El 'nouveau roman' pierde a la escritora Nathalie Sarraute, una de sus figuras m¨¢s emblem¨¢ticas

Con la muerte de la novelista y ensayista Nathalie Sarraute, fallecida el martes en Par¨ªs a los 99 a?os, desaparece una de las figuras mayores y m¨¢s emblem¨¢ticas del nouveau roman (la nueva novela francesa), un grupo al que ella siempre se neg¨® a pertenecer, pero al que su nombre esta irremediablemente unido.Nathalie Sarraute, cuyos 30 primeros a?os como escritora estuvieron centrados en esa denuncia de las trampas del lenguaje que se?alaba el nueva novela, naci¨® con el siglo: el 18 de julio de 1900, en Ivanovo.

Vivi¨® en Rusia hasta la edad de nueve a?os, pero entonces se march¨® a Francia de la mano de su madre (su padre fue el ¨²nico catedr¨¢tico jud¨ªo de la universidad zarista). Su primer libro, Tropismos (publicado en Espa?a por Tusquets), apareci¨® en 1939 en medio de la indiferencia general. Pero, en 1947, un ensayo formidable, La era de la sospecha -que describe con gran precisi¨®n los problemas de la novela contempor¨¢nea-, hace que las Editions de Minuit reediten Tropismos al mismo tiempo que publican La Jalousie, de Alain Robbe-Grillet: es el acta de nacimiento del nouveau roman. Un movimiento literario al que pertenecer¨ªa el legendario grupo de escritores como el citado Robbe-Grillet, Michel Butor o Claude Simon, que protagonizaron una o dos d¨¦cadas de violenta pol¨¦mica contra los partidarios de la novela tradicional.

El velador de un "bistrot"

Hace dos a?os tan s¨®lo, a los 97, Sarraute daba a conocer a¨²n una nueva novela, Ouvrez, que se un¨ªa a la docena que hab¨ªa ido escribiendo en el velador de un bar parisiense y a sus distintas obras de teatro y ensayos. Toda esta obra est¨¢ recogida en la prestigiosa colecci¨®n de La Pl¨¦iade, de Gallimard, y ha sido traducida a 18 lenguas distintas, entre ellas el espa?ol y el catal¨¢n.

La escritora quiso "liberar la literatura de personajes e intriga, cosas superadas", y pretendi¨® hacer con las palabras "lo que los pintores han hecho con el color y los m¨²sicos con el sonido". Como Samuel Becket, Simon o Butor, Sarraute se interesaba por un lenguaje que cosifica los sentimientos, las ideas o las personas. Perseguidora de lugares comunes y t¨®picos, dotada de un gran sentido del humor -su pieza Por un s¨ª o por un no (1982) es un ejemplo de potencial c¨®mico del absurdo-, Nathalie Sarraute ha trabajado como nadie lo peque?o, los intersticios del sentido, esos "movimientos indefinibles que resbalan muy r¨¢pidamente hasta los l¨ªmites de la conciencia; est¨¢n en la base de nuestros gestos, nuestras palabras, de sentimientos que manifestamos y creemos sentir". Esos min¨²sculos cambios internos es lo que ella calificaba como "tropismos".

Entre sus novelas hay que destacar Retrato de un desconocido (1948), Planetario (1959), ?Los oye usted? (1972), Disent les imb¨¦ciles (1976) e Infancia (1983), evocaci¨®n esta ¨²ltima de su ni?ez como Natacha Tcherniak, hija del ¨²nico catedr¨¢tico jud¨ªo de la universidad zarista, muy pronto joven que habla en franc¨¦s, alem¨¢n y ruso, viaja por toda Europa, escala el Mont Blanc y termina sus estudios de Derecho. Durante la ocupaci¨®n alemana tuvo que ocultar su origen jud¨ªo tras falsos papeles y la protecci¨®n de su esposo, miembro destacado de la Resistencia.