Sondeos bajo sospecha MIQUEL CAMINAL BADIA
Los nervios ya est¨¢n a flor de piel. Todos los candidatos excepto Maragall firmar¨ªan encantados un cheque con las palabras: "Que me quede como estoy". Este Maragall siempre tiene que armarla. Se comporta antes de hora como si fuera ya el presidente, cena con los empresarios, come con los c¨®nsules, abre las puertas de TV-3 y Catalunya R¨¤dio al castellano, se olvida del fiel electorado del PSC y confunde a todos. Es un incontrolado. En las auton¨®micas de 1995 las aguas bajaban muy tranquilas porque todos menos Colom iban de optimistas. Pujol pensaba ganar sin bajar del autocar y lo pag¨®. Nadal no ten¨ªa nada que perder porque nadie le ped¨ªa ganar. Rib¨® y Vidal Quadras aprovecharon la coyuntura favorable para las minor¨ªas en unas elecciones decididas de antemano. Y Colom se qued¨® en tierra de nadie en pleno estancamiento del mensaje independentista. Ahora los nervios est¨¢n desatados. Todo indica que los dirigentes de CiU se han reunido en la casa natal de Prat de la Riba en Castellter?ol para oficiar una ceremonia ante el santo: declararon solemnemente una tregua en sus disputas internas y se conjuraron para vencer al alcalde de laureles ol¨ªmpicos, que cuenta adem¨¢s con un nombre de poeta nacional. Esto explica el comportamiento exquisito de Duran Lleida con Pujol y CDC, mientras pone cara agresiva dando tortas verbales a todos los dem¨¢s. La verdad es que cada uno aplaca los nervios como puede, y tanto Duran Lleida como el sobrado Maragall han optado por la incontinencia verbal. Otros prefieren disimularlos con una imagen optimista. Es lo que han recomendado los expertos a Pujol y a Rib¨®: buena cara, sonrisa abierta y dientes al viento. Tambi¨¦n estar¨¢n muy nerviosos Alberto Fern¨¢ndez y Antoni Lucchetti. Vidal Quadras, al que siempre le ha gustado re¨ªr hacia fuera, empezando por sus propias gracias que tanto divert¨ªan a la pol¨ªtica catalana a?os atr¨¢s, debe estar haciendo un curso intensivo de re¨ªr hacia dentro en espera de la peque?a debacle del d¨ªa 17 de octubre. Josep Piqu¨¦ ya se ha curado en salud diciendo que no ser¨¢n las primarias de nada. Y no menos nervioso tiene que estar Antoni Lucchetti que ha optado por lo m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa: una campa?a con Anguita debe ser cualquier cosa menos tranquila. El que s¨ª parece muy relajado es Carod-Rovira. Est¨¢ tan convencido de que ser¨¢ la piedra angular del nuevo Parlament que pondr¨¢ incluso buena cara aunque pierda alg¨²n diputado como efecto de la bipolarizaci¨®n electoral. Hay confianzas que se acaban pagando, perdiendo votos a derecha e izquierda desde la equidistancia. La campa?a de unas elecciones tan re?idas empieza mucho antes de cuando legalmente toca. Anuncios, carteles, discusiones partidistas por los minutos de televisi¨®n, campa?as institucionales en beneficio de la coalici¨®n que gobierna y... los sondeos electorales. Ha sido audaz y valiente el presidente del Grupo Popular en el Parlament, Josep Curto, en sus contundentes afirmaciones en referencia a la empresa responsable de un sondeo electoral aparecido en el peri¨®dico Avui (19 de setiembre). Se supone que deben estar fundadas en informaciones ciertas, dado que las ha ratificado. En cualquier caso es necesaria una mejor regulaci¨®n y un control de calidad de los sondeos porque influyen sobre el comportamiento electoral. Sin ser un especialista en la materia, a nadie se le escapa que la informaci¨®n de un sondeo electoral no es neutra. Se proyectan im¨¢genes de vencedores y perdedores, de votos ¨²tiles o in¨²tiles, de elecciones igualadas o de claro vencedor, y todo esto influye ante el comportamiento final en la ¨²nica encuesta que vale: las elecciones. Es tan importante el sondeo electoral que es ingenuo no pensar en la tentaci¨®n de publicar encuestas algo arregladas como medio de campa?a electoral, o bien con intenci¨®n de provocar cambios en las estrategias electorales. En el caso de que esto suceda los responsables lo negar¨¢n hasta la querella, pero hay maneras de tener bajo control toda tentaci¨®n de confundir un sondeo con la campa?a electoral de un partido pol¨ªtico o con las conveniencias de un medio de comunicaci¨®n. Por cierto, ?por qu¨¦ la Generalitat no tiene un instituto de opini¨®n bajo control parlamentario, que hiciera estudios electorales, entre otras investigaciones sociol¨®gicas y pol¨ªticas, sin sospecha pol¨ªtica y con garant¨ªas de profesionalidad? En fin, que los sondeos aparecidos hasta el momento nos tienen a todos mareados. Uno no sabe a qu¨¦ atenerse. ?Estamos ante las elecciones m¨¢s igualadas desde 1980 o el maragallismo es s¨®lo un globo? A la vista de lo publicado es mejor preguntarlo a un pay¨¦s del Empord¨¤ que a un especialista en sondeos electorales. Intuye mejor la tramontana. Ahora bien, igualada o no, esta campa?a es m¨¢s presidencialista que todas las anteriores. El personalismo es tan fuerte que he llegado incluso a pensar que el PSC se ha disuelto a la espera de acontecimientos. Es in¨²til recordar nuevamente que son elecciones al Parlament de Catalunya y que elegiremos diputados y no compromisarios; que es positivo conocer los programas electorales de todos los partidos para decidir sobre la base de un m¨ªnimo uso de la raz¨®n; que en estas elecciones se presentan m¨¢s de dos; que una de las cosas m¨¢s valoradas de la actual composici¨®n del Parlament, despu¨¦s de las ¨²ltimas elecciones, fue el pluralismo (aunque despu¨¦s de pactar cargos y senadores qued¨® en la nada), y, sobre todo, el que el Parlament tenga competencias relevantes adem¨¢s de elegir al presidente de la Generalitat. Porque no hay autonom¨ªa pol¨ªtica sin c¨¢mara legislativa, pero la calidad de la autonom¨ªa se mide m¨¢s por su contenido competencial y ejercicio del autogobierno que por sus formas institucionales. El pulso Pujol-Maragall est¨¢ y estar¨¢ por encima de todas estas verdades. Por eso es necesario repetir hasta el aburrimiento: el Parlament es la primera instituci¨®n de la naci¨®n catalana porque expresa de forma permanente y plural la voluntad pol¨ªtica de los ciudadanos y ciudadanas de Catalu?a y porque elige y puede retirar la confianza al presidente, aunque no lo parezca. Miquel Caminal Badia es profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Barcelona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Jordi Pujol
- Catalunya R¨¤dio
- Elecciones Catalanas 1999
- Sondeos elecciones
- PSC
- CiU
- PSOE
- Radio
- Partidos pol¨ªticos
- Medios comunicaci¨®n
- Comunicaci¨®n
- Elecciones Catalanas
- Generalitat Catalu?a
- Elecciones auton¨®micas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Catalu?a
- Espa?a
- Encuestas electorales
- Elecciones
- Pol¨ªtica