El genio ignoto
No se sabe por qu¨¦ raz¨®n un buen libro triunfa y otro no, pero s¨ª se acaba sabiendo qu¨¦ libros son buenos y cu¨¢les mueren por s¨ª mismos. Recuerdo bien que El se?or de los anillos ya estaba editado en castellano, sin mayor repercusi¨®n, cuando apareci¨® La historia interminable. Esta ¨²ltima salt¨® al ¨¦xito de inmediato y, s¨®lo despu¨¦s de su ¨¦xito, las aventuras de Bilbo Bols¨®n en busca del anillo calaron entre los lectores espa?oles y se extendieron como una mancha de aceite. El libro de Ende presentaba una novedad sobre el de Tolkien, una novedad muy significativa: lo que era la lucha contra el Mal en El se?or... hab¨ªa sido reemplazado por la lucha contra la Nada en La historia... Una visi¨®n moderna de un asunto cl¨¢sico, una bella imagen de nuestro tiempo y un verdadero golpe de ingenio. Pero ?acaso esta diferencia pod¨ªa justificar el ¨¦xito instant¨¢neo del uno y la discret¨ªsima apreciaci¨®n del otro? Est¨¢ claro que no parece suficiente; lo suyo hubiera sido que Ende navegase tras la estela de un Tolkien triunfante. El p¨²blico de Tolkien era, potencialmente, el mismo de Ende. Sucedi¨® al contrario.El lector dir¨¢: est¨¢ claro, fue una cuesti¨®n de publicidad. Pero no es tan claro el asunto. La diferencia con Tolkien -editado como otro libro m¨¢s de una colecci¨®n prestigiosa por su dedicaci¨®n a la ciencia-ficci¨®n y precedido por su gran implantaci¨®n en el ¨¢rea literaria anglosajona- estuvo en que Ende gener¨® una poderosa marea que filtraba el agua por bocas y grietas y los medios de comunicaci¨®n se terminaron empapando, pero no fue una campa?a publicitaria, sino una marea viva lo que motiv¨® el conocimiento masivo del libro. Sencillamente: Ende apareci¨® en el lugar oportuno en el momento oportuno, cuando una historia sobre la imaginaci¨®n amenazada por la banalidad estaba en la sensibilidad social ambiente. Tolkien, por el contrario, operaba como un recreador de mitos al estilo tradicional. Conteniendo ambos un mismo esquema, Ende fue quien restableci¨® la actualidad de ese esquema. Y s¨®lo entonces el p¨²blico espa?ol encontr¨® la puerta abierta para entrar en el mundo de Tolkien.
?Cu¨¢l es mejor? Ya hablar¨¢ el tiempo. Ambos son dos libros muy atractivos que contienen una interpretaci¨®n simb¨®lica de un mundo de los valores resuelta con sabidur¨ªa y singularidad. Lo cual nos hace pensar que la calidad debe estar en relaci¨®n directa con la perdurabilidad de un libro. No defiendo la vieja f¨®rmula de "el buen pa?o en el arca se vende" porque ya no es as¨ª o, por lo menos, no es as¨ª masivamente. Lo que se vende indiscriminadamente es, m¨¢s bien, el pa?o que se airea; y si se airea adem¨¢s la marca y se cose al pa?o en sitio bien visible, mejor a¨²n, porque hoy en d¨ªa el pa?o no se disfruta: se luce y punto. Lo que defiendo es que algo bien hecho est¨¢ bien hecho en cualquier caso, que un buen libro lo es en todo caso, y que, en lo que se refiere al consumidor, adquirir una marca es tener dinero, y apreciar y disfrutar un producto es cuesti¨®n de gusto por lo bien hecho.
A menudo me encuentro gente que me pregunta qu¨¦ hacer para publicar, y yo suelo contestar con absoluto convencimiento que, si el libro es realmente bueno, tardar¨¢ cinco meses o cinco a?os en encontrar editor, pero lo encontrar¨¢; mas si es un libro como otros muchos que se publican, otros "que no son mejores que el m¨ªo" suele decir (y yo escucho: "que son tan mediocres como el m¨ªo"), tendr¨¢n que apelar a la publicidad, el esc¨¢ndalo, la seducci¨®n o la persecuci¨®n hasta el catre para conseguirlo. La cuesti¨®n est¨¢ en definir por qu¨¦ se escribe, ya que ese por qu¨¦ contiene la respuesta.
Pero cuando digo esto a un autor in¨¦dito, observo que me mira como diciendo: "S¨ª, qu¨¦ f¨¢cil es decirlo cuando ya se ha editado". Y comprendo que est¨¢ contemplando la Literatura como Loter¨ªa y que, ante los desenga?os, prefiere so?ar despierto con el mito del autor ignoto, desconocido, que guarda una obra maestra en su caj¨®n, donde la incomprensi¨®n lo enterrar¨¢ para siempre. Y entonces pienso con tristeza que esa vieja ficci¨®n del genio ignoto no es m¨¢s que un melodrama que tampoco escribir¨¢n.
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