Inercia militar

Rectificar es de sabios, pero hay errores dif¨ªcilmente comprensibles como el que cometi¨® en un principio el Ministerio de Defensa al vetar a las mujeres su incorporaci¨®n a la Legi¨®n y a la Brigada Paracaidista en la convocatoria correspondiente a la cuarta oferta de empleo de tropa y de mariner¨ªa profesional. Desde Defensa se intent¨® atribuir el desprop¨®sito a una simple "errata" de la convocatoria. La explicaci¨®n era comprensible, pero nada cre¨ªble. Los duendecillos de imprenta son, como se sabe, muy traviesos, pero no hasta el punto de hacer de las suyas en todas y cada una de las 15 veces que la convocatoria hac¨ªa referencia al acceso de la mujer a los puestos del Ej¨¦rcito de Tierra.Todo parece indicar que la reiteraci¨®n de esa errata se debi¨® m¨¢s bien a inercias de la maquinaria administrativa militar, incapaz de adaptarse a sus propias leyes. La actual Ley del R¨¦gimen del Personal de las Fuerzas Armadas, vigente desde el 20 de mayo pasado, es contundente sobre la no descriminacion de la mujer por raz¨®n de sexo en el acceso a los empleos del Ej¨¦rcito: "No podr¨¢n existir m¨¢s diferencias por raz¨®n de sexo que las derivadas de las distintas condiciones f¨ªsicas del hombre y la mujer", se?ala. A pesar de ese claro y terminante mandato, parece que no hubo tiempo en cinco meses para modificar la convocatoria de acuerdo con la ley.

Las leyes que aprueba el Parlamento est¨¢n para cumplirlas desde que entran en vigor. Pero parece que en el ¨¢mbito castrense hay quienes piensan que el Parlamento puede ir por un lado y los reglamentos militares por otro, aunque ¨¦stos rezumen prop¨®sitos preconstitucionales. Felizmente, el subsecretario de Defensa, Adolfo Men¨¦ndez, ha dejado las cosas claras: los reglamentos discriminatorios para con la mujer en las Fuerzas Armadas quedaron derogados cuando entr¨® en vigor la nueva ley. Y ha actuado en consecuencia: ha ordenado una nueva convocatoria que no la vulnere.