¨¦spedes, Juan de Arguijo o Francisco Pacheco. Adem¨¢s, se incluir¨¢n libros cuyos t¨ªtulos formaron parte de la extensa biblioteca de Vel¨¢zquez. La fecha prevista es el 7 de octubre y podr¨¢ verse en la Casa Murillo de Sevilla. Simposio internacional. Los mejores especialistas en la obra del pintor sevillano se reunir¨¢n en Sevilla, en el monasterio de La Cartuja, desde el 8 al 11 de noviembre. La historiadora Enriqueta Harris pronunciar¨¢ la conferencia inaugural. Participar¨¢n tambi¨¦n Jonathan Brown, Fernando Checa y Delf¨ªn Rodr¨ªguez, entre otros. Casa natal. Los modistos sevillanos Victorio & Lucchino son los propietarios de la casa en la que naci¨® el pintor y, para sumarse a las celebraciones, han decidido abrirla al p¨²blico. La vivienda alberga una selecci¨®n de 35 trajes que los creadores han realizado desde 1990. La casa est¨¢ en la calle Padre Luis Mar¨ªa Llop y puede verse de 10.00 a 18.00 horas. Precio: 800 pesetas. Paseo por la ciudad. El Patronato Provincial de Turismo de Sevilla, organismo que depende de la Diputaci¨®n, ha editado una gu¨ªa tem¨¢tica con la que se puede recorrer cuatro rutas relacionadas con Vel¨¢zquez. El paisaje de la infancia, Aprendiendo a pintar, La gran ciudad y Museo de Bellas Artes son las rutas que aconseja el folleto y que aparecen relacionada con distintas obras de su etapa sevillana.