La extradici¨®n de Pinochet

En este d¨ªa de hoy, m¨¢s all¨¢ de nuestras preocupaciones y problemas personales, podemos ver un horizonte de un color indescriptible que nos llena de placer. La luz ha salido y se han iluminado las fauces del dictador ante el mundo entero; en ellas, los implicados han visto el reflejo del horror padecido, pesadillas inenarrables. La verdad ha sido constatada y sentenciada y la humanidad, la verdadera humanidad, no cabe en el espacio del globo: tal es su j¨²bilo. Por fin se ha hecho justicia y, por una vez, o una de las pocas veces, podemos ver el cielo limpio en esa balanza que a menudo hemos contemplado casi con terror. Esperemos que este ascenso al camino de la libertad y las alamedas so?ado por Allende nada ni nadie lo interrumpa. Inimaginable para m¨ª es la alegr¨ªa de los implicados, pues la m¨ªa, siendo unaprivilegiada de la "democracia", traspasa las barreras de las c¨¢rceles en las que el pie del poder nos mantiene. A pesar del dolor, brindemos por que lleguen m¨¢s d¨ªas como ¨¦stos, en los que el torturador, el genocida, el tirano, el violador de los derechos humanos... nunca quede en el olvido o en la impunidad, sino que se le recuerde y, sobre todo, sea castigado.- , .