Suelos con solera
"Oh, son como las baldosas que hab¨ªa en la casa de la abuela!" es la frase que m¨¢s oye ¨²ltimamente Dolores Mart¨ªnez Ben¨ªtez, gerente de la empresa La Calera, S.L. de El Pedroso (Sevilla), cuando llegan los clientes -generalmen-te matrimonios- a encargarle la soler¨ªa para la reforma de sus casas. Llegan de toda Andaluc¨ªa, "sobre todo de M¨¢laga", precisa-, desde Valencia y de Madrid. "De la capital vienen a comprarnos dise?adores de renombre", puntualiza su hermano Manuel, principal impulsor de La Calera en esta nueva etapa.Esta es una empresa familiar; apenas cuenta con 8 empleados. Su origen se remonta a principios de siglo, cuando naci¨® el abuelo Antonio Mart¨ªnez Lara, hace 87 a?os. "All¨¢ por el a?o 12", recuerda ¨¦l, mientras va de un lado a otro, apoy¨¢ndose en dos muletas, y mirando a los baldosines reci¨¦n hechos, a los que, asegura, le ha dedicado toda su vida. Como se la est¨¢n dedicando sus hijos, Antonio y Dolores, y se la dedicar¨¢ su nieta, Mar¨ªa de la O, hija de Antonio, que, de momento, se ocupa de los asuntos burocr¨¢ticos en la oficina.
Las baldosas hidr¨¢ulicas dejaron de fabricarse cuando apareci¨® el terrazo. Hasta entonces, pr¨¢cticamente en cada pueblo andaluz hab¨ªa una f¨¢brica dedicada a producir este tipo de soler¨ªa. La llegada del gres termin¨® de darle la puntilla a estos pavimentos. Hoy, La Calera es una de las ¨²ltimas reliquias de la comunidad andaluza. Aqu¨ª, los dibujos y colores con m¨¢s de 100 a?os de historia, todav¨ªa pueden recuperarse. "Nosotros", cuenta Manuel Mart¨ªnez, "tambi¨¦n pasamos por momentos muy dif¨ªciles, aunque nunca llegamos a parar del todo". Ahora la demanda ha aumentado tanto que un pedido requiere una espera de al menos dos meses hasta ser atendido.
El sistema de producci¨®n es completamente artesanal y muy lento. El formato es ¨²nico: 20 x 20 cent¨ªmetros. Y el precio, dependiendo de la complejidad del dibujo y de los colores elegidos, est¨¢ entre las 5.000 y 6.000 pesetas el metro cuadrado. Un trabajador no hace m¨¢s de seis o siete metros cuadrados por d¨ªa; en cada baldosa se emplean una media de seis minutos.
Los componentes b¨¢sicos de este pavimento natural son conocidos: cemento, agua y arena. En un molde se vierte mortero mezclado con el pigmento del color elegido por el cliente, luego se cubre con una segunda capa de mortero secante, y, por ¨²ltimo, una tercera capa, de mortero de fortaleza, completar¨¢ la operaci¨®n. A continuaci¨®n se somete la mezcla a una presi¨®n de 1.500 kilos en una prensa hidr¨¢ulica. La baldosa nace tierna como el pan reci¨¦n cocido; el fraguado es lento, como el del hormig¨®n. Por eso la espera, antes de poder colocarla en los suelos, se alarga: un mes, como m¨ªnimo, es lo que recomienda esperar el fabricante.
Seg¨²n Mart¨ªnez Ben¨ªtez, la calidad de estas baldosas tiene mucho que ver con "el factor humano". Formar a un operario, asegura, lleva tres a?os. En ese tiempo son muchos los que fracasan o abandonan. El pulso y la pulcritud son dos de las claves para hacer bien este trabajo. "Este es un oficio que tiene que gustarte; y requiere mucho orden y limpieza", recalca. De la f¨®rmula que emplea para obtener los colores, no quiere hablar; y menos de las materias primas que utiliza. "?Eso es secreto!"
En cambio, s¨ª explica que, en La Calera, tienen unos 30 dibujos diferentes, adem¨¢s de poder hacerle al cliente cualquiera que le solicite. Otro tanto ocurre con los colores. "Estamos en disposici¨®n de proporcionarle el color que nos pida".
Las dificultades para instalar esta soler¨ªa no son mayores que las que presenta cualquier otro pavimento. Sin embargo, los alba?iles rehuyen trabajar con ellas. Pesan m¨¢s que el gres (se desnivelan con m¨¢s facilidad), y al ser de formato m¨¢s reducido, avanzan menos; colocan menos metros al d¨ªa. Pero, a cambio, tienen otras ventajas: su limpieza es muy sencilla. S¨®lo se necesita agua abundante y jab¨®n verde.
Al contrario que ocurre con otro tipo de soler¨ªas, "a ¨¦sta, el tiempo, le da vida; y cuanto m¨¢s a?os tiene, m¨¢s bonitos son los dibujos y los colores". Dibujos y colores que son tantos que a los matrimonios, cuando se colocan delante del panel de exposici¨®n, les provocan tal confusi¨®n que terminan pele¨¢ndose. El abuelo Antonio acude entonces y tercia: "?Qui¨¦n manda en la casa, la mujer, no? Pues entonces, ?d¨¦jela usted escoger, hombre!".
Direcci¨®n La Calera, 17
El Pedroso
41630 Sevilla
Empleos
8
Facturaci¨®n
15 millones
Producci¨®n
Baldosas hidr¨¢ulicas
"A las baldosas hidr¨¢ulicas el tiempo les da la vida; cuanto m¨¢s a?os pasan por ellas, m¨¢s lucen los colores"
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