El Papa nombra patrona de Europa a una beata de origen jud¨ªo v¨ªctima del Holocausto
El cardenal Rouco Varela, relator general en la apertura del S¨ªnodo de obispos europeos
Edith Stein, una religiosa de origen jud¨ªo, recientemente elevada a los altares por el Papa, fue nombrada ayer por el propio Juan Pablo II copatrona de Europa junto a santa Catalina de Siena y santa Br¨ªgida. El Pont¨ªfice comunic¨® su decisi¨®n por sorpresa en la misa solemne que inauguraba la II Asamblea especial de Obispos de Europa, que se desarrollar¨¢ en el Vaticano hasta el 23 de octubre. Con esta decisi¨®n, Karol Wojtyla pretende "subrayar el gran papel que han tenido las mujeres en la historia eclesi¨¢stica y civil del continente hasta nuestros d¨ªas", dijo ayer.
Europa ten¨ªa ya tres patrones masculinos: San Benedicto, San Cirilo y San Metodio, a los que se sumar¨¢n ahora estas tres mujeres "ligadas todas de manera especial a la historia del Continente", dijo el Papa. La elecci¨®n de Edith Stein, muerta en el campo de exterminio de Auschwitz, en Polonia, durante la II Guerra Mundial, suscitar¨¢ probablemente protestas del mundo jud¨ªo como ya ocurri¨® cuando el Papa decidi¨® beatificarla. Aquel gesto fue interpretado como un intento de apropiaci¨®n del drama del Holocausto por parte de la Iglesia cat¨®lica.Menos pol¨¦micas ser¨¢n, sin duda, Santa Br¨ªgida y Santa Catalina de Siena en este papel simb¨®lico de patronas del Viejo Continente. Para el Papa, sin embargo, Edith Stein simboliza "los dramas de la Europa de este siglo", tan numerosos como intensos. Santa Br¨ªgida de Suecia y Santa Catalina de Siena, por su parte, mujeres del siglo XIV, han dado ejemplo de inagotable tenacidad en su trabajo por la Iglesia, teniendo siempre presente el destino de Europa.
La inclusi¨®n de Edith Stein en este triunvirato de nuevas patronas de Europa ha servido al Papa para rendir un homenaje particular al siglo que termina, testigo de innumerables sufrimientos. Juan Pablo II ha recordado tanto los campos de concentraci¨®n nazis como los gulag sovi¨¦ticos, los bombardeos y las trincheras y las m¨²ltiples ocasiones en las que ha sido violada "la dignidad humana". M¨¢s recientemente, las revoluciones pac¨ªficas de 1989, seg¨²n el Pont¨ªfice, han quedado en parte truncadas por los ego¨ªsmos pol¨ªticos y econ¨®micos, que han dejado insatisfecha a la gente que esperaba algo m¨¢s.
El ¨²ltimo S¨ªnodo del milenio se inici¨® ayer con la intervenci¨®n del arzobispo de Madrid, cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco Varela, relator general de la Asamblea, que ley¨® un largo texto en lat¨ªn, el ¨²nico que se leer¨¢ en la vieja lengua oficial de la Iglesia, tras la supresi¨®n de los grupos de trabajo en lat¨ªn, una vez constatado que muchos obispos no lo entienden o, al menos, no son capaces de escribirlo. En su discurso, el cardenal de Madrid traz¨® un cuadro negativo de Europa, denunci¨® la crisis de las vocaciones religiosas, conden¨® el aborto, las parejas de hecho y los nacionalismos. "Europa atraviesa una delicada situaci¨®n. La desesperanza afecta a todos los sectores de la vida social, sobre todo a los j¨®venes sin trabajo y sin perspectivas", dijo Rouco Varela al subrayar que la esperanza para el viejo continente reside en una reevangelizaci¨®n.
"Aunque la unidad sigue adelante, no debe olvidarse la amenaza que representan la perpetuaci¨®n de determinadas violaciones de derechos humanos y los nacionalismos excluyentes", a?adi¨®. El arzobispo tambi¨¦n se refiri¨® a las frustradas expectativas de los pa¨ªses del Este que, tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, "recuperaron sus libertades" pero no han logrado el esperado crecimiento econ¨®mico.
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