El pr¨ªncipe, su perro y Hermissenda
Es frecuente escuchar expresiones como "hay qu¨ªmica entre ellos" cuando la gente quiere aludir a la buena relaci¨®n entre dos personas. Aunque casi todo el mundo intuye el significado de la expresi¨®n y los estudiosos del cerebro est¨¢n empezando a desvelar los sustratos qu¨ªmicos y neuronales de la conducta animal (de la que forma parte importante nuestra relaci¨®n con el otro), la ciencia est¨¢ todav¨ªa lejos de ofrecer una explicaci¨®n integradora de los enmara?ados procesos materiales que nos llevan a ser como somos y a hacer lo que hacemos. Si el concepto de conducta animal es en s¨ª mismo de dif¨ªcil definici¨®n, mucho m¨¢s dif¨ªcil ha resultado siempre la aproximaci¨®n experimental a un problema tan ¨¢rduo.Se ha cumplido ahora el 150 aniversario del nacimiento del fisi¨®logo ruso Ivan Pavlov (26 de Septiembre de 1849) a cuyo original trabajo se deben los primeras explicaciones con base neuronal de la conducta animal. Pavlov presumi¨® que el comportamiento complejo pod¨ªa abordarse cient¨ªficamente si se analizaba de forma fragmentaria y, con una intuici¨®n formidable, dise?¨® los conocidos experimentos que le llevaron, en palabras de su gran conocedor el Dr. Colodr¨®n, "a verificar la hip¨®tesis de la causalidad en la forma m¨¢s compleja de comportamiento de la materia". Los experimentos de Pavlov en el perro establecieron las bases de lo que se ha llamado el condicionamiento cl¨¢sico, m¨¦todo que ha sido de tanta utilidad a la psicolog¨ªa.
Es sabido que, de forma natural, el contacto del alimento con la boca (el est¨ªmulo) produce en los animales una salivaci¨®n copiosa que es el preludio de la digesti¨®n (la respuesta). Es por tanto un reflejo innato. En sus experimentos, Pavlov hac¨ªa sonar una campana inmediatamente antes de dar carne a su perro. As¨ª, repetidas veces. La salivaci¨®n fue la esperada porque el sonido es, en principio, un est¨ªmulo neutro para la digesti¨®n. Sin embargo, cuando al animal, tras la repetici¨®n de este ensayo, se le hac¨ªa escuchar el sonido en ausencia de la carne, produc¨ªa salivaci¨®n de forma igualmente abundante. Es decir, el est¨ªmulo sonoro ahora produc¨ªa por s¨ª solo el reflejo de salivaci¨®n. El animal hab¨ªa adquirido un tipo de conducta. Pavlov denomin¨® a esta respuesta reflejo condicionado, es decir, un reflejo basado en una asociaci¨®n aprendida por repetici¨®n, muy diferente de la respuesta innata, a la que denomin¨® reflejo incondicionado.
Algo parecido a lo que ocurre, por ejemplo, cuando una m¨²sica por s¨ª sola nos evoca sensaciones amorosas si siempre hemos amado a alguien, ausente ahora, acompa?ados de esa m¨²sica. Aunque Pavlov s¨®lo pudo teorizar sobre las asociaciones cerebrales (la ciencia no dispon¨ªa del utillaje necesario), los experimentos de Pavlov son trascendentes porque con ellos se inici¨® el an¨¢lisis objetivo de la conducta, y, lo que es muy relevante, porque demostraron que los reflejos condicionados son una fuente continua de experiencias que ayudan al individuo a prever acontecimientos y le permiten anticiparse a ellos: el ambiente, pues, modula la conducta.
Pavlov public¨® estos resultados por primera vez en Madrid, en el Congreso Internacional de Medicina celebrado en 1903. Adem¨¢s de estos hallazgos, que le dieron fama, Pavlov se acerc¨® a la fisiolog¨ªa por otros flancos. Sus trabajos sobre las secreciones del aparato digestivo le valieron el Premio Nobel de Medicina en el a?o 1904. Tuvo detractores, pero fue admirado fuera y dentro de su pa¨ªs. Lenin, en 1921, le construy¨® el Centro de Investigaci¨®n Biol¨®gica de Koltush¨ª donde trabaj¨® hasta el final de sus d¨ªas. En el a?o 1935, en el 15? Congreso de Ciencias Fisiol¨®gicas, fue elegido Princeps Physiologorum Mundi. El Pr¨ªncipe, el primero. Muri¨® en 1936.
Pero... ?qui¨¦n es Hermissenda? Un grandioso y peque?o molusco que, junto a su prima hermana Aplysia, se ha prestado a dilucidar las asociaciones neuronales de reflejos condicionados muy sencillos en los que han sido adiestradas. Las estudian sendas escuelas que difieren en sus interpretaciones cient¨ªficas, pero en uno y otro caso nada parece, por el momento, contradecir las predicciones de Pavlov.
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