El agresor, el agredido y el equivocado

Confieso la alegr¨ªa sentida, cuando el Molt Honorable (MH) anunci¨® en el Paraninfo que en reconocimiento a los Cinco Siglos de la Universitat de Val¨¨ncia (UV), su gobierno hab¨ªa decidido conceder la Alta Distinci¨®n del Consell a la Universitat. Con esta decisi¨®n y con el Pr¨ªncipe como testigo, una cierta reacci¨®n bals¨¢mica se dej¨® sentir en muchos de mis colegas y compa?eros de la UV. Despu¨¦s los acontecimientos se suceder¨ªan, la ex-directora de Las Provincias (LP) ser¨ªa tambien condecorada simult¨¢neamente, con la Medalla al M¨¦rito, en el acto del 9 de Octubre y la UV no iba a mandar a su m¨¢xima autoridad a recoger el reconocimiento de manos del MH. Vana esperanza, el b¨¢lsamo no era tal y la tensi¨®n cada vez m¨¢s inf¨¦rtil entre el ejecutivo del MH y la UV pod¨ªa enquistarse, aunque sean multitud en esta tierra, quienes anhelan el final de esta sucesi¨®n de desencuentros.La decisi¨®n de los responsables de la UV, ante el acto del 9 de Octubre era dif¨ªcil y ha recibido el correspondiente paquete de cr¨ªticas. Sin embargo existe un principio que defiende, justifica y da coherencia a la decisi¨®n tomada: El agredido puede perdonar a su agresor pero no tiene por qu¨¦ compartir ni mesa, ni honores con el agresor. Ni siquiera la m¨¢xima jerarqu¨ªa del MH, tiene la autoridad moral para que esta violencia, asimismo moral, tuviera lugar.

Durante estos a?os la UV ha sentido y ha vivido con dolor la agresi¨®n que desde las p¨¢ginas de LP se repet¨ªa m¨¢s all¨¢ de toda cr¨ªtica razonable, adem¨¢s ello se daba en paralelo con la alabanza constante a quien es ahora MH. Es posible que el MH sea un gran pol¨ªtico y tambi¨¦n que la UV en todo el periodo de nuestra transici¨®n democr¨¢tica haya tenido fallos, que se haya metido en jardines que quiz¨¢s muchos no entend¨ªamos muy bien, incluso que desde su seno alguien pensara en lanzar determinadas opciones pol¨ªticas. Sin embargo nunca la UV, equivocada o no, ha perdido, durante estos a?os de normalizaci¨®n de nuestra vida p¨²blica, el respeto al resto de instituciones de la Comunidad Valenciana, incluida LP y el gobierno del MH. Para m¨¢s abundamiento, la UV no ha dejado nunca de argumentar sus posiciones, fueran estas razones aceptadas o puestas en solfa por parte de la ciudadan¨ªa.

En este periodo de tiempo LP, un peri¨®dico centenario tambi¨¦n, no ha dejado de someter a la UV a la insidia, cuando no a la descalificaci¨®n. Esta es una herida, una agresi¨®n, un sentimiento amargo, que durante estos a?os han albergado muchas personas de la UV, fuera el que fuera tanto su pensamiento pol¨ªtico, como su grado de identificaci¨®n con los distintos equipos que se han responsabilizado de la UV. En democracia se respeta al discrepante pero no se puede aspirar a que el lobo coma con el cordero, ni el agresor con el agredido y quien lo pretenda, sin m¨¢s, se equivoca.

Supongo que el MH, presidente elegido por todos los valencianos, habr¨¢ tenido ocasi¨®n de valorar que no se puede estar en misa y repicando, esto es, honrando a quien le ha jaleado en una p¨¢gina, mientras maltrataba o ninguneaba en la siguiente a muchos profesionales s¨®lo por ser de la UV. El mensaje subliminal, de aqu¨ª no ha pasado nada, propiciando el milagro de juntar a la antigua LP con la UV de siempre, era un simple acto de la voluntad del MH, una operaci¨®n fallida en origen, casi una frivolidad. La capacidad de un pol¨ªtico no se mide por sus gestos sino por sus logros y ¨¦ste de juntar agresor y agredido no era factible. Asuma cada uno sus obligaciones, la del MH ser presidente de todos los que vivimos en esta tierra, la de LP hacer una prensa veraz y cr¨ªtica y la de los que trabajamos en la UV, seguir cumpliendo con nuestras obligaciones de universitarios y estar cr¨ªticamente con nuestra Madre, aunque ¨¦sta no sea tan impoluta como uno quisiera.

La mejor de las suertes para esta LP renovada, en busca de su leg¨ªtima cuota de mercado en una sociedad valenciana liberada de complejos; el deseo de que el MH siga en su tarea de obtener un b¨¢lsamo conciliador, aunque mejor que el prescrito delante del Pr¨ªncipe y tenga la UV la sabidur¨ªa de mostrar la capacidad de servicio p¨²blico propia de una joven de quinientos a?os. As¨ª que manos a la obra.

Gregorio Mart¨ªn Quetglas es catedr¨¢tico y director del Instituto de Rob¨®tica de la Universidad de Valencia.