El poder de la imprecisi¨®n
La l¨®gica difusa ha conquistado ya el terreno de las aplicaciones dom¨¦sticas y se plantea ahora nuevos retos: desde el control de centrales nucleares hasta el desarrollo de computadoras que puedan, por ejemplo, hablar. El centenar de participantes en la reuni¨®n de la Sociedad Espa?ola de L¨®gica Difusa, organizada la semana pasada en Mallorca por la Universidad de las islas Baleares y el CSIC, explic¨® c¨®mo gracias a esta t¨¦cnica hay ya helic¨®pteros que buscan solos el mejor terreno para aterrizar y potabilizadoras de agua en las que una computadora sustituye a los t¨¦cnicos.
"La l¨®gica difusa baraja reglas imprecisas, y as¨ª aborda problemas que para los sistemas tradicionales son demasiado complejos", explica Enric Trillas, catedr¨¢tico de Ciencias de la Computaci¨®n e Inteligencia Artificial de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid y pionero en esta especialidad en Espa?a. Pone un ejemplo sencillo: "Un payaso que sostiene un palo verticalmente en la palma de la mano, un p¨¦ndulo invertido; la descripci¨®n matem¨¢tica de ese sistema se conoce muy bien, pero con t¨¦cnicas cl¨¢sicas un ordenador no puede reproducirlo: aparecen demasiados errores. ?En cambio con l¨®gica difusa s¨ª se puede! Se logra transmitir al programa lo que hace el payaso".?C¨®mo se hace esa transmisi¨®n? "?Ah, ¨¦so es lo complicado!", responde Francesc Esteva, director del Instituto de Investigaci¨®n en Inteligencia Artificial del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), en Barcelona. "Hay que convertir lo que sabe el humano en una funci¨®n, que es lo que metes en el programa". Esa funci¨®n es una pendiente, de forma que los par¨¢metros que intervienen en el problema pueden asumir todo un rango de valores intermedios. Para un programa cl¨¢sico que aprende que joven es hasta los 30 a?os, alguien con 31 ya no lo es. En cambio, la l¨®gica difusa le permitir¨ªa clasificarlo como menos joven, sin incluirlo en el grupo de los viejos. Si se intenta hacer m¨¢s preciso el programa cl¨¢sico creando m¨¢s subdivisiones -de 30 a 35, de 35 a 40...-, el programa perder¨¢ eficacia.
Centrales nucleares
El coreano Da Ruan ha desarrollado con l¨®gica difusa un sistema para controlar centrales nucleares. Lo prob¨® por primera vez el a?o pasado en un reactor experimental en B¨¦lgica. "Hab¨ªa un interruptor: si algo fallaba, se pasaba autom¨¢ticamente al control tradicional. Pero no pas¨® nunca". Con su programa, afirma Da Ruan, se elimina el error humano y el mantenimiento es m¨¢s eficaz. "En principio, se podr¨ªa remplazar a los humanos, pero es un ¨¢rea tan peligrosa que eso no ocurrir¨¢ nunca".Los humanos s¨ª han sido sustituidos totalmente en una depuradora en Jap¨®n. Tras tres a?os de entrevistas con los operadores, Michio Sugeno, del Instituto de Tecnolog¨ªa de Tokio, desarroll¨® un sistema capaz de a?adir los productos qu¨ªmicos al agua en la cantidad adecuada. "Depende de la suciedad del agua, de la temperatura, de la estaci¨®n del a?o, de si llueve o no... Es muy complicado, y debe ser muy seguro porque de ah¨ª beben millones de personas. No se hab¨ªa logrado controlar la planta de modo convencional, s¨®lo lo hac¨ªan operadores con diez a?os de experiencia".
Sugeno, considerado uno de los magos de las aplicaciones, ha creado tambi¨¦n un helic¨®ptero no tripulado que entiende ¨®rdenes imprecisas y procesa informaci¨®n visual, id¨®neo para incedios forestales. Es el aparato estrella de la l¨®gica difusa; con ¨¦l, seg¨²n los expertos, esta herramienta ha superado su examen m¨¢s dif¨ªcil en cuanto al control de sistemas.
En Espa?a, la Sociedad de L¨®gica Difusa es pionera en Europa. Ha promovido la fundaci¨®n la pasada semana en Mallorca de la sociedad europea correspondiente. Pero Esteva, su presidente, Trillas y los dem¨¢s expertos se quejan de que los ¨¦xitos te¨®ricos apenas tienen eco en la industria espa?ola.
Hay excepciones. Francisco Herrera, de la Universidad de Granada, ha desarrollado con l¨®gica difusa y redes neuronales un m¨¦todo para clasificar clientes, cuyo uso estudia ahora una caja de ahorros. "Como a menudo no hay una distinci¨®n clara entre clases de clientes esta t¨¦cnica establece un grado de pertenencia a cada clase. Se puede estar en varias, con distintos grados de pertenencia". Su grupo aplica tambi¨¦n estas herramientas imprecisas al dise?o de robots, y participa en un proyecto europeo para controlar el aire acondicionado en edificios de modo m¨¢s eficiente.
Pero Sugeno tiene miras muy amplias para el futuro de la l¨®gica difusa: desarrollar una computadora con la que se pueda hablar, y viceversa. Con esta herramienta, dice, se conseguir¨¢ mucho antes que con otras estrategias de inteligencia artificial.
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