Ante Grozni
LAS FUERZAS rusas aseguran que han llegado a las afueras de Grozni, prepar¨¢ndose para lo que puede ser un largo asedio. El movimiento envolvente que ha seguido la campa?a militar que iniciaron contra Chechenia el pasado 1 de octubre ten¨ªa en la capital de la rep¨²blica independentista uno de sus objetivos centrales. Est¨¢ por ver si se atrever¨¢n a asaltarla, buscando la revancha sobre el ba?o de sangre de 1995, una de las peores derrotas del Ej¨¦rcito ruso. Hasta ahora, esta campa?a contra unos chechenos mal vistos entre los rusos est¨¢ elevando hasta grados insospechados la cota de popularidad del primer ministro Vlad¨ªmir Putin. Y la llegada de cad¨¢veres de soldados rusos a Mosc¨² podr¨ªa tener un coste pol¨ªtico insostenible para los actuales dirigentes.Esta guerra tiene una lectura pol¨ªtica interna rusa evidente: la de recuperar la iniciativa demosc¨®pica con vistas a las elecciones a la Duma de diciembre y, sobre todo, las presidenciales de julio pr¨®ximo. Este calendario, m¨¢s que la dif¨ªcil conquista de Chechenia, es el que parece determinar la estrategia pol¨ªtica, lo cual augurar¨ªa meses de conflicto. Con medios menos desarrollados que los de la OTAN en Kosovo, pero copiando esa estrategia, el ataque ruso ha sido principalmente a¨¦reo o por artiller¨ªa, pero con un componente terrestre m¨¢s importante. Hasta ahora, el avance terrestre ha evitado entrar en combates urbanos y Putin no parece dispuesto a lanzar un ataque a gran escala contra la ciudad chechena. Pero no cabe descartar que algunos militares acaben convenciendo al presidente Yeltsin y al Gobierno para que acepte aumentar la ofensiva y atacar Grozni. Probablemente habr¨¢ que esperar unas semanas para ver hacia d¨®nde se inclina la decisi¨®n y qu¨¦ hacen los jefes rebeldes refugiados en Grozni: pactar o, como hace un lustro, regresar a las monta?as y lanzar una nueva guerra de guerrillas.
El objetivo oficial de esta campa?a militar rusa era impedir que guerrilleros islamistas pasaran al vecino Daguest¨¢n, y acabar con el supuesto origen de los recientes actos de brutal terrorismo en Mosc¨² y otras ciudades. Pero hasta ahora nadie ha podido probar que el origen de esos atentados estaba en Chechenia, en ese Bas¨¢yev que reclaman los rusos a las autoridades de Grozni. Objetivo real es tambi¨¦n recuperar el control administrativo al menos sobre una parte de la rep¨²blica secesionista, la ¨²nica, con Tatarst¨¢n, que no suscribi¨® en 1992 el Tratado de la Federaci¨®n. Pero esto es lo que Mosc¨² ya intent¨®, sin ¨¦xito, en 1995.
Sea cual sea el objetivo, la castigada es la poblaci¨®n chechena, privada de suministros y sin luz. El Gobierno leg¨ªtimo de Masj¨¢dov ha quedado maltrecho. Y la zona est¨¢ generando un nuevo desastre humano -al menos 160.000 refugiados en los territorios contiguos a la rep¨²blica-, que no parece importar en exceso a Occidente ni, desde luego, a los rusos. De momento, para el resto del mundo sigue siendo un asunto interno de la Federaci¨®n Rusa, a la que el Gobierno de Mosc¨² ha reintegrado la Rep¨²blica de Chechenia. ?D¨®nde ha quedado el deber de injerencia humanitaria? Cuando las fuerzas est¨¢n ya en Gorzni, hay que presionar a Mosc¨² para evitar un nuevo desastre en esa ciudad.
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