Brown presenta el plan del Partido Laborista para el pr¨®ximo milenio
En un apasionado discurso ante la convenci¨®n anual del Partido Laborista que se celebra en la ciudad coste?a de Bournemouth, al oeste de Londres, Gordon Brown, el energ¨¦tico ministro de Econom¨ªa, traz¨® ayer las l¨ªneas maestras del proyecto laborista para el pr¨®ximo siglo abogando por "un socialismo radical y con credibilidad" enmarcado dentro de la Tercera V¨ªa.
Brown prometi¨® terminar con el desempleo en una generaci¨®n con medidas que reflejan bastante los postulados del "viejo laborismo" e ideas que evocaron la fogosidad del ambicioso plan pol¨ªtico de los laboristas hace dos d¨¦cadas.Su ataque a la oposici¨®n conservadora incluy¨® una acusaci¨®n directa a los tories de proteger "al general Pinochet". No hubo otra referencia al ex dictador chileno. Identificado con los sectores que critican el "nuevo laborismo" del primer ministro Blair, para muchos de sus correligionarios -especialmente aquellos desencantados con las pol¨ªticas blairistas- Brown emergi¨® como una tentadora alternativa que fue premiada con una larga ovaci¨®n de pie. Sonriente, Blair fue el primero en felicitarlo, pero en la cordialidad de ¨¦se y otros gestos resultaba inescapable la intranquilidad de algunos asesores del primer ministro, molestos por la tenaz rivalidad que personifica el canciller. En los ¨²ltimos d¨ªas se ha venido acentuando la impresi¨®n de que entre Blair y Brown existe un creciente golfo, particularmente por las supuestas intenciones del primer ministro de permanecer en el poder por tres periodos consecutivos.
Fue un discurso pleno de la ret¨®rica del laborismo de anta?o pero caracterizado por la cautela del neolaborismo. A los tradicionalistas, que se esperan una ofensiva total contra el capitalismo, les dijo que los d¨ªas de los privilegios y el amiguismo est¨¢n contados. Pero para la clase media del neolaborismo tuvo un mensaje tranquilizador: en la campa?a del laborismo, "los mercados no son nuestros enemigos, sino el monopolio. No la competencia, sino los carteles. No las ganacias, pero s¨ª la codicia".
Brown evit¨® prudentemente hablar sobre el euro, un factor que arriesga dividir al partido y que el propio canciller trata de minimizar su impacto en el contexto del debate pol¨ªtico. Fuentes pol¨ªticas afirman que Brown est¨¢ enfurecido por las expresiones de ardiente apoyo al euro formuladas por el ministro de exteriores, Robin Cook, y el poderoso ex ministro Peter Mandelson, mano derecha de Blair.
En medios pol¨ªticos se comentaba anoche que Blair tendr¨¢ dificultades en superar en vehemencia el discurso de Brown cuando se dirija a la convenci¨®n hoy a mediod¨ªa. Brown, observ¨® un analista, ha encendido el entusiasmo del partido y, al mismo tiempo, se ha encargado indirectamente de proponer una alianza con los sectores de izquierda. Blair, seg¨²n se ha anticipado, utilizar¨¢ el podio para lanzar una ambiciosa campa?a contra el cr¨ªmen y la drogadicci¨®n en algo que sus cr¨ªticos describen como una t¨¢ctica para desviar la atenci¨®n del debate ideol¨®gico.
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