Los chilenos viven el juicio con indiferencia y escasa repercusi¨®n en las calles

El que en diversos sectores se considera como el juicio internacional de mayor envergadura desde el proceso de Nuremberg provoc¨® en Chile un amplio despliegue informativo en los medios de comunicaci¨®n que contrasta con el escaso inter¨¦s que despierta en la calle. A excepci¨®n de reducid¨ªsimos grupos que se animan a salir a la calle a vitorear al ex dictador, la ciudadan¨ªa no oculta el cansancio por la prolongaci¨®n del caso Pinochet, que se prolonga desde hace casi un a?o.

La jornada de ayer en Santiago, con menor entusiasmo, fue una repetici¨®n de las vividas en los distintos hitos del proceso al general. Las mismas escenas en la Agrupaci¨®n de Familiares de Detenidos-Desaparecidos o en la Fundaci¨®n Pinochet, el mismo tono de las declaraciones de los detractores y los seguidores de Pinochet que se escucharon el 25 de noviembre cuando la C¨¢mara de los Lores deneg¨® la inmunidad al general, el 9 de diciembre, cuando el ministro brit¨¢nico del Interior, Jack Straw, dio luz verde al proceso de extradici¨®n, o el 24 de marzo, cuando los lores declararon que Pinochet puede ser extraditado por casos de tortura posteriores a 1988. El optimismo que transmit¨ªa Viviana D¨ªaz, presidenta de la agrupaci¨®n de las v¨ªctimas de la dictadura, contrastaba con el tono apesadumbrado de Hern¨¢n Guiloff, presidente de la Fundaci¨®n Pinochet. "Esto es un juicio pol¨ªtico. Si hay extradici¨®n, se abrir¨¢ una v¨ªa muy ancha que puede afectar a otros l¨ªderes del mundo". Unas cuantas mujeres con pancartas y retratos de su caudillo gritaban su consigna preferida: "?Chi, chi, chi, le, le, le; Chile, Chile, Pinochet!". Las sedes diplom¨¢ticas de Espa?a y el Reino Unido, como es habitual desde la detenci¨®n del general, estaban protegidas por fuerzas de seguridad, que no adoptaron medidas especiales.La transici¨®n

El ministro secretario general de la Presidencia, Carlos Mladinic, reiter¨® lo que hab¨ªa dicho el canciller Vald¨¦s: la muerte de Pinochet en Londres pondr¨ªa en peligro la transici¨®n chilena. El presidente Eduardo Frei prefiri¨® no hacer declaraciones sobre el juicio de extradici¨®n, pero s¨ª tuvo una palabras de autocr¨ªtica en un acto de homenaje al cardenal Ra¨²l Silva Enr¨ªquez, cuando afirm¨® que los chilenos no hab¨ªan buscado "con af¨¢n suficiente la verdad y la justicia".

Casi m¨¢s que en Londres, la atenci¨®n estuvo centrada desde primera hora de la ma?ana en el Hospital Cl¨ªnico de la Universidad Cat¨®lica, donde poco despu¨¦s del mediod¨ªa falleci¨® el diputado de la Democracia Cristiana (DC) y exdirigente sindical Manuel Bustos Huerta, que fue ingresado el domingo en grave estado a causa de un c¨¢ncer cerebral. Destacados dirigentes pol¨ªticos de los partidos de la Concertaci¨®n y de la oposici¨®n acudieron al centro sanitario a rendir un ¨²ltimo tributo al hist¨®rico sindicalista que cosech¨® el respeto de los m¨¢s amplios sectores. El presidente Frei, su antecesor Patricio Aylwin, el presidente de la patronal Walter Riesco y representantes del mundo sindical elogiaron la figura del sindicalista fallecido. Diversos candidatos presidenciales calificaron a Bustos como el ¨²ltimo gran l¨ªder del mundo sindical de Chile.

Manuel Bustos, nacido en 1943, adoptado a los seis meses por una familia humilde, mec¨¢nico textil de profesi¨®n, empez¨® su actividad sindical hasta llegar a la presidencia de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Tras el golpe militar de 1973 fue detenido y vivi¨® el exilio en Brasil y Europa. Mientras en Londres se juzga a Pinochet, en Chile, varios abogados de causas de violaciones de derechos humanos han pedido que los militares actualmente procesados cumplan la detenci¨®n preventiva en el penal de Punta Peuco y no en recintos militares como hasta ahora. En dicho penal se hallan recluidos los generales Manuel Contreras y Pedro Espinoza, condenados por el asesinato del excanciller Orlando Letelier. Los letrados consideran que en los recintos militares los uniformados procesados pueden recibir todo tipo de visitas y comunicarse con el exterior sin control alguno, lo que les permite hacer declaraciones o recibir instrucciones para cuando sean llamados a declarar ante los tribunales. Los abogados mencionan el caso del genera Humberto Gordon, exjefe de la CNI, "quien ha dado hasta entrevistas de prensa por tel¨¦fono", el coronel Sergio Arredondo, detenido en la Escuela de Caballer¨ªa "donde tiene casa fiscal" y el brigadier Roberto Schmied, detenido en el regimiento de Telecomunicaciones de Pe?alol¨¦n.