Funesta Espa?a
El fiscal Jim¨¦nez Villarejo quiere cargar con el muerto de la privatizaci¨®n de la funeraria municipal, que a¨²n colea, a un pu?ado de vivos, concejales y diputados del PP madrile?o, que, seg¨²n la fiscal¨ªa, con celo digno de mejor causa, trampearon, falsificaron, intrigaron y organizaron un tejemaneje de funestas consecuencias para las moribundas arcas municipales en beneficio de ellos mismos y de sus colegas.El hecho de que uno de los asesores de la privatizaci¨®n fuera nombrado semanas m¨¢s tarde director de la empresa privatizada da una idea del desparpajo con el que se mov¨ªan estos carro?eros, salteadores de tumbas y profanadores de cementerios.
Alertados por el olor a putrefacci¨®n que desprend¨ªa toda la operaci¨®n, los representantes de Izquierda Unida en el Ayuntamiento desenterraron el cad¨¢ver, que hace unos d¨ªas ha sido expuesto ante la opini¨®n p¨²blica a trav¨¦s de la publicaci¨®n del texto de la querella emprendida por la fiscal¨ªa.
Los aficionados al inmortal g¨¦nero de la picaresca y los delincuentes financieros en periodo de aprendizaje gozar¨¢n y sacar¨¢n provecho, respectivamente, con las azarosas peripecias de Sim¨®n Vi?als, Luis Mar¨ªa Huete, Antonio Moreno, Jos¨¦ Ignacio Ech¨¢niz y sus secuaces. Como en el cuento, Sim¨®n alter¨® el precio, Luis Mar¨ªa prevaric¨®, Antonio esquilm¨® y Jos¨¦ Ignacio se llev¨® el gato al agua porque ten¨ªa intereses en Funespa?a, la funesta empresa beneficiada. Una empresa modelo, desde luego, que se compr¨® por cien pesetas, o treinta monedas, y ha declarado en el ¨²ltimo ejercicio 1.813 millones de pesetas de beneficios.
Los p¨ªcaros concejales crearon una mara?a de empresas tapadera, titularidades interpuestas y falsos negocios jur¨ªdicos que hubieran hecho perder el hilo a un fiscal menos experimentado. La vasta operaci¨®n de enriquecimento, como la califica la fiscal¨ªa, se efectu¨® casi a cara descubierta y a plena luz del d¨ªa, arrostrando con suma desverg¨¹enza las fundadas sospechas de todos los grupos de la oposici¨®n y de casi todos los sectores de la comunicaci¨®n. "Probadlo si pod¨¦is", parec¨ªa ser la consigna de estos artistas del embrollo, amparados hasta el d¨ªa de hoy bajo la sombra del Manzano.
El Ayuntamiento perjudicado premi¨® a sus perjudicadores: Vi?als, ex presidente de la funeraria municipal, sigue siendo concejal de Salud, el mismo concejal de Salud que hace unos meses dijo que prefer¨ªa las ratas a las palomas porque son menos da?inas, y sab¨ªa de lo que hablaba; Huete, primer teniente de alcalde cuando la prevaricaci¨®n (privatizaci¨®n), hoy es diputado auton¨®mico; Moreno es concejal de R¨¦gimen Interior y Patrimonio (privatizable), y Ech¨¢niz ha sido ascendido a consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
El solidario alcalde de Madrid sigue reiterando, aunque no se lo pregunten, su confianza en los encausados, y dice que est¨¢ dispuesto a dar la cara por lo que pasa en el Ayuntamiento. La misma cara, la misma sonrisa bobilinda con la que defendi¨® hasta el final de trayecto en los tribunales a Enrique Villoria, el hombre de los caramelos, otro especulador veterano que parec¨ªa incombustible anclado en su poltrona.
El de la funeraria es un cad¨¢ver m¨¢s en el atiborrado armario de los esqueletos municipales; si los jueces confirman las tesis del fiscal Villarejo, el timo de Funespa?a pasar¨¢ a los anales de la cr¨®nica negra de la Espa?a negra como una de las estafas m¨¢s ignominiosas del siglo que termina, porque los estafadores no se conformaron con expoliar a los vivos y se cebaron tambi¨¦n con nuestros muertos cuando los dejamos en sus manos.
El Ayuntamiento vendi¨® sus muertos, que son los nuestros, por veinte duros, y nos humill¨® al decirnos que no eran rentables, que eran unos muertos de hambre que no interesaban a nadie porque no llevaban ni un duro en los bolsillos. En consecuencia, el Ayuntamiento traspas¨® sus servicios de pompas f¨²nebres a unos buenos samaritanos, expertos en la gesti¨®n y transporte de residuos f¨²nebres humanos, un negocio que ha resultado ser un chollo milagroso con el que tal vez un dios despistado haya premiado a estas gentes tan caritativas.
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