J¨®venes contra el sistema
Los expertos en tribus urbanas -psic¨®logos, soci¨®logos y poli- c¨ªas- coinciden en se?alar que la violencia urbana juvenil es un fen¨®meno muy explosivo, pero minoritario. "El fen¨®meno es m¨¢s significante por los interrogantes que plantea a la sociedad, por la disyuntiva en la que pone a los adultos, que por lo que es en s¨ª mismo", afirma Jaume Funes, un experto psic¨®logo en cuestiones juveniles y profesor universitario.Las im¨¢genes de la inusual violencia que mostraron medio millar de j¨®venes el pasado martes en el barrio de Sants, convocados por la Plataforma Antifascista, ha sido un aldabonazo que todav¨ªa retumba en las conciencias adultas, en las que ha despertado un fuerte desasosiego. Las barricadas incendiadas y los bancos y cajas de ahorros destrozados para protestar por las agresiones skins y por el acto que la extrema derecha, capitaneada por el ultra Ricardo S¨¢enz de Ynestrillas, celebraba en la plaza de los Pa?sos Catalans, han causado desconcierto y desde diferentes posiciones, se trata ahora de buscar explicaciones a tan espectacular eclosi¨®n de violencia.
En toda Catalu?a, los t¨¦cnicos policiales cifran en unos 600 j¨®venes fuertemente radicalizados los que se mueven en torno de la Plataforma Antifascista, organizaci¨®n que agrupa a un conglomerado extremista formado por anarquistas, okupas, marxistas internacionalistas e independentistas que coinciden, al menos, en un punto: un fuerte sentimiento antisistema que les lleva a declararse profundamente anticapitalistas. De ah¨ª que el martes, las entidades bancarias, s¨ªmbolo por antonomasia del capital, fueran el objeto de la ira de los j¨®venes antifascistas y, con aqu¨¦llas, las inmobiliarias, otro de los emblemas de la denostada propiedad privada.
"Reaccionaron violentamente porque, al no poder ir contra los ultraderechistas congregados por S¨¢enz de Ynestrillas, decidieron atacar dos de los s¨ªmbolos del sistema", se?ala un experto en movimientos juveniles que pide permanecer en el anonimato.
La ins¨®lita actitud desplegada por estos j¨®venes ha obligado a los pol¨ªticos a salir a la arena. Jordi Pujol, en plena campa?a electoral, hac¨ªa el jueves un diagn¨®stico de la situaci¨®n y avanzaba una indefinida soluci¨®n al asegurar: "La violencia juvenil tiene causas profundas, muy minoritarias, de rechazo. Se trata de una juventud que est¨¢ en contra de los valores de nuestra sociedad. Hay un n¨²cleo que se siente ahogado y reacciona con ira, con rabia. Es un problema de escuelas, de refuerzo de la familia, de trabajo para los j¨®venes, de viviendas y tambi¨¦n de polic¨ªa".
Seguramente los problemas enumerados por Pujol afectaban a la mayor¨ªa de los j¨®venes agrupados en la Plataforma Antifascista, que en su seno refleja la composici¨®n social de Catalu?a. "No es gente marginal que viva fuera de la realidad de su entorno. Hay j¨®venes de procedencia obrera y de clases pudientes y, en medio, una masa de hijos de clases medias y de profesionales liberales", explica un polic¨ªa, que, en raz¨®n de su cargo, pide tambi¨¦n el anonimato.
Son muy j¨®venes, algunos casi preadolescentes de 13 a?os. Hay bastantes universitarios. "Muchos de los que en enero de 1998 montaron una bronca a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar cuando ¨¦ste visit¨® la Universidad Aut¨®noma en Bellaterra estaban el martes en los disturbios de Sants", se?ala el polic¨ªa. Los que trabajan lo hacen en empleos precarios, temporales, y algunos, dada su corta edad, todav¨ªa ni se han emancipado.
Se trata de j¨®venes con conciencia pol¨ªtica y un lenguaje marxista-leninista de vieja escuela, pero sus ideas fuerza son muy limitadas, apenas un par. "Son simplistas por definici¨®n. Lo que permite su adscripci¨®n a verdades inamovibles. Un adolescente busca la verdad, necesita dogmas para moverse", apunta el psic¨®logo Jaume Funes.
Pero Funes va m¨¢s all¨¢ que el l¨ªder convergente en el an¨¢lisis de las ideas que mueven a estos j¨®venes y tambi¨¦n sit¨²a el origen de su violencia en la ira: "En la frustraci¨®n sistem¨¢tica que la sociedad somete a determinados colectivos juveniles, que no pueden comprar ni tener todo lo que la televisi¨®n les vende y que tal vez est¨¢n en el paro. Esta frustraci¨®n continuada genera agresividad, y si estos j¨®venes no han aprendido a canalizarla, recurren a la violencia para autoafirmarse ante la sociedad y ante sus mayores y, por ello, destruyen los s¨ªmbolos de materiales que la sociedad y a los adultos valoran".
El problema del estallido de violencia juvenil, por otra parte com¨²n en cualquier cultura urbana europea actual, hunde sus ra¨ªces en la ausencia de respuestas que la sociedad moderna ofrece a los adolescentes. La reacci¨®n a esta falta de alicientes vitales, en opini¨®n de Funes, se asienta en un entramado ideol¨®gico simple: "La idea de que la violencia es l¨ªcita para resolver sus problemas". De esta elemental filosof¨ªa, la de que en algunos momentos no bastan las palabras, parten tanto los skins fascistas como sus contrarios, los j¨®venes antifascistas. Funes sostiene que, desde el punto de vista psicol¨®gico, "la violencia skin y la de los antifascistas parten de la misma l¨®gica".
Psic¨®logos y soci¨®logos acaban dando la culpa de esta frustraci¨®n juvenil al hecho de que la democracia espa?ola ha renunciado a estimular la participaci¨®n efectiva de los ciudadanos, algo de lo que responsabilizan en buena parte a los actuales dirigentes pol¨ªticos. Ante esta situaci¨®n, los j¨®venes comprometidos con un ideal pol¨ªtico encuentran en los grupos organizados una adscripci¨®n emocional. "Son gente como yo y me entienden", razonan estos adolescentes antisistema que piensan que la democracia puede estar bien para los mayores, pero que est¨¢n convencidos de que a ellos no les soluciona sus problemas.
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