El Reino Unido, condenado por expulsar a cuatro homosexuales del Ej¨¦rcito
La vida privada es inviolable, seg¨²n el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo
El veto de las Fuerzas Armadas a homosexuales y lesbianas es una violaci¨®n del derecho inalienable de toda persona a la "protecci¨®n de su vida privada", seg¨²n una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo dada a conocer ayer. Cuatro militares brit¨¢nicos (tres hombres y una mujer) expulsados entre 1993 y 1995 tras reconocer que eran homosexuales han obtenido esta hist¨®rica victoria jur¨ªdica cuyas consecuencias afectar¨¢n a todos los ej¨¦rcitos de los 41 pa¨ªses miembros del Consejo de Europa. El ministro de Defensa, George Robertson, asumi¨® imediatamente el dictamen y orden¨® una revisi¨®n de la normativa que impide a los homosexuales permanecer en las Fuerzas Armadas.
Los cuatro demandantes, Jeanette Smith, de 33 a?os; Duncan Lustig-Prean, de 40; Graeme Grady, de 36, y John Becket, de 29, fueron expulsados tras reconocer su homosexualidad en los interrogatorios a los que les someti¨® la polic¨ªa militar. Antes de Estrasburgo, los militares agotaron las v¨ªas judiciales en el Reino Unido.En su acci¨®n conjunta, la primera que estudia un tribunal europeo, los militares demandaron al Gobierno brit¨¢nico por violar con los interrogatorios su derecho a la vida privada (garantizado en el art¨ªculo 87 del Convenio Europeo de Derechos Humanos), y por la consecuente discriminaci¨®n (contraria al art¨ªculo 14 de esa normativa).
Adem¨¢s, Duncan Lustig-Prean y John Becket denunciaron el car¨¢cter inhumano y degradante de la investigaci¨®n y la destituci¨®n (lo que contraviene el art¨ªculo 3 del convenio) y los abusos contra la libertad de expresi¨®n (garantizada por el art¨ªculo 10).
Respaldados por Liberty y Stonewall, organizaciones de defensa de las libertades civiles, la victoria de los brit¨¢nicos sienta un precedente aplicable en pa¨ªses que, como Turqu¨ªa y Luxemburgo, proh¨ªben la entrada de homosexuales en las Fuerzas Armadas, y en otros estados, como Austria o Alemania, que practican alg¨²n tipo de discriminaci¨®n por la orientaci¨®n sexual.
Otros pa¨ªses
Dianne Luping, abogada de Liberty, asegura que "el caso tendr¨¢ implicaciones en los pa¨ªses donde no existe un veto absoluto, pero se practica la pol¨ªtica de "no preguntes, no lo digas". El tribunal se?ala que no ve justificaci¨®n en este tipo de pol¨ªtica".
Los jueces aceptan que las investigaciones para determinar la orientaci¨®n sexual de los demandantes, as¨ª como su expulsi¨®n, violan el art¨ªculo 8 del convenio europeo: "Toda persona tiene derecho al respeto de su vida privada. No puede haber interferencias de una autoridad p¨²blica en el ejercicio de este derecho excepto cuando se ejercita conforme a la ley y es necesario en el inter¨¦s de la seguridad nacional".
Durante el juicio, el Gobierno brit¨¢nico reconoci¨® que los soldados homosexuales no est¨¢n menos capacitados ni son menos valientes que los heterosexuales. Pero defendi¨® que el veto "era necesario" dado el impacto "sustancial y negativo" en la moral de las Fuerzas Armadas.
Los jueces responden un¨¢nimemente que este argumento "no es convincente ni tiene peso suficiente" para justificar la pol¨ªtica discriminatoria. En un p¨¢rrafo aplicable a todos los pa¨ªses, se?alan: "Las autoridades nacionales no pueden basarse en normativas para frustrar el ejercicio del derecho a respetar las vidas privadas de miembros individuales de las Fuerzas Armadas".
El tribunal considera particularmente indiscretos, "penosos y humillantes", los interrogatorios y afirma que la "destituci¨®n administrativa" ha tenido "una profunda incidencia en sus carreras y perspectivas". Tambi¨¦n critica "el car¨¢cter absoluto y general de la pol¨ªtica" de exclusi¨®n brit¨¢nica, que califica de "sorprendente". En consecuencia, el tribunal insta a ambas partes a acordar una compensaci¨®n.
Tras conocer la sentencia, Jeanette Smith afirm¨®: "Ahora deber¨ªan levantar la prohibici¨®n". Duncan Lustig-Prean declar¨®: "La gente ya no tendr¨¢ que afrontar investigaciones intrusivas s¨®lo por cuestiones de su vida privada". El anterior Gobierno brit¨¢nico reafirm¨® en 1996 su pol¨ªtica en contra del reclutamiento de homosexuales. El entonces ministro de Defensa, Michael Portillo, que recientemente ha reconocido haber tenido relaciones homosexuales, justific¨® la medida con un estudio realizado entre las altas jerarqu¨ªas militares que se?ala como perjudicial para la moral de las tropas la presencia de soldados homosexuales. La homosexualidad, seg¨²n ese informe, a?ade un elemento de vulnerabilidad, con el consiguiente riesgo de chantaje por parte de los servicios secretos extranjeros.
Desde 1989, una media de 60 soldados son expulsados cada a?o del Ej¨¦rcito brit¨¢nico por razones exclusivamente sexuales. El caso m¨¢s reciente, y presumiblemente el ¨²ltimo, se produjo el pasado viernes, cuando Richard Young, cocinero de la Marina, recibi¨® su orden de baja definitiva. Una llamada acusatoria an¨®nima le cost¨® el puesto de trabajo, al igual que a la gran mayor¨ªa de los soldados homosexuales. El Gobierno de Tony Blair ya proyectaba un cambio legal para acabar con estas discriminaciones en un plazo m¨¢ximo de dos a?os. El ministro de Defensa, George Robertson, que el mes que viene sustituir¨¢ a Javier Solana al frente de la OTAN, anunci¨® ayer la suspensi¨®n de las investigaciones pendientes y de los despidos de soldados homosexuales.
Representantes militares calificaron de "rid¨ªcula" la sentencia y la oposici¨®n conservadora pidi¨® la exclusi¨®n del Reino Unido de esta secci¨®n del convenio europeo tan estrechamente relacionada con la normas de las Fuerzas Armadas. "Apoyamos a los jefes del Ej¨¦rcito en su argumento de que afectar¨¢ a la moral y efectividad de las tropas. Cuando se redact¨® la convenci¨®n, la homosexualidad era ilegal", se?al¨® el conservador Richard Ottaway.
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