Mohamed VI autoriza el regreso de Abraham Serfaty, el ex preso pol¨ªtico y exiliado m¨¢s antiguo de Marruecos
En un gesto que parece marcar el inicio de los cambios en su reinado, el joven rey Mohamed VI autoriz¨® ayer el regreso a Marruecos del l¨ªder izquierdista Abraham Serfaty, de 73 a?os, quien fue considerado el preso pol¨ªtico m¨¢s antiguo de ?frica despu¨¦s de Nelson Mandela. Dos meses despu¨¦s de la muerte de Hassan II, Serfaty pis¨® anoche suelo marroqu¨ª por primera vez desde 1991, cuando fue excarcelado del penal de Kenitra, el l¨²gubre escenario de torturas donde cumpl¨ªa condena a perpetuidad, y expulsado a Francia. A su llegada a Rabat, visiblemente agotado en su silla de ruedas y con l¨¢grimas en los ojos, tuvo palabras de agradecimiento para el rey y dijo que, a su edad, no iba a realizar actividades pol¨ªticas. "He venido a ayudar en lo que pueda a mis amigos que est¨¢n en el Gobierno y, sobre todo, en la sociedad civil", afirm¨®.
El portavoz del rey, Hassan Aurid, hab¨ªa anunciado poco antes que el monarca autorizaba a Serfaty a "regresar al reino" tras acceder a una petici¨®n escrita del exiliado. Serfaty envi¨® una carta a Mohamed VI el pasado 21 de septiembre en la que ped¨ªa poder regresar a su pa¨ªs para "volver a ocupar su lugar en el proceso en curso para la construcci¨®n de un Marruecos moderno y democr¨¢tico, bajo la direcci¨®n del rey". Las autoridades de Rabat hab¨ªan rechazado hasta ahora las peticiones de Serfaty, bajo el pretexto de que era ciudadano brasile?o y no marroqu¨ª. Miembro destacado del movimiento comunista, Serfaty fund¨® en los a?os sesenta el grupo izquierdista Illi Aman (Adelante). En 1974 fue detenido, y en 1977 fue condenado a cadena perpetua por "alta traici¨®n y atentado contra la seguridad del Estado".
El dirigente izquierdista fue excluido de las sucesivas amnist¨ªas decretadas por Hassan II a lo largo de los a?os ochenta, y su excarcelaci¨®n no se produjo hasta 1991, despu¨¦s de una campa?a internacional encabezada por su mujer, Chirstine Daure, una profesora francesa afincada en Casablanca, con quien se cas¨® ya en la c¨¢rcel.
Precisamente su esposa le acompa?aba ayer en su viaje de vuelta a Rabat, donde ambos fueron recibidos por el ministro de Justicia, Omar Azziman, quien le abraz¨® emocionado, el consejero real Andr¨¦ Azula, y el portavoz del rey. "?ste es un gran d¨ªa para Marruecos", dijo Azziman, "las ¨²ltimas p¨¢ginas van cayendo".
Desde el coche especial enviado por el Palacio Real al aeropuerto, Serfaty escuch¨® los gritos de bienvenida de decenas de militantes de izquierda que coreaban: "Querido Serfaty, tu eres el hijo predilecto de la patria".
El actual Gobierno marroqu¨ª, dirigido por el socialista Abderram¨¢n Yussufi, ya hab¨ªa intentado su vuelta al pa¨ªs poco despu¨¦s de llegar al poder, en 1998. De hecho, los diarios pr¨®ximos a la Uni¨®n Socialista de Fuerzas Populares dieron por hecho el regreso de Serfaty a Marruecos. Pero la tentativa se frustr¨®.
Declive de Dris Basri
Los observadores diplom¨¢ticos en Rabat, al igual que el propio Serfaty, achacaron entonces el fracaso de las gestiones de Yussufi a la oposici¨®n frontal del todopoderoso ministro del Interior, Dris Basri. La reciente creaci¨®n por el rey Mohamed VI de una comisi¨®n pol¨ªtico-militar para gestionar el conflicto del S¨¢hara y el fin del largo exilio de Serfaty parecen confirmar el declive de Basri como m¨¢ximo exponente del Majz¨¦n, la estructura de poder feudal que ha regido el pa¨ªs magreb¨ª desde la independencia.Los nombramientos reales del diplom¨¢tico Mohamed Ludishqui como coordinador con la Misi¨®n de la ONU para el S¨¢hara y del coronel Hamidu Laanigri como jefe del contraespionaje, son igualmente recortes a las prerrogativas de Basri, precisamente cuando se est¨¢n registrando graves disturbios en El Aai¨²n.
Antiguo defensor de la causa saharaui, aunque en los ¨²ltimos a?os se pronunci¨® por una soluci¨®n negociada al conflicto, Serfaty sali¨® de su silencio el pasado julio tras la muerte de Hassan II. "No siento ni amargura, ni alegr¨ªa, ni dolor... s¨®lo se ha pasado una p¨¢gina", dijo entonces. Cinco a?os antes hab¨ªa declarado a EL PA?S: "De alguna forma, mi regreso est¨¢ vinculado a la democratizaci¨®n de Marruecos".
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