S¨®lo Ullrich confirm¨® su prestigio
El ciclista alem¨¢n gana la contrarreloj frente a los decepcionantes Mauri (5?) y Alex Z¨¹lle (10?)
Jan Ullrich arregl¨® ayer, con una actuaci¨®n profesional y tranquila, la incongruencia hist¨®rica que hab¨ªa evitado hasta el momento su coronaci¨®n oficial como mejor contrarrelojista del mundo. Gan¨® el Mundial, como todo el mundo esperaba y sab¨ªa de antemano. Lo hizo rodando a 50 por hora en las llanuras v¨¦netas de Treviso. No parece noticia, pues. Y, sin embargo, viendo el viento extra?o que apart¨® de los lugares de privilegio a los reconocidos especialistas de cada d¨ªa, lo fue. Como tambi¨¦n fue noticia que la plata no acabara en manos del Gontchar, Mauri, Z¨¹lle o Boardman de turno, sino en el cuello de un veterano sueco alto y estr¨¢bico, perteneciente a un equipo dan¨¦s de segunda fila que, para m¨¢s inri, desaparecer¨¢ del pelot¨®n la pr¨®xima temporada.Michael Andersson es su nombre. Ullrich s¨®lo le pudo sacar 14 segundos, lo que tambi¨¦n es noticia. Y tambi¨¦n merecen el honor del titular unas cuantas frases m¨¢s, extra?as en un mundo tan est¨¢tico como parec¨ªa ser el de las contrarreloj en ciclismo: Boardman fue tercero, s¨ª, como esperaba y se esperaba, pero cuarto fue un tal Raivis Belohvosciks, let¨®n de 23 a?os para m¨¢s se?as y 759? en el r¨¢nking de la UCI, si quieren m¨¢s precisiones; as¨ª que Mauri termin¨® quinto, lo que no es descabellado, y sexto fue Gontchar, lo que s¨ª que extra?a, como tambi¨¦n deja estupefacto el saber que Z¨¹lle fue 10?. Extra?os compa?eros de cama eligi¨® Ullrich para su coronaci¨®n, verdaderamente. Todo ocurri¨® dentro de un estilo igualado y democr¨¢tico, lleno de emoci¨®n, y de perplejidad tambi¨¦n.
"Es que el recorrido fue muy f¨¢cil y los verdaderamente buenos no tuvieron terreno para marcar las diferencias", quer¨ªa pensar el segundo espa?ol, ?lvaro Gonz¨¢lez de Galdeano (14?), como explicaci¨®n a lo que algunos llamaron revoluci¨®n de los modestos. "Es que no ha soplado mucho viento", quiso pensar Eusebio Unzue, que dirigi¨® a Z¨¹lle. "Y los menos buenos no han tenido problemas para rodar a tope". Quiz¨¢s tengan raz¨®n los dos. El recorrido era llano y sin curvas. Ten¨ªa un peque?o repecho por la mitad. La ¨²nica dificultad; el lugar en el que los ciclistas de clase demuestran su superioridad y su mejor consumo de ox¨ªgeno. Por all¨ª, por el kil¨®metro 27, Ullrich, el del pesado pedaleo y los parches preventivos en las articulaciones, codos y rodillas, pas¨® el primero; Andersson, escol¨¢stico, segundo; Gontchar, desmesurado y a trompicones, tercero; Z¨¹lle, a golpes de pist¨®n, como queriendo sustituir con fuerza de voluntad la falta de fuerza f¨ªsica, cuarto; Mauri, esto es, Mauri, quinto, y Boardman, fluido y aerodin¨¢mico, sexto.
Muchos expertos, y casi todos los ciclistas, pensaron que as¨ª acabar¨ªa la cosa al final, o con un peque?o baile como mucho entre el segundo y el sexto. Y esto se pensaba porque entre el segundo, Andersson, y el sexto, Boardman, s¨®lo hab¨ªa 25 segundos de diferencia; y entre Z¨¹lle y Mauri, s¨®lo un segundo, y as¨ª. Y seguro que Andersson, de 32 a?os, el ¨²nico sueco que parece que corre contrarreloj, porque siempre gana el campeonato nacional, desaparece del mapa al final.
Y al rev¨¦s. Andersson se resisti¨®, Belohvosciks aguant¨® y se super¨®, y Z¨¹lle y Gontchar se hundieron. Y s¨®lo Ullrich estuvo a la altura de su fama, aunque tambi¨¦n sufri¨®. Si en la cima del repecho aventajaba al sueco m¨¢s conocido en China (donde gan¨® la Vuelta del 96) en 26 segundos, en la meta s¨®lo le sacaba 14. Y Boardman, que ced¨ªa 25 segundos, termin¨® perdiendo, en esos 23 kil¨®metros, 19 m¨¢s. 20 segundos m¨¢s le cedi¨® Belohvosciks y 32 segundos Mauri. Y Gontchar, a quien en teor¨ªa le resultaba m¨¢s favorable el terreno final, cedi¨® 48 segundos en esos 23 kil¨®metros llanos o cuesta abajo. Y el sediento Z¨¹lle, no digamos: 1minuto y 10 segundos.
Ullrich confirm¨® en cierta manera la resurrecci¨®n apuntada en la Vuelta. No es mala noticia para el ciclismo mundial, perdido sin corredores a quienes engancharse, que busca su l¨ªder moral y deportivo. "No me esperaba este oto?o", dijo el alem¨¢n, de 25 a?os. "Pero la Vuelta, tan dura como ha sido, y la forma en la que la he ganado, me ha venido muy bien psicol¨®gicamente. All¨ª recuper¨¦ la moral". La moral y el apetito de victoria. El sentido, de nuevo, a su carrera de campe¨®n, de heredero de Indur¨¢in, iniciada a lo grande en el 96, segundo del Tour, confirmada en el 97, ganador del Tour, y cuesta abajo desde entonces. Desaparecido todo el a?o, desde agosto del 98. Reencontrado en septiembre del 99, en la Vuelta. "Ahora ya puedo decir que esta temporada ha sido un ¨¦xito", dijo. "Una temporada que llevaba fatal, porque hab¨ªa apostado todo por el Tour y la lesi¨®n en la rodilla me impidi¨® participar".
El regreso de un grande
Para Ullrich este tramo final de temporada ha tenido efectos extraordinariamente beneficiosos. Lo que se supon¨ªa como un tr¨¢mite -dijo muy alto que no llegaba a la Vuelta con posibilidades de ganarla- se ha convertido en un excelente cap¨ªtulo de su carrera: vencedor de la Vuelta, ganador de la contrarreloj del Mundial, protagonista exclusivo del final de temporada. El regreso del gran Ulrich, en definitiva.Puede, sin embargo, que no todo haya acabado aqu¨ª. El domingo es el verdadero Mundial, el del maillot arcoiris, el de las selecciones nacionales y el de los 260 kil¨®metros dando vueltas por un circuito de 16. Es en Verona. Ullrich, el mejor ciclista de nuestro tiempo, de finales de siglo y todo eso, puede ganarlo. M¨¢s todav¨ªa: quiere ganarlo. "Estoy perfecto de moral y libre de toda presi¨®n con este maillot arcoiris y con este oro en el cuello. Y encima la selecci¨®n alemana es un gran equipo. Y m¨¢s, ganar es bueno, pero ganar un t¨ªtulo mundial es mejor". Ullrich ha recuperado el apetito. Quiere ganar el gran Mundial. S¨ª que se resolver¨ªa entonces de verdad la incongruencia hist¨®rica, la misma que siempre le quedar¨¢ pendiente a Miguel Indur¨¢in.
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