Talism¨¢n
La expedici¨®n de los argonautas en busca del vellocino de oro, la conquista del Santo Grial por los caballeros de la Tabla Redonda, la bajada de los alquimistas hebreos al fondo del crisol en cuyo alv¨¦olo pensaban fundir la piedra filosofal, ¨¦stos son algunos caminos de perfecci¨®n que antiguos h¨¦roes y sabios emprendieron con el deseo de hallar un talism¨¢n que les diera la inmortalidad. El conquistador Juan Ponce de Le¨®n naveg¨® a Florida desde Puerto Rico para descubrir la fuente de la eterna juventud que manaba en Bimini, seg¨²n la leyenda. Hoy el viaje hacia ese manantial se realiza pasando primero por las cl¨ªnicas de cirug¨ªa est¨¦tica donde el mito de la inmortalidad se celebra a cuchillo sobre el rostro de los expedicionarios, pero m¨¢s all¨¢ de este sue?o que impone el bistur¨ª, la crema de belleza o el bronceado caribe?o, la fuente de la eterna juventud existe realmente, s¨®lo que es muy peligroso beber en ella a causa del veneno que contiene. Ponce de Le¨®n volvi¨® a Puerto Rico sin haberla encontrado, pero cualquier profesor la tiene ahora a su merced. Esa fuente mana en las aulas del instituto y de la universidad. All¨ª se reproduce cada curso el mismo prodigio y la misma tragedia. Los alumnos se renuevan cada a?o. Tienen siempre la misma edad. El ¨²nico que envejece es el profesor en la tarima. El pr¨®ximo curso ser¨¢ un a?o m¨¢s mayor; en cambio, el agua corporal de sus alumnos adolescentes seguir¨¢ brotando siempre pura entre las bancadas sin que se desvanezca nunca la fascinaci¨®n de su piel, la incipiente turgencia de los senos, la primavera absoluta de la carne. Frente a este manantial s¨®lo la vida del profesor representa la maldici¨®n del tiempo y si intenta liberarse bebiendo correr¨¢ el mismo peligro que afrontaron los h¨¦roes que buscaban talismanes prodigiosos. El vellocino era un imposible sexo femenino situado en la raya del mar que se alejaba a medida que los argonautas navegaban hasta el naufragio. Tambi¨¦n el Santo Grial cuya b¨²squeda serv¨ªa s¨®lo para encender el coraz¨®n de los caballeros habr¨ªa desatado su codicia mortal si lo hubieran encontrado. Y es sabido que la piedra filosofal conduc¨ªa a la suprema pureza que es la locura. Si desde la tarima el profesor quiere reflejarse en el agua perenne de sus alumnos s¨®lo hallar¨¢ en el fondo la imagen de su rostro cada vez m¨¢s destruida, y si acerca los labios para beber de ella ser¨¢ conducido a prisi¨®n por la justicia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.