El presidente enamorado
El jefe de Estado de Islandia, Olafur Ragnar Grimsson, pide tiempo a su pueblo para poder desarrollar una relaci¨®n sentimental
El misterio ha quedado aclarado. Los 270.000 islandeses ya saben qui¨¦n era la mujer de aspecto oriental que en junio apareci¨®, por primera vez, detr¨¢s de su presidente, Olafur Ragnar Grimsson, de 56 a?os. Su propio jefe de Estado se ha encargado de explic¨¢rselo.Cuando, la semana pasada, visitaba un puerto pesquero de la costa oriental, un periodista de la cadena de televisi¨®n privada le enfoc¨® con la c¨¢mara y le pregunt¨® por ella. Hasta entonces los islandeses se pensaban que su presidente era un hombre taciturno, pero ese d¨ªa les dej¨® pasmados.
Revel¨® que manten¨ªa una "relaci¨®n sentimental" y pidi¨® a su pueblo tiempo para "poder desarrollar emocionalmente esa nueva relaci¨®n". ?Enamorado!, titulaba al d¨ªa siguiente a toda p¨¢gina el rotativo Dagbladid Visir haci¨¦ndose eco de la estupefacci¨®n popular.
Tambi¨¦n les pidi¨® Grimsson a sus conciudadanos que fueran "indulgentes" con ¨¦l. Hac¨ªa s¨®lo once meses que se hab¨ªa quedado viudo tras 20 felices a?os de matrimonio. Su mujer, Gudrun Katrin Thorbergsdottir, que le apoy¨® con todas sus energ¨ªas durante la campa?a electoral de 1996, falleci¨® a los 64 a?os de leucemia. El entorno de Grimsson asegur¨® entonces que el presidente estaba destrozado.
La mujer que ha conseguido consolarle es Dorrit Moussaieff, de 49 a?os, jud¨ªa egipcia que ha adquirido la nacionalidad brit¨¢nica. De profesi¨®n dise?adora de joyas -posee una joyer¨ªa en la galer¨ªa comercial del Hotel Hilton-, escribe adem¨¢s de vez en cuando una columna en la revista de chismorreo The Tatler en la que resalt¨® las ventajas de vivir sola. Pero esta divorciada -estuvo casada siete a?os con el decorador Neil Zarach- es, sobre todo, conocida entre la jet-set de Chelsea, el lujoso barrio londinense, por la elegancia con la que viste -combina los modelos Armani con los bolsos de Hermes- y su c¨ªrculo de amistades c¨¦lebres en el que el actor Sean Connery figura en buen lugar.
La primera pregunta que se hicieron los islandeses, a medida que se divulgaba la biograf¨ªa de la novia presidencial, es c¨®mo y d¨®nde pudieron conocerse y de qu¨¦ hablar¨¢n la mundana Moussaieff y un presidente apasionado por la agricultura y que sigue impartiendo clases de ciencia pol¨ªtica en la Universidad de Islandia.
La segunda pregunta fue si el amor presidencial era realmente correspondido. "Todo lo que tengo que decir es que somos buenos amigos e Islandia es un gran pa¨ªs", declar¨® Moussaieff. "He tenido el privilegio", a?adi¨® al regresar de un viaje, "de visitar Islandia como hu¨¦sped del se?or Grimsson (...) y estoy orgullosa de poder incluirle, a ¨¦l y su familia, en el c¨ªrculo de mis amigos m¨¢s cercanos".
Un accidente ecuestre dio la respuesta a esta pregunta. Grimsson se fractur¨® el hombro, el lunes, al caerse del caballo en las monta?as volc¨¢nicas de Hekla. Dorrit estaba a su lado, le cubri¨® en el suelo con una manta para que no pasase fr¨ªo, grit¨® para pedir ayuda y le consol¨® cari?osamente hasta que le recogi¨® un helic¨®ptero. Horas despu¨¦s salieron juntos de la mano del hospital de Reikiavik.
No cab¨ªa ya duda alguna. El amor de Grimsson era correspondido. Habr¨¢ que ver ahora si los electores le reeligen el pr¨®ximo verano como presidente.
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